Paneles solares: energía «limpia» e ilimitada pero bastante costosa para tenerla
Un país como Venezuela tiene condiciones para establecer este tipo de energía y que pueda ser soporte de respaldo para aliviar la carga del Guri, pero la misma aún sigue siendo costosa a la hora de instalar y adquirir los productos
Los apagones que se registraron en marzo y abril de 2019 fueron la «gota que derramó el vaso» para muchos, por no decir la totalidad del país, ya que puso en evidencia el deterioro del Sistema Eléctrico Nacional y la total dependencia de la energía hidroeléctrica que brinda la central del Guri.
Desde hace varios años, las denuncias sobre este tema venían siendo hechas con fuerza desde varios estados del país, en especial Zulia, que es uno de los más perjudicados por el déficit en el suministro de energía. Pueden pasar hasta más de 96 horas sin luz en una entidad que puede llegar a registrar más de 40° C de sensación térmica.
Por eso, la gente buscó varias alternativas para paliar la crisis eléctrica en cada uno de sus hogares, siendo las plantas eléctricas una de las opciones «preferidas» por las personas. Sin embargo, había proyectos por parte del Estado para instalar sistemas de «energía limpia» como la eólica o la fotovoltaica, que no es más que la energía solar.
Sin embargo, estos proyectos tuvieron un buen «avance» pero después de un tiempo fue como todo: el desinterés arropó las iniciativas, dejando al país sin esos recursos a pesar de tener condiciones ideales para su implementación.
Pero la gente se quedó con esa idea y se hace una pregunta fundamental: ¿será que si compramos paneles solares no tendremos problemas con los cortes de luz?
Redescubrir potencialidades
El ingeniero eléctrico William Strauss explica es necesario «cambiar el modelo» de cómo está establecido el Sistema Eléctrico Nacional (SEN). En su opinión «hemos metido todos los huevos en una sola cesta», ya que Venezuela depende en un 80% del Guri y eso ha dejado una «experiencia nefasta» porque al no hacer el mantenimiento correspondiente, deja a la nación dependiendo de un 30% de los sistemas auxiliares como «algunas termoeléctricas» e hidroeléctricas independientes.
Detalla que nuestro país tiene unas características interesantes para el uso de esta energía, ya que debido a su ubicación geográfica «tiene un alto nivel de radiación solar», reportando cerca de 5.1 kilovatios (KW) por metro cuadrado, siendo superada en el continente solo por México.
Por su parte, el director de la empresa tecnológica Innotica, Johnny Cabrera, hace énfasis en que debido a las fallas eléctricas registradas a principios de 2019, la idea de buscar energías alternas proliferó, y entre otras destacan los paneles solares, que tomaron «cierto auge». Sin embargo, advierte que su compañía ofrece «combos prearmados» de acuerdo a una potencia específica.
Asevera que a pesar de que es una «energía limpia», la misma tiene ciertas desventajas. Puntualiza que una de ellas es que antes de poder instalar el servicio, el usuario debe hacer un estudio sencillo de lo que consumen sus equipos para así determinar cuánta energía necesita para conectarla a la fuente, que en este caso la brindará el sol a través de los paneles.
«Tienes que ver cuál es la potencia que consumes y multiplicar ese valor de potencia por la cantidad de horas que le darás uso. Un caso de eso es la luminaria en la noche. Si le sumas la nevera, la computadora, eso te dará una sumatoria», dice.
Potencial inexplorado
De acuerdo al portal del exministro de Transporte Terrestre, Haiman El Troudi, es necesario realizar mapas de radiación solar y de aplicación de energía fotovoltaica y térmica en cada región del país para poder aprovechar de una forma más efectiva los recursos renovables y, de acuerdo a estudios realizados por Corpoelec y la empresa EDP International de Portugal, alrededor del 20% del territorio venezolano es totalmente aprovechable para este tipo de energía.
“Posee un potencial de energía solar factible de aprovechamiento, con valores superiores a 5.1 kWh/m2 día, en una extensión aproximada de 205.921,6 km2 (20% del territorio)”, “principalmente hacia la franja costera norte e insular, pueden catalogarse de excelentes a supremas como fuente de energía solar aprovechable según estándares internacionales», resalta el portal en cuestión.
Según el mapa, partes de los estados Sucre, Lara, Cojedes, Miranda, Carabobo, Delta Amacuro y Monagas serían las más propicias para instalar este tipo de servicios. Sin embargo, todo el país recibe una buena cantidad de energía solar para aprovechar sus recursos.
En su escrito propone la construcción de campos de paneles solares en los lugares más idóneos del país y así surtir las localidades que necesiten energía y aliviar la carga del Sistema Eléctrico Nacional.
Inversión cara, alto rendimiento
Puede que a gran escala sea algo factible para la sociedad pero ¿qué tal un edificio o un conjunto residencial? El ingeniero Strauss es de la opinión de que sí se puede instalar siempre y cuando se tenga un respaldo por parte del Estado, que funja como un «patrocinador» del uso de esta tecnología.
Calcula que para un edificio de 15 pisos con un número de 60 apartamentos que demandan unos 500 kilovatios, la inversión sería de unos $100.000, por lo que cada familia tendría un gasto de $2.000. Sin embargo, cree que la sociedad venezolana debe apuntar a equipos de autogeneración en los conjuntos residenciales y con el excedente de energía, poder enviarla a zonas donde hay déficit de electricidad.
Señala que la tecnología está apuntando a reducir las cosas de tamaño para su mejor aprovechamiento, como es la disminución del volumen de los paneles solares y manifiesta que en las azoteas de los edificios se podría instalar este tipo de tecnología para abastecer de corriente a todos los apartamentos de un edificio.
Cabrera tiene una opinión más conservadora al respecto. Cree que el costo de las baterías -necesarias para almacenar la energía proveniente del sol- y el mismo panel hacen de esta tecnología una solución muy costosa. Además, dice que la búsqueda de baterías que no requieran tanto mantenimiento, como las de gel o «descarga profunda» que duran entre 5 y 10 años, tiene un costo de entre 400 y 500 dólares.
El precio dependerá de cuánto necesita el usuario que le dure la batería, porque mientras haya sol, el mismo panel provee el lugar de luz. Pero cuando la energía del sol se vea obstaculizada por las nubes o no incida directamente en los sensores, se activan las reservas. Además, el espacio es otro de los problemas que puede tener una zona residencial para este tipo de células fotovoltaicas.
«Venden kits predefinidos de uno, dos y tres kilovatios. Además se debe aportar para baterías e inversor. Lo colocas en casa para que lo más básico que alimente sea un UPS, el módem, la computadora y el televisor. Si no, los precios se van disparando. Para una casa, la instalación de un panel que cubra todas las necesidades puede costar $4.000».
Explica que durante el mes de marzo quedó en evidencia que este tipo de energía era viable, ya que tampoco se conseguía combustible para las plantas eléctricas. Además, advierte que en la azotea de un edificio este tipo de paneles se queda pequeño, a pesar de que la tecnología ha mejorado mucho.
Detalla que para 2009, un panel solar tenía el precio de $4 por cada vatio. Un panel de 2 x 2 metros o de 1 x 2 puede generar cerca de 400 vatios, por lo que un panel de 270 vatios puede llegar a costar $230. Si un apartamento genera 5 kilovatios, es una inversión grande.
«No creo que sea lo más viable para un edificio residencial», aunque dice que sí se puede plantear cubrir servicios comunes como el bombeo de agua o ascensores. «Hay un tema de pensar un poco y adaptarse a la necesidad que tenga el cliente».
Ciudades autosustentables
En lo que coinciden ambos voceros es en la posibilidad de poder instalar una especie de «huertos fotovoltaicos», que son esa especie de «granjas» en donde se colocan varios paneles solares para que distribuyan electricidad a una localidad determinada.
Y así es Babcock Ranch, la primera «ciudad solar» inaugurada en Estados Unidos. Ese es el proyecto del exjugador de fútbol americano Syd Kitson, quien en un reportaje de BBC Mundo en enero 2018, señalaba que hacer una ciudad que se provea de energía solar es fácil y rentable. «Es mucho más fácil y barato si se planea así desde el principio», dice.
El ingeniero Strauss subraya que al tener este huerto, «que funciona como una subestación», puede conectarse directamente a las redes de distribución eléctrica y alimentar las viviendas.
Mientras, Cabrera afirma que además de la energía eólica -que es otra fuente «limpia»- con los huertos solares se pueden conformar «distritos eléctricos» que dependan de esa zona en donde se genera energía en el sitio y que puede llegar a comunidades que estén situadas a dos kilómetros del lugar.