Patón Carrasquel tiene sus raíces en El Consejo, por Rafael Sanabria
El lanzador del béisbol profesional Alejandro Patón Carrasquel Aparicio es el primer Grandes Ligas venezolano, era hijo de la consejeña Emilia Aparicio.
La revista Zeta No 1730 (30/10/2009) cita al libro: “El Patón Carrasquel, primer venezolano en grandes ligas” señala: que Emilia era una joven delgada, de estatura pequeña, blanca y de ojos azules, nacida en la población de El Consejo. La tradición oral señalaba entre los beisbolistas consejeños que el Patón, y también Chico Carrasquel, tenían esta relación con el pueblo. Después de una exhaustiva búsqueda he encontrado en el libro 11, folio 262 del Registro Eclesiástico local, que Emilia del Carmen, hija de Nicomedes Aparicio, nació en El Consejo el 5 de abril de 1872. Vivió la infancia y juventud en el pueblo hasta que en el siglo xx se trasladó a Caracas, específicamente a La Candelaria. Su hijo Alejandro Eloy Patón Carrasquel nació en Caracas el 24 de julio de 1912.
Patón Carrasquel toma su apodo del tamaño de sus pies. incursiona en la vida del béisbol cuando tenia 18 años de edad (1931) como infielder del equipo Royal Criollos. Se integró a Los Cardenales de Lara (1936) y al equipo Caracas (1937). Se destacó en el campeonato cubano de 1939 y fue contratado por Los Senadores de Washington, siendo así en el primer venezolano en ingresar a un equipo de grandes ligas. En 1946 fue transferido a Los Medias Blancas de Chicago. Pero se marchó a México a jugar con Las Águilas de Veracruz (1946-1947) y Los Sultanes de Monterrey. El no haber negociado con su respectiva divisa le que trajo como consecuencia la suspensión por tres años del béisbol organizado. En 1949 volvió a las grandes ligas. Posteriormente aceptó jugar en las ligas menores con los Bisontes de Búfalo y el Sacramento, último equipo con que actúo en los Estados Unidos.
Cuando 27 de diciembre de 1945 se funda la Liga de Béisbol Profesional y se organiza su primer juego oficial entre el Magallanes y el Venezuela, en él Alejandro Patón Carrasquel fue ganador. Se incorpora a los equipos Cervecería Caracas (1949-1951), Magallanes (1952-1953) y finalmente con Gavilanes de Maracaibo, donde solo pudo actuar quince días (noviembre de 1953), ya que el gobernador del estado Zulia, Benjamín Maldonado, lo suspendió de toda actividad beisbolera, por haber asistido al sepelio de la esposa de Don Rómulo Gallegos, señora Teotiste Arocha.
Retirado como jugador, se dedicó a dirigir equipos profesionales y a colaborar en la organización de clubes, además como entrenador e instructor del incipiente béisbol menor. Fallece en Caracas el 19 de agosto de 1969. En 1971 fue exaltado al Salón de la Fama del deporte venezolano.
Además, su sobrino Alfonso Chico Carrasquel o Carrasquelito, se convertiría años después en otro grandes ligas, nieto de nuestra consejeña Doña Emilia Aparicio de Carrasquel, por ende relacionado con nuestro pueblo, nacido en Caracas el 23 de enero de 1928, parroquia Candelaria, siguió los pasos del tío. A él se le reconoce como uno de los más sobresalientes campocorto, vistió los uniformes de Brooklyn y Medias Blancas de Chicago. Fallece en Caracas el 26 mayo de 2005.
Estos dos íconos del deporte venezolano deben ser rememorados en suelo de Revenga, porque en este pedazo de geografía esta el origen de su prole, de ahí su vinculación con nuestro querido pueblo de El Consejo.
Este vinculo histórico debe hacernos reconocer e identificar hechos de un ayer, que, en el tiempo, en su andar, dejan como trajes perfectamente acomodados a la medida del gentilicio humano y sensible de El Consejo, el cual el 14 de enero de 2018, llegó a un siglo en el béisbol.
Es cuestión de justicia hacer del conocimiento de la juventud que se levanta en el estadio Ángel Ramírez. Qué tenemos un ayer que nos reivindican históricamente y que nos debe dar la energía y la fuerza necesaria para seguir fomentando el deporte de las cuatro esquinas.
Otro consejeño de pura cepa, Martín Emiliano Silva Ojeda, hace 72 años participó en los II Juegos Bolivarianos en Lima, donde nos representó en brillante actuación. Él es otra figura del béisbol que se vincula con nuestro lar nativo que aún permanece en el anonimato.
El Consejo guarda en su baúl de recuerdos, nombres de hombres que en el silencio han escrito páginas inmaculadas sobre un deporte que para Revenga es un apostolado, que corre por las venas de los lugareños como río caudaloso. Por eso decir Alejandro Patón Carrasquel Aparicio, es decir un pedazo de El Consejo, el vástago de una coterránea que siempre dijo ser consejeña.
Qué nadie se equivoque: no somos pueblo ignoto. Tenemos historia que contar.