El CNE es un paso, pero las condiciones serán las que motiven a participar en elecciones
Ricardo Sucre Heredia y Benigno Alarcón coinciden en señalar que el nuevo CNE podría impulsar una mayor participación de los electores si se logran concretar varias aspiraciones de la oposición, pero advierten sobre riesgos de división y aislamiento
El pasado martes 4 de mayo, la Asamblea Nacional de Nicolás Maduro designó los nuevos rectores y sus respectivos suplentes del Consejo Nacional Electoral (CNE), quienes tendrán a su cargo la organización y ejecución de los procesos comiciales de los próximos siete años. Por primera vez desde 2003 el organismo contará con dos rectores no controlados directa o indirectamente por el oficialismo, pero esto por sí solo no es suficiente para que pueda rescatarse la confianza en el voto por parte de los venezolanos.
Enrique Márquez y Roberto Picón son las dos piezas que tendrá el sector que es frontal al adversar al gobierno chavista en el directorio del máximo ente comicial. Anteriormente había dos opositores, José Luis Gutiérrez y Leonardo Morales, pero éstos fueron incorporados por las gestiones de la mesa de diálogo nacional -conocida como la mesita- y los partidos intervenidos por el Tribunal Supremo de Justicia, por lo que han sido señalados de supuestamente colaborar con el gobierno de Nicolás Maduro.
Mientras la anterior directiva permitió que se cambiara el número de diputados a elegir y no obtuvo mayores logros en evitar el ventajismo del gobierno en las elecciones de diciembre de 2020, el reto de los nuevos rectores deberá centrarse en la depuración del Registro Electoral (RE), la participación de los diferentes factores políticos y lograr mayores garantías para la transparencia, entre otros temas que, en opinión de los expertos consultados por TalCual, serán los que definitivamente podrían motivar a los electores a acudir a las urnas electorales.
Nuevo CNE es un avance cualitativo
El politólogo y profesor de la Universidad Central de la Venezuela (UCV) Ricardo Sucre Heredia considera que, más que cuantitativo, el avance en la conformación del nuevo CNE es cualitativo, pues a su juicio los nuevos rectores, en general, están mejor dotados para el cargo que ocupan que los anteriores y cuentan con mayor aval para actuar.
“Hay más fortaleza en el sentido que, en primer lugar, el nuevo CNE fue designado por la AN. Que si es la que es o no, eso es otra cosa, pero que lo haya hecho le da una fuerza inicial. No se está en el escenario de la omisión legislativa, que era plomo en el ala para la anterior directiva, y fue designada prácticamente por unanimidad, porque no se vieron votos en contra. Así que ese Consejo tiene un respaldo político de entrada”, indicó Sucre Heredia.
Destacó que la designación cumplió con los preceptos constitucionales en cuanto a procedimientos y que se notó que existe un acuerdo validado por la AN, aunque evidentemente no se cumplió con la Constitución con respecto a que los rectores no deben tener filiación política. Al respecto, acotó que la situación política de Venezuela no da para eso.
Sucre Heredia ahondó en el tema del avance diciendo que la mejora cualitativa se debe no solo a que los nuevos rectores no provienen de las fuerzas de la mesita o de los partidos intervenidos, sino porque, a diferencia de Enrique Márquez y Roberto Picón, los rectores José Luis Gutiérrez y Leonardo Morales no transmitían los atributos que la trayectoria de aquellos presentan en cuanto a posturas políticas.
Además, resaltó que tanto Márquez como Picón tienen mejores herramientas para desempeñarse en el CNE, pues el primero es ingeniero, fue representante de la MUD ante el CNE y conoce la arquitectura electoral, y el segundo es ingeniero en sistemas y conoce los aspectos técnicos que comprenden una elección.
En cuanto a los nuevos rectores vinculados al chavismo, sostuvo que se trata de gente leal y cercana del proceso, especialmente a Nicolás Maduro, como es el caso de Alexis Corredor, quien al igual que el mandatario proviene de la Liga Socialista. De Pedro Calzadilla dijo que es visto como alguien que tiene una buena relación con el gobernante. Estima que ambos rectores también cuentan con mayores dotes técnicas y políticas que las exmagistradas Gladys Gutiérrez e Indira Alfonzo. Por todo ello piensa que el CNE tiene mayor fuerza, peso y autoridad.
Ni equilibrado ni ideal
El abogado con maestría en Políticas Públicas y magíster en Seguridad y Defensa Benigno Alarcón, hizo énfasis en asegurar que la nueva directiva del CNE no es equilibrada ni mucho menos ideal.
“Una cosa es que podamos decir que tenemos un CNE que pareciera ser mejor en principio que lo que tuvimos en el pasado, y otra que sea un CNE equilibrado. En el último CNE había dos rectores que no controlaba el gobierno. Espero que en esta oportunidad puedan terminar haciendo una diferencia”, expresó.
Explicó que no se puede hablar de un CNE ideal, porque tal sería aquel donde a ninguno de los cinco rectores los controla nadie. “Uno de los requisitos es que no tengan filiación política con partidos o sector político, lo cual no vemos hace años”, acotó.
Añadió que entre rectores principales y suplentes son 15 funcionarios, de los cuales nueve (tres principales y dos suplentes por cada uno) estarán controlados por el gobierno, mientras seis (dos principales y dos suplentes por cada uno) no lo estarán, y que la mayoría de estos últimos probablemente no tendrán ninguna función en el organismo, por lo que el peso del oficialismo sigue siendo grande.
Para Alarcón, quien es director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la posibilidad de que con el nuevo CNE se logre destrabar el juego electoral y se incentive la participación depende de diversos factores y particularmente de las fuerzas de la oposición.
“El comunicado del G4 (que rechazó el nombramiento) dice que no aceptan la designación del nuevo CNE porque ha sido hecho por una AN que ellos no reconocen y esto no es una diferencia menor, porque si seguimos diciendo que es ilegítima, los actos emanados de ella no pueden tener legitimidad, y en ese sentido van el comunicado del G4 y también el de la OEA”, apuntó Alarcón.
Añadió que no depende solo de los rectores el que pueda impulsarse una mayor participación política, sino de en qué medida puedan cambiar las reglas electorales.
“Si estos rectores demandan que haya observación internacional para los comicios y el gobierno y los otros rectores la niegan, esto no va a generar mayor confianza; si reclaman que se produzca una revisión del Registro Electoral y el resto rectores se opone y eso no se hace, eso no va a abonar mayor confianza”, advirtió Benigno Alarcón.
No deben repetir película del pasado
La designación del nuevo CNE ha suscitado polémica. El presidente de la Asamblea Nacional electa en 2015, Juan Guaidó, rechazó el nombramiento e insiste en que una negociación parcial no puede conducir al gran acuerdo que se requiere para solucionar los problemas del país. Henrique Capriles, a su vez, aseguró que es un primer paso para la democracia. En el exterior también hubo pronunciamientos y la Unión Europea declaró que se trata de un primer paso «hacia un proceso electoral creíble, inclusivo y transparente».
Sucre Heredia considera que la posibilidad de impulsar la participación de los electores dependerá de la actuación del nuevo CNE y va más allá de los nombramientos, pues dependerá de los meta acuerdos a que se haya llegado junto con el acuerdo base en torno a los nombres del directorio.
Lea también: Nuevo CNE tendrá dos rectores no identificados con el chavismo
“Creo que si se llegó a ese acuerdo los dos grupos que negociaron acordaron unas ciertas reglas de juego. No se pueden repetir películas del pasado. Si Márquez y Picón van a llegar a lo mismo, tratar de producir un quiebre, pero desde adentro, si se restringen a las denuncias, pasará lo mismo de siempre y volveremos a este estado de inercia que teníamos”, advirtió.
Argumentó que el gobierno sabe que no puede llegar a “carajear” al CNE y que los propios rectores tienen suficiente personalidad para no dejarse, a diferencia de los anteriores, de los que, insistió, no tenían la suficiente fuerza política.
“Si ese nuevo CNE da gestos y señales, si se observa un cuerpo que avance a elecciones más competitivas, pienso que la respuesta es sí. Ojalá hayan acordado que, aunque haya diferencias, se debe avanzar con algunos acuerdos. Picón viene de ser acusado de conspiración, traición a la patria y de intentar hackear al CNE. Hay un reconocimiento, y esto lleva a que en el seno del CNE diriman las diferencias, que no tengamos diplomacia de micrófono, sino que diferencias las traten allí”, precisó.
Peligro de división
Alarcón coincide con Sucre Heredia en afirmar que el generar mayor confianza está vinculado a lo que los rectores logren concretar con respecto a ciertas aspiraciones de la oposición. Sin embargo, subrayó que hay que ver con mucho cuidado cómo queda la cohesión entre los partidos opositores
“Si genera que algunos digan ‘ahora sí vamos a participar (en elecciones) y que otros digan ‘con este CNE no vamos a participar porque no hay condiciones’ esto puede generar una división muy importante, quizá una de las más importantes hasta ahora”, expresó el experto.
Agregó que su impresión es que el gobierno buscará propiciar esa división al negociar con algunos sectores y haciéndoles alguna concesión, mientras a otros no.
“Hay que ver con cuidado, tenemos una oposición tremendamente débil que si se divide va a ser mucho más débil”, sostuvo, y abundó diciendo que el problema de la división del G4 es que la oposición tendría que reconstruirse desde abajo y desde cero, por lo cual el camino para ser competitivos electoralmente tiende a ser mucho más largo.
Para finalizar, Sucre Heredia sostuvo que el G4 tendrá que ver si participa o no en las próximas elecciones (este año están previstas las de gobernadores, legisladores estadales, alcaldes y concejales) pero que eso ahora luce irrelevante.
«Si la gente quiere participar que lo haga, no quiere decir que (los del G4) no sean importantes, pero dentro de Venezuela no son tan relevantes. En las parlamentarias (diciembre de 2020) se decía que si el G4 no iba entonces iba a haber abstención. Ellos son reconocidos internacionalmente, tienen su público, pero el deseo de no participar va a bajar. El gran problema que tienen es cómo hacen para imponer su negociación integral», concluyó.