Noticias falsas, por Marcial Fonseca
Twitter: @marcialfonseca
En los tiempos que corren, las fake news son muy comunes y su origen es algo muy serio porque detrás de ellas hay laboratorios con diversos intereses; unos de orden imperialista, otros meramente mercantiles; y ambos buscan efectos específicos en el hombre común de la calle. Sin embargo, hay historias que nacen de la ingeniosidad del ser humano que se hacen virales, usando una palabra de nuestros tiempos, y se les identifica como mitos o leyendas urbanas, estas son noticias falsas sin ánimo perverso; veamos ejemplos.
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En el 1971 Persia celebraba los 2500 años del Imperio de Ciro el Grande, presidida con gran boato por el Shah Mohammed Reza Pahlavi. El mundo fue sorprendido por las tiendas de campaña levantadas para las festividades, y por el banquete imperial, que fue deslumbrante. La comida fue preparada por un famoso restaurante parisino; y aquí viene la joya de la comilona: se cerró la velada con degustación del whisky escocés más exclusivo del mundo. El autor recuerda lo que leyó en la reseña que traía El Nacional. Para empezar, la calidad, dada por la madurez y cuidado en la destilación era la más alta posible; segundo, el licor venía en botellas de piedra de canteras italianas, y ellas, las botellas, eran elaboradas a mano, por lo que ninguna se parecía a otra, así que eran únicas; y tercero, el producto no estaba disponible para la venta corriente, la razón de la consumición debía ser un motivo de impacto mundial, de renombre: una coronación, asunción de un presidente de un país del primer mundo, etcétera.
Quien escribe se enorgullecía cuando contaba este hecho. Con los años descubrió que en los periódicos, ante un espacio en blanco, lo rellenaban con historias simples, pero generalmente de cierto ingenio y que resonaban por unas horas, otras tenían suerte, tomaban vuelo y se convertían en mitos o leyendas urbanas. En el caso del escocés raro fue obra de un redactor de UPI o AFP, la memoria falla, que tenía espacio de sobra e inventó la historia del whisky más exclusivo.
En El Universal de Caracas había una sección titulada Curioso Mundo. En ella solían aparecer historias de igual tenor. Van dos. Una anciana, entrada en carnes ella, estaba en el baño de un crucero frente a las costas orientales canadienses, y al bajar la poceta sufrió un prolapso rectal debido al vacío que produjo en la taza y por la fuerza de succión de la descarga del tanque. La otra. Un miembro de un kibutz regresaba a su casa luego de ingerir varias copas con un amigo; al entrar a la vereda se dirigió a su vivienda, todas iguales y nunca las puertas cerradas con llave, entró por la puerta trasera, subió a su dormitorio; su esposa dormía, e hizo lo que hacen muchos hombres bebidos, la procuró, ella abrió las piernas, él se montó…, se bajó y se quedó dormido. Al día siguiente lo despiertan los gritos de la esposa del vecino. Por la igualdad de todas las casas, el hombre se había metido en la de al lado. La noticia consistía en que la agraviada lo acusaba de violación, él se defendía diciendo que en verdad cometió un error, pero que nunca la violó. Estas historias fueron inventos de periodistas con necesidad de cubrir un vacío en la edición diaria.
Miguel Otero Silva una vez publicó en su periódico una serie de notas, todas ellas inventadas y bañadas con su vena humorística; al final se supo que los hechos no eran verdaderos y MOS tuvo que abandonar su jugarreta.
No siempre son las salas de redacción de los periódicos, u hoy día los laboratorios de guerra, los generadores de las noticias falsas, a veces son simples hijos de vecino, con venas humorísticas que producen situaciones que se propagan con gran rapidez. Dos ejemplos.
En Lara y Yaracuy enseñan que cerca de Buría, antiguo lugar de asentamiento de la ciudad de Variquicemeto existía un cacique que padecía una diabetes galopante y siempre sufría de polidipsia, sed frecuente, por lo que era frecuente oírle rogar a su hija «Yarita, agua; Yarita, agua…» De ahí el nombre de una población yaracuyana.
En el estado Bolívar los niños aprenden que un querido cacique pemón de nombre Coo sufrió una anuria; se reunieron los chamanes y cuando los espíritus hablaron y curaron al líder, el pueblo, regocijado, gritó «Orinó, Coo; orinó, Coo»; y esa es la fuente de nuestro caudaloso rio.
Por último, otra noticia falsa ahora en el mundo musical. Beethoven solía componer al caer la tarde, y una niña siempre pasaba frente a su ventana y se entretenía oyendo al maestro tocar su piano.
-¿Cómo te llamas? –le preguntó él una vez.
-Elisa -respondió ella;
-Bueno, para ti, Elisa, esta pieza
Marcial Fonseca es ingeniero y escritor
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