Otra tienda CLAP que desaparece: Terrazas del Ávila cierra sus puertas
Es la segunda tienda CLAP que baja la santamaría. La primera fue la sucursal ubicada en Las Mercedes, que a finales de 2019 pasó a ser un bodegón llamado Salva Market, donde venden sofisticados productos importados, entre ellos dulces y licores, los cuales pueden ser adquiridos en bolívares y en divisas
Sin siquiera cumplir un año desde su inauguración, la sucursal de Tiendas CLAP ubicada en Terrazas del Ávila que hasta mayo de 2019 fue un Abasto Bicentenario y pasó a manos de la cuestionada empresa Salva Foods 2015, cerró sus puertas el martes 28 de enero, supuestamente por una remodelación que durará un mes. A los cajeros los reubicaron y al personal con cargos gerenciales lo despidieron, según fuentes cercanas a la red de tiendas.
“La intervinieron porque hubo mala utilización de recursos. Están hasta diciendo que devolverán la tienda a Rabsa (Red de Abastos Bicentenario), pero eso dependerá de cuánto es el desfalco. Esto es información confidencial”, aseveró un alto directivo de Tiendas CLAP, que por seguridad solicitó el anonimato.
El miércoles 29 de noviembre las rejas verdes del estacionamiento estaban trancadas. En menos de 10 minutos dos personas se acercaron a la entrada y preguntaron qué pasaba. “Estamos cerrados”, les respondía el vigilante.
El cierre también afecta a los comercios que continúan operando en las instalaciones del supermercado, entre ellos una peluquería, una óptica, dos agentes autorizados del área de las telecomunicaciones y un negocio de reparación de electrodomésticos, pues les baja significativamente la clientela.
El área externa del supermercado estaba casi desierta, salvo por los vigilantes y los trabajadores de los pocos negocios que operan en las instalaciones de la tienda CLAP. En el estacionamiento no había ni un vehículo aparcado.
Dentro del supermercado unas cinco trabajadoras, que vestían la chemise verde del uniforme de la tienda, agarraban los productos que estaban en los anaqueles y los arrojaban en carritos de supermercados. Al mediodía ya tenían casi veinte llenos de artículos.
“No va a seguir siendo Tiendas CLAP”, aseguró la encargada, con camisa negra, que caminaba por los pasillos del establecimiento y daba instrucciones a las empleadas. “Todavía no tengo el concepto claro de lo que será ahora, solo que nos mandaron a quitar los productos para hacer una reestructuración completa de la tienda que tiene que ver con el sistema de frío”.
Los empleados de la óptica y de un agente autorizado estaban desocupados. No había ni un cliente a quien atender. “No nos dejan pasar de las cajas”, afirmó una de las trabajadoras.
“Ayer (martes 28 de enero) no nos dejaron entrar. Eran las doce del mediodía y no sabíamos nada y estábamos allá afuera. La encargada de los concesionarios fue la única que se tomó la molestia de decirnos qué era lo que estaba pasando. Nos dijo que iban a arreglar los aires acondicionados, que iban arreglar el área de refrigeración porque cómo era posible que no se vendiera pollo ni carne. Las malas lenguas dicen que supuestamente esto lo compró otra gente o que va a surtir otra gente. Es lo que dicen”.
Van dos y contando
Originalmente en el lugar operó una de los primeros Hipermercados Éxito, propiedad de la empresa Cativen, de capital franco-colombiano. Fue desde aquí donde en 2010 Hugo Chávez anunció la expropiación de la cadena y su conversión en la primera sucursal de la Red de Abastos Bicentenario, suscritas a la Misión Alimentación, sistema que el expresidente puso en marcha en abril de 2003 cuando creo Mercal, primer eslabón de una cadena a la que meses después se agregaría Pdval, dos figuras hoy prácticamente inexistentes y que constituyen una de los mayores fracasos y ejemplos de corrupción del gobierno chavista.
El 9 de mayo de 2019 la sucursal del Bicentenario Terrazas del Ávila cerró sus puertas y dejó en la calle a 200 trabajadores para convertirse en la Tiendas CLAP que ocho meses después también cierra.
Es la segunda Tiendas CLAP que clausura. La primera fue la sucursal ubicada en Las Mercedes, que a finales de 2019 pasó a ser un bodegón Salva Market, donde venden sofisticados productos importados, entre ellos dulces y licores, los cuales pueden ser adquiridos en bolívares y en divisas. En el negocio también hay una panadería.
Si bien la sucursal ubicada en el Centro Comercial Ciudad Tamanaco (CCCT) no ha cerrado, esta tienda cuenta desde finales de 2018 con su propio bodegón, donde también se exhiben productos importados solo asequibles por las élites que Nicolás Madur tanto critica.
La tienda CLAP ubicada en Zona Rental, la más grande de la ciudad capital, también sigue funcionando. Una trabajadora, que pidió no ser identificada, indicó que la sucursal en Terrazas del Ávila la cerraron porque la van a remodelar. “Eso está todavía en stand by, no se sabe qué va a pasar, si lo van a remodelar para convertirlo en Salva Market como hicieron en Las Mercedes, que ya no es Tiendas CLAP sino Salva Market. Es la misma gente, pero con otro nombre. Esto es Salva Foods y allá pusieron Salva Market”, relató la empleada, quien añadió que en la tienda de Terrazas del Ávila despidieron hasta al gerente. “Recursos humanos lo llamó y lo botaron, está sin trabajo ahorita. Aquí te botan y no te dicen, no te quieren y ya, así es aquí. No te dan argumentos”.
El operador de Tiendas CLAP de Zona Rental, quien también solicitó el anonimato, dijo que en la red de supermercados circulan dos rumores: “Uno que supuestamente lo van a remodelar para convertirlo en Salva Market como hicieron con el de Las Mercedes, y otro que Maduro quiere agarrarse todo esto otra vez porque ve que está funcionando. Antes aquí no servía nada”.
Mentira no es. La sucursal en Zona Rental no luce como el Gran Abasto Bicentenario, donde los consumidores también padecían los embates de la escasez y de la hiperinflación. Algunos pasillos lucían desiertos de productos, mientras que otros estaban surtidos de un solo alimento, como pasta importada de Turquía, por la ausencia de los artículos básicos como mantequilla, harina, azúcar, arroz, leche en polvo y aceite.
Ahora la tienda está surtida no solo de alimentos sino también de productos de limpieza del hogar e higiene personal, ropa, electrodomésticos de reconocidas marcas internacionales, cauchos, aceites, muebles y cuadros. Hasta cuenta con su propia óptica, farmacia y bodegón.
Un proyecto podrido
Las Tiendas CLAP funcionan donde antes estaban los Abastos Bicentenario, una red que el gobierno lanzó tras las expropiaciones de las cadenas Hipermercados Éxito y Cada, ambas propiedad de Cativen, que Chávez llevó a cabo en 2010.
En febrero de 2016 Nicolás Maduro ordenó reestructurar la red para “acabar con la corrupción”. Más de 10.000 trabajadores fueron despedidos. “Los abastos se los vendieron a la empresa privada Salva Foods para convertirlos en unas Tiendas CLAP, que no tienen nada que ver con el CLAP del Estado. Los vendieron sin importarles las condiciones de los trabajadores”, afirmó Jorge Lastra, directivo del sindicato de Rabsa (Red de Abastos Bicentenario).
Según la página web de la empresa pública, la red contó con 34 sucursales en el Distrito Capital y 13 estados del país. En la región capital, las tiendas estuvieron ubicadas en Las Mercedes, Los Ilustres, Macaracuay, Montalbán, San Bernardino, CCCT y Plaza Venezuela. Todas fueron cerradas y se convirtieron en Tiendas CLAP, en manos de privados.
En julio de 2018, cerraron los establecimientos ubicados en el CCCT, Macaracuay y Guarenas.
En 2018, el portal Armando.Info denunció que una empresa llamada Salva Foods 2015 es la beneficiaria actual de ese negocio: “Se llaman Tiendas CLAP y se confunden con una empresa estatal, con expendios de alimentos en los que alguna vez fueron locales de los Abastos Bicentenario. Detrás de esa operación reaparece la sombra de los empresarios colombianos Alex Nain Saab Morán y Álvaro Pulido Vargas, quienes desde inicios de 2017 están vinculados a los CLAP gracias a una fantasmal sociedad registrada en Hong Kong”.
De hecho, Salva Food es el nombre de la empresa ubicada en el puerto de La Guiara encargada de empaquetar los productos importados que nutren las bolsas y cajas CLAP distribuidas en Caracas, Vargas y Miranda. A finales de diciembre, la compañía asociada a Saab y Pulido despidió a más de 500 empleados por haber llamado a un paro para exigir el pago del salario.
La empresa está en el ojo del huracán político que sacude al Poder Legislativo venezolano, pues sería la responsable de pagar a varios diputados de la oposición «lavar» el nombre de sus propietarios y limpiar sus expedientes.