OEV cuestiona factibilidad para organizar las «megaelecciones» en seis meses
Una de las dificultades para este CNE reestructurado tiene que ver con la generación de confianza en el electorado, detalla el OEV, puesto a que la nueva directiva fue designada en el seno de la Asamblea Nacional (AN) administrada por el chavismo
El Observatorio Electoral Venezolano (OEV) expuso su preocupación con respecto a los lapsos que adelantó el Consejo Nacional Electoral (CNE) para organizar los comicios regionales y municipales que se efectuarán en conjunto el 21 de noviembre.
Las elecciones se llevarán a cabo en apenas 25 semanas, un plazo que para el observatorio es insuficiente, dada la complejidad que conlleva organizar un evento para renovar cuatro tipos de autoridades a la vez.
Ya el rector postulado por organizaciones de la sociedad civil, Roberto Picón, había adelantado que probablemente los postulados se contarían por varios miles, por lo que la organización del evento requerirá de una logística importante.
A este hecho se suman diversos retos, como realizar las auditorías del sistema de votación, que se estrenó el pasado diciembre en los cuestionados comicios parlamentarios del 6D y no ha superado las revisiones suficientes con veeduría contrastada para garantizar imparcialidad y el adecuado funcionamiento.
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En este contexto, el OEV considera que seis meses y una semana resultan poco tiempo para organizar estos complejos comicios que contemplan cuatro elecciones al mismo tiempo. Por eso destacan que los retos más importantes serán elaborar un cronograma coherente para las elecciones, la revisión exhaustiva del registro electoral y también para la auditoría del sistema de votación.
«Auditorías amplias, como la recién prometida al Registro Electoral, son positivas porque permitirían motivar la participación del electorado, pero también han necesitado varios meses de desarrollo en oportunidades anteriores, para que resulten verdaderamente exhaustivas», acotan en su boletín correspondiente a la primera quincena de mayo.
Por otra parte, destacan que otra de las dificultades para este CNE reestructurado tiene que ver con la generación de confianza en el electorado, puesto a que la nueva directiva fue designada en el seno de la Asamblea Nacional (AN) administrada por el chavismo, polémica y cuestionada tanto en el plano nacional como en el internacional por las condiciones en las que fue electa, con escasas garantías democráticas y sin la participación de la oposición mayoritaria.
«Ganar confianza sobre el venidero proceso electoral requerirá, igualmente, de unos actores y electores que ejerzan la contraloría necesaria y legalmente consagrada sobre las votaciones», insisten.
Además, el OEV subraya que el organigrama del CNE sigue otorgando mayor peso al chavismo dentro de la institución, por lo que los representantes de la sociedad civil que hacen contrapeso requerirán un «amplio apoyo de la sociedad y los partidos para alcanzar incidencia sobre la agenda electoral y las decisiones que se tomen».