Observatorio Electoral Venezolano detalló irregularidades en elecciones del 6D
Las elecciones se efectuaron tras un polémico proceso en el que el CNE ofreció garantías que posteriormente no cumplió, por lo que se cuestiona una vez más la legitimidad de los resultados
El Observatorio Electoral Venezolano (OEV) efectuó una observación independiente de las cuestionadas elecciones parlamentarias celebradas el pasado 6 de diciembre, en las que detectó una serie de irregularidades que perjudicaron la naturaleza democrática de los comicios.
De acuerdo con el informe publicado por el OEV, el Consejo Nacional Electoral (CNE), como árbitro, cometió al menos tres faltas graves con respecto a los compromisos que había suscrito para realizar este proceso electoral.
Entre ellas, la organización destacó el incumplimiento de la representación proporcional, una de las supuestas garantías ofrecidas por el CNE al momento de ampliar la cantidad de curules de 167 a 277.
Representación proporcional
El OEV resaltó que la Constitución y la Ley Orgánica para Procesos Electorales (Lopre) establecen la representación proporcional como un principio de elección que busca asegurar que cada alianza o partido tenga representación según un porcentaje similar a los votos alcanzados.
En las elecciones de 2010 y 2015 este principio fue violentado, ya que el sistema favorece a la representación de quien más votos obtiene. En esta ocasión, el árbitro decidió modificar las reglas y ampliar la cantidad de diputados electos por lista, lo que prometía una mejora sustancial en la proporcionalidad.
No obstante, en las parlamentarias del 6 de diciembre no se cumplió con el principio de proporcionalidad en la representación. «Nuevamente la elección parlamentaria del 6 de diciembre nos mostró que la representación proporcional sigue sin ser respetada. A la alianza oficialista, con poco menos del 70 % de los votos lista válidos le fueron asignados 253 diputados, más del 90%», explicó el OEV.
En este sentido, acotan que el ajuste de la proporcionalidad debe estar ligado a una reforma sustancial de la Lopre, que debe ser aprobada por la Asamblea Nacional para garantizar el reconocimiento y la legitimidad de la legislación reformada, la cual debería contar con el respaldo de un acuerdo nacional.
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Baja participación
Otro aspecto negativo que marcó las elecciones parlamentarias fue su escasa participación. Según las previsiones del OEV, un 74% de la población no se sentía motivada a participar para la primera quincena del período de campaña electoral, porcentaje que bajó a un 67% en la segunda quincena.
Los números del OEV coincidieron con la tasa de participación del 30% que registró el CNE en su primer boletín. Esta cifra resultó ser 44 puntos porcentuales inferior a la registrada en las elecciones parlamentarias anteriores celebradas en 2015, cuando la oposición acudió unida. También evidencia 16 puntos menos que los cuestionados comicios presidenciales de 2018, cuando Nicolás Maduro resultó electo y posteriormente fue desconocido por parte de la comunidad internacional.
La irregularidad en este apartado no guarda relación directa con los números de participación, sino con la naturaleza del evento, ya que el oficialismo fue el sector político que hizo campaña, apoyándose en consejos comunales, alcaldías y gobernaciones, hecho que viola los principios constitucionales. La propaganda chavista dominó el proceso de campaña y el Gobierno incrementó durante este período la entrega de comida, medicinas y jornadas de servicios públicos para instar al voto.
A pesar de estas artimañas no constitucionales, el porcentaje de participación fue escaso, lo que parece responder a la decisión de la oposición mayoritaria de no participar bajo las condiciones propuestas por el CNE.
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Los ‘puntos rojos’ se mantuvieron
Otra de las promesas del árbitro fue la remoción de los denominados ‘puntos rojos’, mesas instaladas cerca de los centros de votación en los que miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) registran a los electores con el carnet de la patria para comprobar participación en el evento y además otorgar bonos mediante el sistema Patria.
El OEV resalta que los puntos rojos no desaparecieron, sino que mutaron. Antes eran reconocibles por un toldo rojo a pocos metros del centro electoral. El 6 de diciembre, sin embargo, se mantuvieron como grupos de personas, mesas o incluso casas cercanas a los centros.
«La observación independiente del OEV determinó, sin embargo, que en los alrededores de seis de cada diez de los 398 centros de votación observados en el ámbito nacional hubo puntos rojos de manera sostenida, tanto en la mañana como en la tarde», detallan.
Además, en uno de cada cuatro centros observados en puntos partidistas, se hizo orientación al voto, lo que violenta el derecho al sufragio libre y representa un nuevo episodio de ventajismo de Estado, que además trasladó a electores con recursos públicos en un 40% de los centros observados.
Resultados opacos
Finalmente, el OEV hace una serie de preguntas sobre otros hechos particulares acontecidos durante la elección, referentes al centro de votación del mandatario Nicolás Maduro, modificado sin previa notificación; y a listas nacionales que se modificaron con otros candidatos entre el primer y segundo boletín con resultados.
«¿Por qué el mismo 6 de diciembre en la mañana el CNE mantenía en su sitio web el centro de votación de Nicolás Maduro, si había sido cambiado por razones de seguridad, y se actualizó su registro en plena jornada electoral y sólo después del mediodía?, ¿por qué en el segundo boletín de resultados se anunció un segundo candidato adjudicado por una de las listas nacionales y al día siguiente en la web figuraba el nombre de otro candidato distinto?, ¿por qué el CNE no informó a los electores las modificaciones que, según dijeron candidatos después del 6 de diciembre, solicitaron e hicieron a las listas el último día del lapso?», cuestionan.
Por lo tanto, también se evidencia que en la fase poselectoral existe una opacidad que las autoridades no disiparon en ningún momento.