Otra óptica: La vanidad, por Gisela Ortega
No hay nadie que confiese ser “vanidoso” o que no esté convencido al menos, que los demás son muchos más arrogantes que él.
La vanidad –según definición de diccionarios y obras varias de consulta-es la excesiva confianza y creencia de la propia capacidad y atracción muy por encima de otras personas y cosas.
La vanidad es una forma inferior del orgullo y, porque precisa de la estimación ajena y se nutre del juicio de los demás, conlleva la necesidad de alardear y el afán deostentar y aparentar. Por eso, son manifestaciones y resultantes de la vanidad: la pedantería, la fanfarronería, la petulancia, la egolatríay el constante ufanarse
En algunas enseñanzas religiosas se la considera como una forma de idolatría en la que uno sustituye a Dios por lo que Él hace. Las historias de Lucifer y Narciso –de donde se ha sacado el término narcisismo-, son ejemplos demostrativos de lo que puede llevar aser un completo vanidoso.
El poeta y dramaturgo alemán, Johann Wolfgang Goethe, -1749-1832- al referirse a la vanidad señalo: “ciertos libros parecen haber sido escritos no para aprender de ellos sino para que se reconozca lo que sabía su autor. –Agregando-: se dice que las mujeres son vanidosas por naturaleza; es cierto, peroles queda bien y por eso mismo nos agradan más”.
Friederich Nietzsche, -1844-1900-, filósofo alemán, escribió lo siguiente al respecto: “La vanidad es la ciega propensión a considerarse como individuo no siéndolo”
La escritora española Concepción Arenal -1820-1893- sentencio: “En muchos casos hacemos por vanidad o por miedo, lo que haríamos por deber”
El escritor argentino Ernesto Sábato -1911-2011-, afirmó: “la vanidad es tan fantástica, que hasta nos induce preocuparnos de lo que pensaran de nosotros una vez muertos y enterrados”.
Para la mayoría la palabra vanidad encierra un significado negativo. La expresión “ajar la vanidad de uno” quiere decir “humillar su soberbia”. Lo mismo que “hacer uno vanidad de una cosa” es preciarse o jactarse de ella.
Hay profesiones en las que, de alguna manera, la tendencia a la vanidad o la soberbia suelen ser muy marcadas: por ejemplo, las que tienen una relación directa con el público: la política, el arte, la literatura, el periodismo, es espectáculo –entre otras- que precisan que constantemente se les estéaupando y reconociendo y llegan a tal estado de prepotencia que se pierden.
“La vanidad es un traje terrible” dice un antiguo refrán. En sentido positivo, es una virtud puesto que motiva, constituyendo incluso una necesidad para la convivencia de los seres humanos además de ser una expresión de respeto y valoración, sobre todo con relación a la pareja. Y encierra todavía otros lados positivos: mucha gente es generosa, compasiva, tolerante, y solicita, sólo porque quiere quedar bien y ser admirada, o sea: quiere agradar.
Un último argumento para salvar el honor del orgullo: si no existiese la necesidad de complacer y distinguirse, el mundo sería menos competitivo y la convivencia bastante más aburrida. Si, por ejemplo, los artistas, que son motivados por hacer gala para destacar y representarse a sí mismos, no cultivaran la vanidad, faltaría “sal a la sopa” de la vida cotidiana. Y ello vale decididamente también para la vida social: en un “mercado de vanidades” siempre hay mayor animación.