Parlamento ruso aprueba ley que garantiza inmunidad vitalicia a expresidentes
Un exmandatario solo podría perder su inmunidad si es acusado de traición o de otro crimen grave y si estas acusaciones cuentan con el apoyo del Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y dos tercios de los diputados de la Duma, la cámara baja del Parlamento, y del mismo número de senadores
Los diputados del parlamento ruso aprobaron el martes 17 de noviembre un proyecto de ley que garantizará la inmunidad judicial vitalicia a los expresidentes, una medida que parece hecha a medida a favor del actual mandatario Vladimir Putin.
Según el texto, aprobado el martes en primera lectura y cuya adopción definitiva no deja lugar a dudas: una persona que haya sido presidente, «no puede ser objeto de una causa criminal o administrativa, ni tampoco ser detenido, registrado o interrogado».
Según reseñó Diario Las Américas, esta inmunidad, que también se extenderá a la familia de todos los expresidentes rusos, ampara de igual manera a su patrimonio inmobiliario, sus medios de transporte y comunicación y a todos los documentos que le pertenezcan, según el proyecto, presentado por un senador y un diputado que son miembros del partido en el poder Rusia Unida.
Un exmandatario solo podría perder su inmunidad si es acusado de traición o de otro crimen grave y si estas acusaciones cuentan con el apoyo del Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y dos tercios de los diputados de la Duma, la cámara baja del Parlamento, y del mismo número de senadores.
Este proyecto de ley hizo que aumentaran los rumores sobre una salida del poder de Putin, de 68 años, pero el Kremlin los desmintió, diciendo que el presidente gozaba de buena salud.
Recordó Infobae, que en los últimos días comenzó a circular una noticia que generó un fuerte impacto. El diario británico The Sun informó que Putin tendría una enfermedad neurodegenerativa y evaluaría dejar el poder en 2021, influido por su entorno más íntimo. El periódico, uno de los más populares del Reino Unido, publicó la información luego de consultar a fuentes cercanas con el mandatario, cuyo círculo íntimo lo empuja a preservar su salud por sobre los intereses políticos.
El futuro del presidente ruso, de 68 años, fue objeto de una creciente especulación en Rusia después de que el destacado académico y crítico del Kremlin, el profesor Valery Solovei, sugiriera que el líder sufría de Parkinson y que su familia lo había instado a retirarse en el año próximo. Quien más le insistiría para que abandonara los hilos del país sería su glamorosa ex-compañera, la gimnasta rusa Alina Kabaeva, de 37 años.
De acuerdo a observadores que analizaron los pasos del líder ruso en los últimos meses, vieron rasgos que podrían coincidir con la enfermedad de Parkinson, un mal que afecta la conexión neuronal con los músculos del cuerpo, lo que se traduce en movimientos incontrolados por parte del paciente. Las imágenes recientes del presidente ruso muestran que sus piernas parecen estar en constante movimiento. Además, notaron que cada vez que se sienta parece sentir dolor y tenía que ayudarse agarrándose de los apoyabrazos, de acuerdo al medio británico.
Blindados por el parlamento
Por ahora, solo hay un expresidente de Rusia, Dmitri Medvedev, que dirigió el país entre 2008 y 2012, cuando, debido al limite del número de mandatos consecutivos, Putin tuvo que dejar la jefatura del Estado y pasó a ser primer ministro.
Tras el retorno de Putin al Kremlin, en mayo de 2012, Medvedev se convirtió en su primer ministro y en dirigente de Rusia Unida. Presentó su dimisión en enero de 2020 y fue nombrado vicepresidente del Consejo ruso de seguridad, dirigido por Putin.
En estos últimos años, Medvedev fue blanco de varias investigaciones anticorrupción llevadas a cabo por el líder opositor Alexéi Navalni, que le acusa de haber recibido sobornos de oligarcas y de dirigir un imperio inmobiliario.