Nuevo CNE, otro fracaso de la clase política, por Ángel Monagas
Twitter: @AngelMonagas
Por allá en septiembre del 2016 escribí: «Las preocupaciones en Venezuela van en aumento. Mientras la gente se desespera porque no ve soluciones, un grupo del gobierno actúa como si nada pasara. Otro grupo conspira para acelerar la salida del Presidente pero se frena porque no ve sus posibilidades de regreso y nada logran si sale Maduro y entra un «opositor». En la oposición, un grupo sin interpretar lo que sucede se monta en lo electoral y soslaya la situación. Observamos aspiraciones desbocadas a las gobernaciones y las alcaldías cuando estamos en una coyuntura tan difícil que no hay ni presupuesto para un proceso electoral (…) Yo entiendo, mas no justificó, la irresponsabilidad de un gobierno ausente para resolver la crisis durante 17 años. Lo que no justifico ni entiendo es ese grupo de la oposición también irresponsable al plantear sus intereses particulares por encima de la estabilidad de la nación que es lo que está en juego».
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En aquel momento teníamos todas las condiciones para que sucediera en el país un golpe de Estado o un estallido social. Señores, nada de eso pasó.
¿Ha cambiado el panorama? ¿Tiene el país alguna posibilidad de producir el cambio necesario? Ni en la oposición ni en el régimen hay voluntad política para ello.
El juego es otro. El interés es otro. Las opciones siguen sin aparecer, con el agravante de que tenemos una población mucho más desalentada. La única opción sería (y es) para las enormes masas en las fronteras, abandonar el territorio, al costo que fuera, aun el de la propia vida.
No hay aprendizaje, se tropieza con la misma piedra
El ser humano es el único que lo hace una y otra vez. La oposición venezolana es especialista en eso.
Ni Noruega ni ninguna nación puede garantizar niveles serios de respeto, de mínima garantía para participar en un proceso electoral. Me cuesta trabajo entender lo dicho por la Unión Europea y, al mismo tiempo en contraposición, lo acordado por la OEA.
No con el chavismo, luego de 23 años de un régimen que, como buenos comunistas, solo buscan dilatar el ejercicio que ellos hacen del gobierno.
El chavismo sigue siendo bueno haciendo lo malo y la oposición, malo en hacer lo bueno. Aunque tengo mis dudas sobre la cualidad de quienes presumen representar a la oposición.
El nuevo CNE
Es una burla al ciudadano identificarlos como «sociedad civil». Ninguno de los cinco.
Por ejemplo, con Enrique Márquez me reuní en enero y me aseguró que sería candidato a la gobernación por el partido Catatumbo. Hoy la historia es otra. ¿Qué lo motivó a dar ese paso?
Él y otros dirigentes políticos vinculados a los participantes el 6D, me mencionaron que Márquez tenía un fuerte apoyo económico de un recién electo diputado por las filas de Copei, vinculado comercialmente con el régimen.
¿Eso lo convenció de prestar su nombre para ser rector del CNE?
Tengo varias presunciones. Enrique es un sobreviviente de la política. Igual, el otro señor, Roberto Picón.
Mi tesis
Algunos líderes políticos están convencidos de participar. No los mueve un proyecto de país. El problema es que su participación destruiría la legitimidad —que para mí sigue siendo presunta— de Juan Guaidó.
Pareciera que hay una cabra en ese dominó. Deben regresar cada jugada y descubrir quién las metió.
Esos dos miembros representan eso.
En Miami se han producido reuniones de representantes de la AN pasada y de la presente. Las sanciones y su fin ha sido un tema. La participación electoral, en este proceso, es otro cuento.
Participar en un evento como el anunciado, no garantiza absolutamente nada.
Para evolucionar políticamente en Venezuela se necesita, no solo un cambio de rumbo del régimen, sino de manera obligatoria de la oposición.
Winston Churchill señalaba: La política es casi tan excitante como la guerra y casi igual de peligrosa. En la guerra solo te pueden matar una vez, pero en política muchas veces.
Yo pregunto, ¿cuántas veces más tendremos que soportar los fracasos de la clase política?
Para cambiar un resultado, un estado de cosas que ha permanecido inalterable por 23 años, tenemos que modificar la actuación. Haciendo lo mismo no se obtendrán resultados diferentes.
Ángel Monagas es abogado y comunicador.
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