Nuevo Circo aéreo en Barcelona
El estado del aeropuerto internacional de Barcelona, Anzoátegui deja perplejo a quien lo visite tanto por el deplorable estado como por la degradante atención
El aeropuerto de Barcelona, Anzoátegui, da risa, y luego lástima. Más allá de la pared inexistente de la terminal (por tanto aireada con vientos naturales), las evidentes limitaciones de espacio, los trabajos a medio terminar y nunca culminados, es insólito cómo es el trato a pasajeros. Ese terminal, internacional por demás, no tiene ni una pantalla ni una voz que anuncie la salida de los vuelos. Es como el Nuevo Circo: anda a preguntar al avión que está estacionado cuál es su destino. Tampoco esperes demasiada ayuda del personal de la aerolínea, tan desganado como inexistente es el del aeropuerto. ¿Los «gusanos» te llevan a la puerta del aeroplano? Ni soñar. Baje las escaleras y camine por la pista. ¿Y las personas con algún tipo de discapacidad motora? Pues que se jo…
Mientras espera su vuelo (y esté pendiente que no lo deje porque nadie le va a avisar) vea con cuidado los ojitos de Chávez en formato gigante, el retrato del comandante o las promesas de ampliaciones y mejoras que adornan los vidrios.
Y ría para no llorar.
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