Operaciones de Venvidrio en Maturín apenas duraron un año tras la confiscación

Han pasado 18 meses desde que la empresa apagó los hornos por falta de insumos. Carecen de soda ash, estaño, dolomita, sílice y refractarios
En agosto de 2017 fue la última vez que los hornos de Venezolana de Vidrios (Venvidrio), planta ubicada en Maturín, estuvieron encendidos. De acuerdo con una fuente que prefirió no identificarse, en ese mes el horno fue apagado por la falta de insumos. Han pasado ya 18 meses desde esa decisión, informó El Pitazo.
La fuente aseguró que en Venvidrio falta la principal materia prima: soda ash (carbonato de sodio). Además, carecen de estaño, dolomita, sílice y refractarios para las paredes del horno, que necesita ser sustituido porque ya cumplió con su vida útil. Es el mismo que dejó Guardian de Venezuela, compañía confiscada en agosto de 2016 por el gobierno de Nicolás Maduro. Actualmente, la nómina de Venvidrio es de 290 empleados. Ninguno está en planta, allí solo hay personal de una empresa encargada del mantenimiento de las áreas, afirmó la misma fuente. Devengan sueldo mínimo más los beneficios de ley. “La mayoría tiene contratos de un año con cláusulas en las que se les advierte que pueden ser despedidos ante cualquier hecho que atente en contra de la empresa, como romper una lámina de vidrio”, explicó.
La fuente señaló que tienen cinco meses fuera de la fábrica porque el galpón está vacío.
En enero, la directiva esperaba por el arribo de 150 contenedores para retomar la comercialización. Se trata de una mercancía retenida en el puerto de Guanta, estado Anzoátegui, según un ex trabajador consultado para este trabajo. Él explica que desde la aduana no se habían firmado los papeles de salida por razones que desconoce.
La empresa dejó de enviar vidrios para Venirautos. Vendieron el vidrio grabado, los espejos y algunos especiales de reflexión de luz que quedaban en existencia. “El Gobierno se quedó con los activos de Guardian de Venezuela, nunca ha producido nada y tampoco lo hará porque no tienen la capacidad para hacerlo”, indicó el ex empleado, quien mantiene contacto con personal de planta.
Cuando el Estado asumió el control, la fábrica no estaba operativa por falta soda ash, la principal razón por la que el gobierno decidió enfriar el horno, que tiene un tamaño similar al de un edificio de cinco pisos, reseñó El Pitazo.
En aquel momento, el equipo estaba encendido por esta razón: había vidrio fundido no apto para la venta; debía estar así mientras la gerencia obtenía respuestas sobre las divisas o si decidía paralizar definitivamente las operaciones en Monagas.
“El horno no se podía enfriar de la noche a la mañana porque el vidrio se podía solidificar y para cumplir con ese proceso había que drenarlo y eso era algo que también estaba planeado. Siempre se apostó a que todo mejoraría para invertir en el horno, pero llegó el gobierno”, añadió el ex trabajador.