Noticias preocupantes, por Félix Arellano
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La crisis humanitaria venezolana que no cesa, por el contrario, se agudiza, es objeto de atención de diversos instrumentos de medición y evaluación internacionales; al respecto, en estos días circulan los resultados del ranking de competitividad mundial o índice de competitividad global, que desde 1979 publica anualmente el Foro Económico Mundial de Davos. La edición para el 2023 genera efectos impactantes para la imagen del país en el contexto internacional, pues nos ubica en el último lugar de la lista; lo que se suma a una larga lista de indicadores que evidencian la urgente necesidad de transformar el modelo económico vigente desde hace varios años.
Sobre el índice de competitividad global, conviene destacar que, en la edición del 2023, analiza 67 países, una investigación que complementa aspectos teóricos y empíricos, abordando unas 110 variables, la mayoría de ellas procesadas mediante encuestas de opinión, que responden ejecutivos de empresas. Otras variables se trabajan con información de los países disponible en las Naciones Unidas. Importante resaltar que el índice evalúa: el funcionamiento de las instituciones públicas y factores que definen los niveles de prosperidad de los países (werforum.org).
Adicionalmente, desde hace varios años también nos encontramos ubicados en los últimos lugares del Índice de Desarrollo Humano que publica el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que evalúa tres aspectos fundamentales: la esperanza de vida, la educación y el ingreso percapita.
No menos preocupante es la información que circula sobre el Grupo de Acción Financiera Internacional, creado en el marco del G8 en 1989; encargado del seguimiento del lavado de capitales y el financiamiento del terrorismo, que se prepara para decidir la inclusión de Venezuela en la lista gris, por los riesgos del lavado de dinero asociados con la gran economía informal del país, incluida la minería ilegal, en la reunión que efectuará el Grupo en Singapur, el próximo 28 de junio. La lista gris incluye actualmente países como Nigeria, Bulgaria, Sudáfrica, Siria y Filipinas. Para sorpresa de algunos, también podría ser incluido Mónaco en la próxima reunión del grupo (Infobae, 22/06/2024).
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Adicionalmete, no podemos olvidar que nuestro modelo económico registra, entre otros, el peligroso récord de haber afectado unas cinco mil empresas con medidas de expropiación, nacionalización o intervención en los 25 años en el poder. También destaca el récord del nivel de hiperinflación más alta de la historia americana, con un 1.370% interanual, que se alcanzó en el año 2015. Factores que, entre otros, han contribuido a estimular el nivel de población migrante más alta, sin tener como causa un conflicto armado, que se calcula en 7.1 millones de ciudadanos, en su mayoría buscando mejores condiciones de vida.
Por otra parte, también contamos con el récord de adoptar en el año 2006, tres decisiones erráticas, con especial incidencia en materia de inserción económica internacional y competitividad, como fue: retirarnos de dos acuerdos de integración muy importantes, la Comunidad Andina y el Grupo de los Tres (Colombia, México y Venezuela) y, paralelamente, solicitar la incorporación en el Mercosur, una decisión política y discrecional, sin mayores evaluaciones ni consultas con los sectores directamente involucrados.
La competitividad de los países es un tema complejo, pues incluye una amplia diversidad de factores tangibles e intangibles. En términos generales la gran mayoría de políticas públicas repercuten en las posibilidades de operar eficientemente los sectores productivos y temas como la educación, salud, la actitud de los ciudadanos son parte del conjunto que evalúan los inversionistas para tomar sus decisiones.
En el escenario global los países compiten para atraer inversiones, en consecuencia la demanda es significativa y la oferta puede resultar limitada. En ese contexto, cuando los países avanzan en la implementación de los estándares que define la Organización para la Cooperación Económica (OCDE), que contiene información muy precisa sobre las buenas prácticas en áreas fundamentales para promover inversiones, la competencia entre los países se desplaza a otras variables más complejas, como el clima político, la paz social y la estabilidad política y social.
Es evidente que nos encontramos muy lejos de los estándares que evalúan los inversionistas, pero esperamos que como país hemos entendido, con la dura experiencia que estamos viviendo, el fracaso de los proyectos populistas, que mueven pasiones, pero solo generan pobreza; en consecuencia, es necesario asumir la ruta de la competitividad, sin menospreciar la equidad, temas que no son excluyentes como se puede apreciar en diversas experiencias históricas.
Félix Arellano es internacionalista y Doctor en Ciencias Políticas-UCV.
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