OEA elige a la cubana Rosa María Payá como nueva comisionada de la CIDH

La activista cubana Rosa María Payá, disidente cubana, ha dicho que será la voz de las víctimas de violaciones de derechos fundamentales en el continente
En el marco del 55º Período de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrado en Antigua y Barbuda, Rosa María Payá fue elegida como nueva integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en una votación que marca un hito para la defensa de los derechos humanos y las libertades democráticas en la región, reportó Cubanet.
“Profundamente honrada por la confianza que los Estados de las Américas ponen hoy en mí para defender los derechos humanos de todos. Gracias a los Estados Unidos por la audacia de una candidatura tan extraordinaria como la mía. Será un honor servir a los pueblos de las Américas”, declaró Payá en su cuenta de X tras conocerse el resultado.
De igual modo, Desde la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, de la cual es presidenta honoraria, y en su condición de fundadora del proyecto Cuba Decide, se le reconoció a Payá, quien ha dedicado años de activismo a la promoción de los derechos fundamentales y las libertades en Cuba y América Latina. Su elección supone no solo un reconocimiento a esa trayectoria, sino también una señal del respaldo hemisférico a la defensa de los valores democráticos.
La elección de Rosa María Payá, cuya candidatura fue presentada por el Departamento de Estado de Estados Unidos a finales de marzo, fue vista como una apuesta audaz y un gesto político de respaldo a la disidencia cubana y a las voces democráticas en la región.»Vivimos en un continente donde la democracia se debilita, la represión crece y millones de personas sufren los efectos del colapso del Estado de Derecho. La violencia, el crimen de Estado, el desplazamiento forzado y la persecución golpean con más fuerza a los más vulnerables. La misión de la CIDH es esencial», subrayó Payá, quien se ha propuesto como prioridades la protección de «quien más lo necesita», la defensa de la democracia y mayor eficacia y transparencia en la CIDH.
Payá consiguió los votos necesarios pese a la campaña desencadenada por los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, además de ciertos sectores de la izquierda.
Una candidatura con visión estratégica
La elección de Rosa María Payá después de que, en mayo pasado, la activista cubana interviniera ante el Consejo Permanente de la OEA, donde delineó su visión y prioridades para la CIDH. Durante su intervención, Payá subrayó que “proteger la legitimidad de la Comisión también significa alinear sus prioridades con los desafíos y crisis de derechos humanos más urgentes que enfrenta el hemisferio”, y propuso enfocar el plan estratégico en proteger las instituciones democráticas, preservar el espacio cívico y garantizar los derechos de los más vulnerables.
La ahora comisionada electa presentó tres prioridades centrales: proteger a los grupos en situación de vulnerabilidad y defender los valores democráticos; garantizar una CIDH eficaz, transparente y efectiva; y universalizar el sistema interamericano, ampliando su alcance.
Durante su discurso, Payá también puso énfasis en que la labor de la Comisión debe estar guiada por la evidencia concreta y el respeto a los principios contenidos en los instrumentos interamericanos de derechos humanos. “Debemos afirmar y proteger los derechos de todos, de las mujeres, de las personas LGBT+, de los pueblos indígenas y afrodescendientes, y al mismo tiempo respetar la libertad de religión y de conciencia”, afirmó.
Asimismo, abordó temas como la responsabilidad de los actores privados en las violaciones a derechos humanos, la necesidad de enfrentar el tráfico ilícito de armas y los efectos de la crisis ambiental sobre los derechos fundamentales, destacando al Caribe como una de las zonas más afectadas.
En su exposición ante la OEA, Rosa María Payá destacó el valor de la prevención en el trabajo de la CIDH y propuso fortalecer los mecanismos de seguimiento de recomendaciones y diálogo con los Estados. “La Comisión es más efectiva cuando actúa de manera preventiva que cuando lo hace de forma punitiva”, aseguró.
Reiteró su compromiso con el rigor y la objetividad en la toma de decisiones: “Trabajo con datos y análisis rigurosos. En tiempos de divisiones ideológicas, creo en un proceso basado en el derecho y en una evaluación objetiva de la realidad”.
En un momento emotivo de su intervención, recordó a su padre, Oswaldo Payá, líder opositor cubano asesinado por la dictadura castrisa, cuyo legado inspira su labor: “Mi padre dio su vida por los derechos humanos, consciente de que existen más allá de las fronteras de la raza, la política, la religión o la cultura. Ese es el ejemplo que pretendo seguir”.
Activista reconocida internacionalmente, Payá dirige actualmente la Fundación para la Democracia Panamericana, desde donde impulsa iniciativas sobre seguridad regional, derechos humanos y estabilidad democrática. Su llegada a la CIDH promete una etapa de firme defensa de los derechos fundamentales, con énfasis en la protección de las víctimas y en la preservación de las libertades democráticas en un continente convulsionado por crisis políticas y violaciones sistemáticas de derechos humanos.
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