Óscar Pérez había denunciado que «Pico» y Tabosky eran infiltrados en la resistencia
Los presuntos autores intelectuales del «atentado» contra Maduro habrían sido denunciados por el expiloto del Cicpc, Óscar Pérez, de ser infiltrados dentro de la «resistencia»
Los ciudadanos Rayder Alexander Russo Marquez, conocido por su alias de teniente «Pico», y Osman Alexis Delgado Tabosky, fueron acusados este 7 de agosto por Nicolás Maduro por ser los supuestos autores intelectuales de los hechos ocurridos el pasado sábado en la avenida Bolívar, que según la versión oficial fue un atentado.
El primero de ellos, residente actualmente en la ciudad de Bogotá en Colombia, y el segundo de ellos residenciado en Florida, Estados Unidos, habrían sido los que elaboraron una supuesta conspiración contra Maduro.
Como se recordará, tanto el ex jefe de Policía del municipio San Diego, Salvatore Luchesse, como el grupo llamado «Soldados de Franela» se adjudicaron la autoría intelectual. Aunque el expreso político se «echó para atrás», la organización insurgente fue calificada como afín al movimiento liderado por el expiloto del Cicpc, Óscar Pérez, quien fue «neutralizado» junto a otras seis personas en la llamada «Operación Gedeón» en El Junquito el 15 de enero de 2018.
Sin embargo, en diciembre de 2017, Pérez habría denunciado a través de su cuenta en Twitter que tanto «Pico» como Tabosky eran «agentes infiltrados» dentro de la «resistencia» y dijo en esa oportunidad que «»Salomón/Teniente Pico» y «Jeremías» estaban vendiendo información al Gobierno.
#ATENCION Infiltrados del Régimen dentro de las Filas de la #Resistencia RAYDER RUSSO alías «Salomón/Teniente Pico» y OSMAN DELGADO TABOSKY alías «Jeremías», HACEN VÍDEOS PARA BENEFICIO PROPIO, fueron descubiertos y ahora venden información al Gobierno. pic.twitter.com/8jNDkZLwlu
— Oscar Perez (@oscaromshanti) December 1, 2017
Según la narración de uno de los videos que mostró Maduro la noche de este martes, a los autores materiales del ataque con drones se les ofreció pagar 50 millones de dólares y «recibieron entrenamientos sobre el manejo de drones y explosivos en una granja llamada Atalanta», en el municipio Chinácota, departamento de Norte de Santander (Colombia), «desde abril hasta finales del mes de junio de 2018».