Con menos días de clases y reclamos salariales: así comienza el nuevo año escolar
El año escolar 2023-2024 inicia en medio de protestas del gremio docente por reclamos salariales. Dirigentes sindicales advierten que continuarán con el horario mosaico en instituciones públicas. Los colegios que impartan tres días de clases a la semana durante todo este periodo académico cumplirán 106 días, es decir, 58,8% del mínimo de actividades que establece el reglamento de la Ley Orgánica de Educación
El nuevo año escolar 2023- 2024 comienza con materias pendientes. Las protestas de los educadores exigiendo mejoras salariales y laborales; la continuación del llamado horario mosaico y menos días de clase marcan la agenda del gremio docente a partir de este lunes 2 de octubre, con el regreso de los estudiantes a las aulas.
Desde enero de 2023 muchas escuelas decidieron aplicar el horario mosaico, un plan que permite a los docentes mantenerse en las aulas de clase y, además, gestionar otras formas de ingreso. Bajo esta modalidad las instituciones educativas deciden, de acuerdo con sus necesidades, cuántos días a la semana –generalmente dos o tres– los estudiantes asisten a clases de manera presencial. La situación no es igual en los colegios privados, donde sí dan clases los cinco días de la semana.
Sobre la implementación del horario mosaico en las instituciones públicas, el Ministerio de Educación guarda silencio. Padres, madres y representantes lo aceptan como una salida a las dificultades económicas que implica llevar a un niño o niña diariamente a clases.
Ante la precaria situación económica y laboral que atraviesan los docentes, dirigentes sindicales afiliados a la Federación Venezolana de Maestros plantean que el horario mosaico se mantenga en las instituciones que lo requieran durante el año escolar 2023-2024.
Este año, muchos estudiantes tendrán 106 días y no los 180 días de clases que establece el Reglamento General de la Ley Orgánica de Educación. Al horario mosaico, que reduce los días de actividades académicas, se suma la nueva fecha pautada para el inicio de clases.
El reglamento indica que las actividades de enseñanza inician el primer día hábil de la segunda quincena del mes de septiembre. Dentro de este nuevo ciclo escolar, la fecha de inicio de clases debió ser el 18 de septiembre y no este lunes 2 de octubre.
Las actividades administrativas del personal educativo sí iniciaron el 18 de septiembre, según la información dada por la ministra de Educación, Yelitze Santaella.
Con el inicio de clases previsto para este 2 de octubre se presenta un retraso de 12 días en el calendario escolar, según lo establecido por el Reglamento General de la Ley Orgánica de Educación.
Los 106 días de clases que tendrán los estudiantes que asistan tres días a la escuela, representan el 58,8% del mínimo de actividades durante todo el año escolar 2023-2024. Esta cifra puede variar de acuerdo con las necesidades específicas de cada plantel y las decisiones que tomen durante el transcurso del período académico.
En el año escolar anterior, los colegios públicos que laboraron solamente dos días a la semana entre enero y el 14 julio de 2023 tuvieron solo 48 días de clase presencial en ese período.
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Salarios insuficientes de los docentes
Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital, en entrevista para TalCual, explicó que los docentes no pueden dar clases todos los días porque el salario es insuficiente para cubrir sus gastos básicos.
El dirigente gremial destacó el aumento del pasaje urbano, que actualmente se encuentra en 10 bolívares, y el alto precio de los alimentos en el país.
Los docentes del sector público ganan, en promedio, un salario de 430 bolívares (12,55 dólares a la tasa de cambio oficial del 28 de septiembre) y un bono de 1.000 bolívares (29,19 dólares) al mes. De acuerdo a la tabla salarial, existen docentes que perciben un sueldo mucho menor.
«Lo más probable es que se siga cumpliendo el horario mosaico por la situación que estamos viviendo. Los salarios no nos alcanzan. Con este nuevo incremento del transporte apenas nos alcanza la quincena para ir dos o tres días a la semana a los centros educativos», dice el dirigente sindical.
Machado pone del lado del gobierno la responsabilidad por la creación del horario mosaico, al no dar respuesta a la precaria situación laboral de los docentes.
El dirigente detalla que, de las 580 instituciones públicas del país, 50% de ellas están enteradas de la aplicación del horario mosaico para el próximo año escolar. Dependiendo de sus necesidades, verán clases presenciales dos o tres días a la semana.
Impacto en el aprendizaje
La reducción de clases presenciales en los planteles no comenzó con el horario mosaico. De acuerdo con Oscar Iván Rose, coordinador de la ONG Con la Escuela, durante la pandemia por covid-19 se perdieron entre 16 y 18 meses de actividades significativas de clases. Esto genera un impacto directo en el aprendizaje de los estudiantes.
El coordinador de la organización Con La Escuela señala que, entre enero y julio de 2023, los estudiantes apenas recibieron 48 días de clases en los planteles en los que tenían actividades dos veces por semana.
En marzo de 2023, Con la Escuela hizo un estudio piloto en planteles del Distrito Capital y Miranda donde se detectó pérdida del aprendizaje. «Se aplicó una prueba piloto para medir la fluidez de lectura en niños de tercer grado. Encontramos que la cantidad promedio de palabras leídas por minuto era de 48 palabras. Cuando el estándar internacional es de 85», alertó Rose.
«Cuando tu das pocos días de clases y pocas horas el problema es consolidar los aprendizajes. Los aprendizajes necesitan un ritmo, un tiempo, refuerzo docente, hasta que se logra», enfatiza.
Además, la pérdida de días y horas de clases afecta la socialización del niño, niña o adolescente, un factor importante en el desarrollo del individuo, según indicó Rose.
Si bien este es un problema generado por la crisis del sector educativo, el impacto negativo en el aprendizaje a largo plazo es crítico. Rose explicó que una de las alternativas que se han aplicado en las escuelas es promediar las notas de las materias que perdieron clases con notas de otras asignaturas. Esto genera que el bachiller no tenga los conocimientos necesarios para cursar una carrera universitaria.
Rose también alertó que las dificultades de los niños para aprender a leer generan un rezago que en el futuro puede requerir de atención especializada. «El aprendizaje tiene que darse en el tiempo adecuado, cuando eso no se da porque no hay clases, porque son suspendidas o porque no son regulares, el problema lo paga el estudiante. Ir a clases debería ser sagrado porque al final el que se perjudica es el futuro del país», afirmó Rose.