ONG denuncia aumento de casos de desnutrición en calabozos policiales
El estudio, hecho de marzo a septiembre, determinó que además de desnutrición hay casos de tuberculosis, VIH y algunos de covid-19
La ONG Una Ventana a la Libertad publicó un informe respecto al estatus de la salud en los reclusos de los Centros de Prevención Preventiva (CDP) -calabozos policiales- ubicados en el Distrito Capital, Vargas y Miranda, donde se evidenció que en medio de condiciones adversas como el hacinamiento, la falta de agua potable y la escasez de alimentos, hay 583 privados de libertad con desnutrición, 183 con tuberculosis, de los cuales 10 son portadores del VIH.
“Se constató un incremento importante en el número de privados de libertad con cuadros severos de desnutrición y un aumento en el número de casos de tuberculosis en los calabozos policiales”, dice el informe.
Durante el lapso que fue monitoreado, se registraron cuatro casos de covid-19 en la Delegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Los Teques, estado Miranda.
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El estudio, realizado de mayo a septiembre de 2020 en unos 60 CDP de la Región Capital -de los cuales 55 son dirigidos por autoridades civiles- a unos 5.218 privados de libertad. El informe arrojó que hay un hacinamiento de 239,40%, ya que las instalaciones están diseñadas para albergar 2.180 personas. Del número total de detenidos, solo 69 son menores de edad. Lo demás son adultos.
También se conoció del fallecimiento de 14 privados de libertad, de los cuales ocho fueron por tuberculosis, dos por paro respiratorio, dos por problemas coronarios, uno por fractura craneal y otro por infarto.
Manejan la información que dentro de los CDP no existen comedores a pesar de tener una población que tiene un largo periodo de estadía, porque esperan traslados a los recintos carcelarios, acciones que dependen del Ministerio de Servicios Penitenciarios y que desde esa cartera se evidencia la lentitud en los procesos.
El informe revela que el 73% de los centros de detención no cuentan con baños para los privados de libertad, y se ven obligados a hacer sus necesidades en bolsas dentro de los calabozos; el 35% de los recintos no tienen servicio de agua potable y el 92% no cuenta con servicio médico para asistir a los reclusos a pesar de los niveles de desnutrición, tuberculosis y otras enfermedades infecto contagiosas.
De los 60 CDP, solo cuatro cuentan con unidades de transporte para llevar a un centro de salud a los que necesiten asistencia médica, mientras que en solo seis se ofrece atención y control médico para las damas recluidas que están embarazadas.
Recientemente, el Observatorio Venezolano de Prisiones presentó su informe de 2019 en el que reveló que el aumento de muertes en presos por temas de salud había aumentado. A pesar de que no se ha dado a conocer una investigación de las circunstancias de este año, se puede afirmar que durante los seis meses de cuarentena por el coronavirus la situación en las cárceles empeoró.
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“Las muertes por desnutrición y tuberculosis han tenido un repunte muy alto durante los meses de cuarentena. Los hechos violentos han bajado, pero las muertes por estas dos causas son importantes”, asevera Carolina Girón, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
En este mismo sentido, el coordinador de la ONG Una Ventana a la Libertad, Carlos Nieto Palma, dijo el 26 de septiembre que no cree que la pandemia haya causado mayores estragos en los recintos penitenciarios porque, a su juicio, “la situación en las cárceles venezolanas siempre ha estado muy mal”; aunque admite que con la pandemia “la situación es más grave”. Explica que aunque en las cárceles ya existía hacinamiento, retardo procesal, tuberculosis, escabiosis, hepatitis, HIV y otras enfermedades, “las muertes se incrementaron”.