Oposición, primarias y Maduro, por Freddy Núñez
Twitter: @nm_freddy
La oposición venezolana lleva años haciendo inmensamente feliz a Nicolás Maduro y su combo. No hay buena oportunidad que no desperdicie, no pierde ocasión de ayudarlo a cumplir la elemental regla que Julio César legó a la historia, y se sigue repitiendo hasta nuestros días, “divide y vencerás”.
No voy a enumerar aquí los errores anteriores al 2006, y ni siquiera los que siguieron al extraordinario triunfo del 2015, cuando en una ausencia absoluta de habilidad y combatividad política, después de haber sacado de la manera más diáfana posible los 2/3 de la Asamblea Nacional se desperdició la oportunidad de convocar al pueblo a hacer cumplir la constitución.
Me quiero referir a la irresponsable dispersión del liderazgo opositor, negado a entender que el primer requisito hoy en Venezuela para definir cualquier orientación política, es la construcción de una unidad nacional que sirva de brújula al país.
El régimen hace su trabajo poniendo de bulto de manera absolutamente clara que los venezolanos no estamos frente a ningún adversario ideológico sino ante un grupo que ejerce el poder violando la constitución, el estado de derecho, y particularmente los derechos humanos, es pues, el uso delincuencial del poder.
Hay que exigir con fuerza al liderazgo opositor real –no me refiero a quienes de manera degradante posan de opositores y están al servicio del poder, como alacranes, mesitólogos y afines– la construcción de una unidad nacional amplia, entretejida más allá de los partidos políticos.
De ella deben formar parte quienes están claros que solo será posible construir una Venezuela democrática y libre que transforme la tragedia que vivimos en bienestar económico con seguridad jurídica y respaldo internacional, cuando salgan del poder quienes lo detentan.
*Lea también: Hacia una mejor política, por Simón García
Esa unidad nacional es impostergable, y mucho me temo que la convocatoria a unas primarias no sea casualmente la condición necesaria o tenga el impacto suficiente, como para apuntar en esa dirección. ¿Por qué? Porque es obvio que el país necesita saberlos y verlos unidos no solo cuando sus intereses personales, en este caso la eventual candidatura presidencial los convoca.
El ciudadano necesita ser acompañado en sus luchas diarias por tratar de salir de la tragedia que padecen, y no parece que esa elección sea exactamente su primera prioridad. Un proyecto unitario si, un plan para salir de la crisis si, y posteriormente la escogencia de un abanderado apoyado por todos.
Antes de esas primarias, la oposición debe mostrarle al país la concreción de esa indispensable unidad nacional que comprometa a los partidos políticos y a los más diversos sectores, con un proyecto de gobierno que deberá ser suscrito por todos y a cuyo cumplimiento se obliga quien resulte electo y quienes no, puesto que es obvio que se requerirá un gobierno de gran amplitud para la tarea de recuperar al país.
Actuar de esta manera es respetar a la gente, es poner a la ciudadanía por encima de los intereses personales de la dirigencia. Entregarle al país un diseño de plan de gobierno que por lo demás no tiene que ser ningún tratado enciclopédico, sino abordar de manera sucinta los dos grandes temas en juego; la instauración de la democracia con sus deberes y derechos ciudadanos y el plan de recuperación económica para salir del descalabro y construir oportunidades para todos.
Si se construye esa unidad nacional, si cesa ese empeño de ver a los enemigos en la oposición y no en el régimen, será posible definir las rutas de acción política contando con la gran mayoría del país.
Si producto de esa gran unidad nacional se escoge el camino electoral, estoy seguro (ejemplo 2015) de que el país estaría dispuesto a salir a votar en avalancha, sabiendo que tiene al frente un liderazgo común dispuesto a defender el triunfo.
Para mi es claro que cualquiera sea el camino escogido, el electoral o la apelación al uso de los derechos establecidos en la constitución para su defensa y restauración, será posible si, y solo sí, es evidente la existencia de una unidad nacional.
El liderazgo opositor está a tiempo de no seguir ayudando a Maduro. Decidir primarias antes de presentar el gran logro nacional que sería el proyecto unitario, y lo que podríamos llamar un plan de gobierno, sería como dijo un amigo recientemente «poner la carreta delante de los bueyes».
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo