“Para cocinar con gas tenemos que ver dónde lo compramos y después cómo lo llevamos”
En Anzoátegui el mayor problema con el gas doméstico no es su ausencia, sino la distribución y falta de transporte (y gasolina) para que lleguen las bombonas a las cocinas
Habitantes de la zona norte de Anzoátegui aseguran que tienen dificultades para transportar las bombonas de gas doméstico desde las plantas de llenado hasta sus hogares debido a la falta de gasolina para los vehículos particulares y a las exigencias de los trabajadores del volante.
“Para cocinar con gas hay que pasar trabajo doble. Primero tenemos que buscar dónde llenar las bombonas y después ver cómo la llevamos para la casa por la falta de gasolina y porque los choferes de autobuses no quieren montarlas”, manifestó José Oropeza, mientras esperaba por transporte público de la ruta El Rincón, en la parada de Molorca.
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El señor, que había comprado su bombona de gas en la planta de Tigasco de la avenida Intercomunal, indicó que en su comunidad el servicio de distribución es intermitente y que algunos transportistas se niegan a montar los cilindros, mientras que otros exigen que les paguen un pasaje adicional por hacerlo.
Intentos infructíferos
El ama de casa Rosario Puertas, residenciada en el barrio El Esfuerzo de Barcelona, señaló que las dos oportunidades que se ha trasladado a llenar sus dos bombonas de gas le ha tocado esperar hasta más de una hora, ya que algunos choferes sólo permiten cargar dos a la vez.
“En esta parada se hacen colas para montar bombonas de gas en los autobuses porque hay mucha gente de los barrios de la Vía Alterna (avenida Argimiro Gabaldón) que se acerca hasta acá a comprar. Yo vengo con mi hijo y a veces tenemos que irnos por separado porque sólo dejan montar dos”, explicó.
Limitan el transporte de gas
Solángel Arrieta, habitante del sector Las Carmelitas, zona rural del municipio Sotillo, reprochó “la falta de consideración de transportistas que condicionan el traslado de los cilindros”.
“Ellos saben muy bien que a la comunidad llega el gas una vez a la cuaresma, que la mayoría de sus habitantes tiene que salir a comprarlo lejos y que el efectivo no está fácil y con todo y eso nos exigen que les paguemos por llevar las bombonas. Por eso es que el país está como está”, manifestó Arrieta en tono molesto.
Los habitantes de la zona rural aseguraron que en reiteradas oportunidades tienen que caminar con las bombonas de gas en los hombros hasta sus casas porque los vehículos no cubren las rutas completas.
Reportaje: El Tiempo