Pdvsa necesita no menos de US$ 15.000 millones para aumentar producción
Nicolás Maduro ordenó al presidente de Pdvsa Manuel Quevedo, incrementar la producción de crudo en un millón de barriles diarios este año. Este mandato desesperado parece casi imposible de hacer realidad
Cumplir la orden del mandatario Nicolás Maduro de incrementar «urgentemente» la producción petrolera en un millón de barriles por día requiere inversiones que, en ningún escenario, pueden bajar de 15.000 millones de dólares, como proyección conservadora.
El economista y especialista en materia petrolera, Luis Oliveros, dijo que no están dadas las condiciones macroeconómicas ni las certidumbres necesarias para que se materialice un aporte de capital semejante. «No existen los estímulos mínimos para que las empresas socias de Pdvsa hagan tal esfuerzo».
Pero, más allá del reto financiero, también existen limitaciones operativas que atentan contra una pretensión que solo puede provenir de la desinformación más absoluta sobre la materia petrolera. «Hace dos años, teníamos 70 taladros activos y ahora tenemos solo 35», recuerda Oliveros.
La situación es tan seria que, de acuerdo con la estimación de este experto, Pdvsa y sus socias necesitarían cuatro años de ajuste operacional y gerencial en la industria para recuperar una producción superior a los 2.000.000 de barriles por día.
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Quevedo en la cuerda floja
Si la continuidad del mayor general Manuel Quevedo en la presidencia de la estatal petrolera -de paso, con poderes especiales- está atada a sus resultados, lo más probable es que no logre satisfacer las expectativas de Maduro. «La gestión de Quevedo ha dejado un resultado concreto: una caída de la producción de 350.000 barriles por día», enfatiza Oliveros.
La desinversión en la Faja ha aumentado de manera sustancial. Fuentes del sector hidrocarburos señalan que los aportes de capital se ubican en el «mínimo indispensable» y el nivel de actividad ha bajado, aunque la contribución de la producción de terceros ha pasado de significar 33% a 50% de la extracción total, pero esto se debe a la caída del bombeo por esfuerzo propio de Pdvsa.
Oliveros dice que las socias privadas en las empresas mixtas de la Faja enfrentan problemas como la emigración de talento clave y son tan víctimas de la incertidumbre como cualquier otra compañía en el país.
Las detenciones de ejecutivos de la estadounidense Chevron por negarse a firmar órdenes de compra han generado temores en los estamentos gerenciales de las compañías privadas en la Faja, por lo que un número importante de gerentes ha solicitado traslados.
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Al economista le preocupa la «desinstitucionalización» que padece Pdvsa, donde no parece existir la capacidad técnica necesaria siquiera para comenzar a revertir el bache productivo actual.
A juicio del especialista, Luis Oliveros, la ratificación del mayor general Manuel Quevedo en la presidencia de Pdvsa era algo esperado. «Parece una cuota que hay que ceder al sector militar para mantenerse en el poder».
Oportunidad perdida
En todo caso, en una coyuntura de precios relativamente altos, mantener una gerencia sin pericia ni experiencia en la industria puede ser una peligrosa idea, porque mientras más suban las cotizaciones, más en evidencia quedará la Pdvsa socialista, incapaz de capitalizar el repunte internacional del crudo.
Maduro, con un tono que sonó más desesperado que imperativo, ordenó al presidente de Pdvsa pedir ayuda a la Opep, Rusia y China para subir la producción «como sea».
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Trascendió que el plan inicial de Quevedo era modificar las condiciones de participación de los socios privados para cederles 10% de participación adicional en los negocios y relajar las normativas fiscales.
Sin embargo, las recientes sanciones de Estados Unidos ponen un serio obstáculo a medidas de este tipo, pues las empresas que acepten más participación en los bloques de la Faja se exponen a sanciones en el mercado norteamericano.
Los números rojos-rojitos
Según el más reciente informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), Venezuela producía 2.154.000 barriles diarios de crudo en 2016. Actualmente, la extracción alcanza a 1.436.000 bd, con base en información de las llamadas fuentes secundarias; es decir, los reportes de transportistas, gestoras portuarias y expertos independientes.
En dos años, el país ha dejado de producir 718.000 barriles diarios, un volumen que representa más de la doble del crudo que se exporta a Estados Unidos, que promedia unos 350.000 barriles diarios.
Lo que alarma, sin embargo, es la velocidad de la caída. Por ejemplo, entre marzo y abril de este año, la producción petrolera bajó en 41.700 barriles por día. Esta es, de lejos, la contracción más grande entre los miembros de la Opep, ya que Argelia, el otro integrante que reportó una baja importante de su bombeo de petróleo, perdió 17.700 barriles diarios.
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En el otro extremo se ubica Arabia Saudita que, en el mismo lapso, aumentó su producción en 46.500 barriles por día. ¿Efecto compensación? ¿Pierde Venezuela espacio en el mercado? Sin duda, esta es una pregunta retórica.
Con precios petroleros que podrían ubicarse sobre 70 dólares por barril -nunca hay que olvidar que las proyecciones de cotizaciones del crudo se ubican entre los errores más comunes que cometen los economistas-, Venezuela debería estar viviendo un respiro ante su muy complicada situación fiscal.
Sin embargo, el economista Asdrúbal Oliveros, socio director de Ecoanalítica, ha sostenido su pronóstico de que Venezuela podría dejar de percibir, como mínimo, 30.000 millones de dólares por efecto de la baja producción, al término de 2018.
Las cifras de la Opep dejan muy claro que la situación precaria del sector petrolero venezolano puede tener explicaciones, pero jamás justificación
Países en situaciones mucho más inestables, como Libia, por ejemplo, son capaces de recuperar su producción. Esta nación del norte de África, con dos gobiernos y que muchos consideran en proceso de disolución, ha levantado su producción de 390.000 barriles diarios a 982.000 bd en dos años.
Irak, otra nación integrante de la OPEP, también sacudida por graves crisis, una invasión armada y un complejo proceso de recuperación, produce mucho más crudo que Venezuela y entre 2016 y abril de 2018 ha pasado de extraer 4.392.000 barriles diarios a 4.429.000 bd de crudo.
Colombia, con una tradición petrolera bastante más reciente, también viene aumentando la extracción de crudo, al punto que en marzo la producción alcanzó los 856.478 barriles/día, un aumento de 6,5% frente al mismo mes del 2017 y de 4,1% con respecto a febrero de 2018, según el Ministerio de Minas y Energía.
En cambio, según varios analistas, Venezuela enfrenta el peligro de dejar de ser un exportador competitivo de petróleo.