Olvidos, por Omar Pineda
Twitter: @omapin
Claro que son muy especiales los domingos porque entonces vuelvo a tener sobre mis piernas ese álbum viejo, deteriorado por el uso, con fotos de gente que no conozco y sonríe, y que Nadia se empeña, con una paciencia infinita, de obligarme a recordar sus nombres hasta que con algo de hastío y desesperanza me pregunta ¿de verdad que no te acuerdas de mamá y de tu tío Carlos, ese señor que te está abrazando? Y yo guardé silencio no sé si desconcertado o un poco afectado por la vergüenza ¿pero de dónde saca esta mujer que la chica de cabellos ondulados y engalanada con un vestido de florecitas, que besa a ese joven alto, de cabello negro y bigotes estirados es mi mujer?
Desde luego que yo le sigo la corriente, hago pasar las páginas lentamente, un sinfín de caras desconocidas que desfilan ante mí y volteo hacia ella para mentir y decirle “claro, Nadia –creo que es así como dice que se llama– yo sé quiénes son” y le sonrío.
Entonces ella hace un gesto gracioso con su boca que yo adivino, porque ahora vendrá la parte en la que mira su reloj y grita vengan Miguel y Mayra a despedirse del abuelo, que ya nos vamos.
Los niños no esperan un segundo llamado y vienen correteando a velocidad hacia mí, se suben a la silla de ruedas, me babosean con besuqueos y apretones, me piden la bendición y se marchan otra vez a la carrera, como todo niño cuando termina la hora de clase. Mientras cierro el álbum de fotografías, me quedo viendo cuando se suben al auto, sacan la mano por la ventana, me dicen adiós y se pierden de vista.
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Hasta que llega esa señora regordeta y malhumorada, me grita “ya que está bueno por hoy, Pedro”, me hace tomar una pastilla y me lleva a la habitación y no se está tranquila hasta que yo me acueste en la cama y cierre los ojos. Pero cuando se va y tranca la puerta, yo me escapo sigilosamente, regreso a mi verdadero mundo de la infancia y vuelvo al trayecto a la carnicería para comprarle el encargo a mamá. Mira que ella se enoja si sabe que me distraje hablando con desconocidos por el camino.
Omar Pineda es periodista venezolano. Reside en Barcelona, España