Papa Francisco no asistió al Vía Crucis en Coliseo de Roma por razones de salud
El Sábado Santo, el papa Francisco presidirá la Vigilia Pascual y el domingo en la plaza de San Pedro oficiará la Misa de Resurrección e impartirá la tradicional bendición Urbi et Orbi asomado en el balcón central de la fachada de la basílica vaticana
El Papa Francisco canceló su presencia en el Vía Crucis nocturno de este viernes en el Coliseo de Roma, debido a las bajas temperaturas que se registran en la capital italiana. «Debido al intenso frío de estos días, el papa Francisco seguirá el Vía Crucis de esta noche desde su residencia de Santa Marta, uniéndose a las oraciones de quienes se reunirán con la Diócesis de Roma en el Coliseo»”, indicó una nota de prensa del Vaticano.
El Jueves Santo, el papa acudió a una cárcel de menores en la periferia de Roma, donde participó en una misa y además se levantó de su silla de ruedas para lavar los pies de doce presos como recuerdo de la Última Cena, un gesto que realizó días después de recibir el alta hospitalaria el pasado sábado.
El Vía Crucis es un recorrido anual que cada Viernes Santo centenares de fieles realizan en el Coliseo de Roma, a través de catorce meditaciones que narran la subida al Calvario de Jesús, su crucifixión y su colocación en el sepulcro. El papa Francisco, quien se está recuperando de bronquitis, ha querido que todas las estaciones del rito describan lo que él llama la «Tercera Guerra Mundial a trozos», con un repaso a los dramas del mundo.
El recorrido de este 2023 incluyó como temas las guerrillas en Sudamérica, el narcotráfico que asola Centroamérica, la guerra de Ucrania, migración forzada en África y los conflictos religiosos en Oriente Medio.
Por parte de América Latina habló un joven de Centroamérica en la tercera estación y una madre de Sudamérica. «Nosotros los jóvenes queremos la paz. Pero con frecuencia caemos, (…) Nos tiran al suelo la pereza, el miedo, el desaliento y también las promesas vacías de una vida fácil pero sucia, hecha de avidez y corrupción», arrancó el joven.
Su meditación preguntó: «Esto es lo que hace crecer las espirales del narcotráfico, de la violencia, de las dependencias y la explotación de las personas, mientras muchas familias siguen llorando la pérdida de los hijos, y la impunidad del que estafa, secuestra y mata no tiene fin. ¿Cómo obtener la paz?».
Finalmente mencionó, en castellano, la palabra «compromiso», necesario para tomar las riendas de la vida buscando la paz y decir «no» a otros compromisos falsos que la matan.
Después, una madre de Sudamérica relató el drama de vivir bajo la acción de las guerrillas. «En el 2012 la explosión de una bomba puesta por los guerrilleros me destrozó una pierna», recuerdó la mujer.
«Lo que más me aterrorizó fue ver a mi hija de siete meses, cubierta de sangre, con muchos trozos de vidrio incrustados en su carita. ¡Lo que debe haber sido para María ver el rostro de Jesús deformado y ensangrentado!», continuó.
Sin embargo, la madre pidió no dejarse llevar por «la rabia y resentimiento», ya que descubrió que al «difundir odio creaba más violencia».
«Comprendí que muchas víctimas necesitaban descubrir (…) que no se puede vivir de resentimiento. De este modo empecé a ayudarles: Estudié para enseñar a prevenir los accidentes causados por los millones de minas diseminadas», completó su reflexión.
Ruso y ucraniano por la paz
La guerra de Ucrania también estuvo presente este año: una mujer ucraniana y rusa llevaron la cruz juntas en una de las estaciones, lo que provocó quejas de la embajada ucraniana ante el Vaticano.
En esta ocasión, la meditación de la décima estación fue coescrita por un joven ucraniano y un ruso.
El ucraniano recuerdó cuando huyó con su familia de Mariúpol hasta Italia, donde vivía su abuela, pero al poco tiempo decidieron regresar, ya que su padre fue reclutado por el Ejército.
«Aquí la situación sigue siendo difícil, hay guerra por todos lados, la ciudad está destruida. Pero en mi corazón quedó esa certeza que me decía mi abuela cuando lloraba: ‘Ya verás, todo pasará. Y con la ayuda de Dios, la paz volverá'», imploró.
Por su parte, el ruso admitió que habló «con sentimiento de culpa» y rememoró cuando una carta informó a su familia del fallecimiento de su hermano: «Todos nos decían que debíamos estar orgullosos, pero en casa había tanto sufrimiento y tristeza».
El Sábado Santo, el papa presidirá la Vigilia Pascual y el domingo en la plaza de San Pedro oficiará la Misa de Resurrección e impartirá la tradicional bendición Urbi et Orbi asomado en el balcón central de la fachada de la basílica vaticana, según el programa.
Con información de EFE