Observadores Están Atentos, por Teodoro Petkoff
Queremos reiterar a la OEA que si va a enviar una misión de observadores internacionales es para que cumpla un rol real, que ayude a los venezolanos a recuperar la confianza en el voto. Hace pocos días señalamos algunos aspectos referidos al inadecuado comportamiento de la FAN en las mesas electorales y al trato discriminatorio que se ha dado en el pasado reciente a los testigos de los partidos de oposición, así como a la inexistencia de escenarios locales y regionales (juntas electorales respectivas) donde puedan procesar los partidos quejas y reclamos ante el desenvolvimiento del proceso.
La OEA tendría que lograr del CNE la garantía de que estas artimañas y abusos de autoridad no van a repetirse y que los derechos de todos los participantes van a ser respetados, y que la FAN no se ocupará de otra cosa que de la custodia de los locales de votación, sin injerencia alguna en lo que atañe al hecho comicial mismo. Tiene que quedar claro que los militares no son autoridad electoral y que no pueden inmiscuirse en nada que tenga que ver con el desempeño de las mesas electorales.
Hoy queremos insistir en el tema.
1
El CNE debe comprometerse —y la OEA debe ser fiadora de ese compromiso— a que, tal como lo establece la Ley del Sufragio, el escrutinio será público. Es completamente inaceptable que los militares (y a veces los propios miembros de la mesa) impidan la presencia de los electores en el acto de escrutinio. Es un derecho universal, que en los últimos procesos electorales ha sido abiertamente desconocido.
2
El CNE debe garantizar —y la OEA debe estar mosca con esto— que se va a abrir una muestra adecuada y representativa de las urnas electorales para verificar si las papeletas coinciden con los números arrojados por las máquinas. Este ya es un procedimiento adoptado en muchos otros países, dada la posibilidad, técnicamente demostrada, de que las máquinas puedan ser intervenidas. Pero, además, es preciso establecer reglas para dar consecuencias al hecho de que se presenten inconsistencias entre las papeletas y las máquinas. Lo lógico sería que donde ocurra tal cosa, sean abiertas las demás urnas para comprobar si el fenómeno es casual y aislado o es debido a alguna irregularidad que se repite.
3
Las máquinas deben emitir un “acta cero” antes de iniciarse la votación y debe existir una orden de estricto cumplimiento para que la transmisión no se inicie antes de terminar el escrutinio, incluida la apertura de las urnas escogidas para ese propósito. La misión de la OEA debe estar muy pendiente de este delicado tramo del proceso. De igual manera, debe ser garantizado el acceso de los especialistas de TODOS los partidos a TODAS las salas técnicas. Es inaceptable que se repitan cosas tan vergonzosas como la de negar incluso a algunos rectores del CNE la entrada a esas salas.
Desde luego que todo esto —y más— es deber del CNE y objeto también de la observación nacional, pero ya que va a venir una misión de la OEA, y esto no es un juego de dominó, en este caso los mirones no son de palo.