Panamá restaura relaciones consulares con Venezuela: las diplomáticas siguen rotas
El presidente de Panamá resaltó que las relaciones consulares «principalmente» fueron restauradas «por el tema humanitario», aunque también reconoció que esa pausa «estaban afectando a múltiples empresas y sobre todo la capacidad de redistribución de productos desde nuestra zona libre»
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dijo este jueves 18 que las relaciones consulares con Venezuela fueron restauradas para «trasladar» a aquellos migrantes que regresan desde el norte tras ver frustrado su intento de entrar a Estados Unidos.
«La crisis venezolana no termina, al contrario, se agrava. Produjo múltiples consecuencias. La ruptura de las relaciones completas fue una de ellas. No hemos restaurado ni estamos pensando en restaurar las diplomáticas, pero sí las consulares por un tema, primero, humanitario», destacó el presidente panameño.
En concreto, «para poder lograr el traslado de todos los señores y señoras indocumentados que vienen (de) toda Centroamérica y llegan a Panamá (y así) poderlos enviar directamente a Caracas o a donde el gobierno venezolano decida, por eso está nuestra cónsul allá».
Panamá y Venezuela anunciaron el pasado mayo la reactivación de los vuelos y el pasado junio las relaciones consulares, tras el cuestionamiento expresado por el Gobierno de Mulino a los resultados de las elecciones presidenciales de 2024, en las que Nicolás Maduro fue proclamado ganador en medio de denuncias de fraude de parte de la oposición.
Mulino resaltó que «principalmente» fueron restauradas «por el tema humanitario» ya que hasta el momento deben trasladar a Colombia «al 94% de esos inmigrantes que vienen norte sur a Panamá y que de ahí tienen que ir para su destino final, que es Venezuela».
Tras la llegada de José Raúl Mulino al poder en Panamá, el 1 de julio de 2024, y de Donald Trump, el 20 de enero pasado, el flujo migratorio cayó en picado debido a una serie de políticas para frenarlo como aviones pagados por Estados Unidos para devolver los migrantes que atravesaran el Darién o el cierre de «trochas» en esa selva.
Ahora, el flujo migratorio inverso, de norte a sur, se ha convertido casi en el único existente en países como Panamá, donde antes de la llegada de Trump a la Presidencia de EEUU cientos de migrantes cruzaban a diario la selva de Darién, fronteriza con Colombia.
En lugar de atravesar la selva, ahora los migrantes toman ahora embarcaciones en puertos del Caribe panameño hasta una población fronteriza con Colombia, desde donde continúan su viaje hacia América del Sur.
Más de 13.200 migrantes en situación irregular han ingresado a Panamá en lo que va de año en su tránsito de regreso, según las autoridades de Panamá.
El presidente panameño también reconoció que tener esas relaciones consulares en pausa «estaban afectando a múltiples empresas y sobre todo la capacidad de redistribución de productos desde nuestra zona libre», ubicada en la provincia de Colón.
«Y tercero, nuestra aerolínea panameña (Copa Airlines) que también cortó comunicación aérea con Venezuela, tiene hoy un número de frecuencia, creo que tres o cuatro (…) hacia Caracas y otros puntos», añadió.
Con información de agencia EFE
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