Período sabático de Carlos Rotondaro duró 32 años, por Ariadna García
El expresidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) Carlos Rotondaro, quien estuvo a cargo de esa institución por casi 10 años, dio una entrevista este lunes 18 de marzo a medios internacionales en la que parece haber despertado de una profunda siesta que duró 32 años. La cifra proviene de una de las declaraciones hechas por el militar luego de que se le preguntara “por qué habla hoy y no antes”.
“Hoy (18 de marzo de 2019) estoy dando ese paso de defender a la patria con ese juramento que hice en 1987. Ese juramento no incluía defender a un gobierno de incapaces y corruptos. (…) Me inmolo por la patria, pero no me inmolo por un gobierno de incapaces y corruptos”, respondió el también exministro de Salud. De 1987 a 2019 suman 32 años. El militar alza la voz por los pacientes con enfermedades crónicas que mueren en Venezuela por falta de medicinas, 10 años después de su gestión en el IVSS y 32 años después del juramente que hizo. ¿Es como tarde no?
Rotondaro llegó al IVSS en 2007, cuando Hugo Chávez era presidente de la República y salió en 2017. Además, estuvo a cargo de la cartera de Salud en 2009. Pese a sus declaraciones los venezolanos lo consideran responsable de la crisis hospitalaria y la escasez de fármacos esenciales que dejaron de ser entregados a los pacientes, como por ejemplo tratamientos de alto costo. Una situación que ha puesto en riesgo la vida de miles de venezolanos, según denuncia la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y a la Vida (Codevida).
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“En Venezuela han sido diagnosticados con algún tipo de hemofilia y otras enfermedades de coagulación 4.919, todos están en riesgo ante la ausencia prolongada de factores en el Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS). De este grupo, más de 200 se encuentran en peligro inminente de muerte”, denunció la Asociación Venezolana de Hemofilia (AVH) en junio de 2018 junto con Codevida.
“No es un problema de divisas (la falta de medicamentos en Venezuela) es un problema de querer hacer las cosas, de indolencia. (…) Hoy prelan los intereses de dinero y poder que los intereses del pueblo. Tapamos y decimos que hay una guerra económica”, el militar afirma que la crisis de salud que atraviesa Venezuela no es provocada por las sanciones económicas impuestas a la nación, como se ha querido vender al mundo desde el discurso oficial.
De acuerdo a Rotondaro “las autoridades en reuniones decían: esos medicamentos había que guardarlos para el proceso de las elecciones de la constituyente. Era mejor que se muriera un paciente en el interior del país. Otros decían yo soy político” y señala a Luis López ministro de Salud, en ese momento, de hacer las declaraciones.
En 2018 la Asociación de Hospitales y Clínicas alertaba que en el país los centros de salud están a “un nivel crítico de supervivencia” y que el porcentaje de ocupación de las clínicas había disminuido “de 80 % a 18 %” a causa de la crisis económica. El reciente megapagón ocurrido el 7 de marzo que abarco 90 % del territorio nacional, según un informe de la Facultad de Ingeniería de la UCV, se prolongó en Caracas por 76 horas y en algunos estados por más de 100, situación que agudiza los problemas que acarrea el sector.
Rotondaro también reveló que “casi 5.000 pacientes renales han fallecido desde el año 2017. Esos pacientes con mucho dolor, fallecieron. La tasa de fallecidos está por encima de la morbilidad ¿Cómo es posible que hayan fallecido casi 5.000 pacientes? Esta es una de las cosas que me motiva y me hace estar acá”, dijo
La vida de los venezolanos se ve comprometida ante la ausencia de insumos médicos, hospitales que no funcionan, fallas eléctricas. Las razones de vulnerabilidad sobran. La crisis ha generado la etiqueta #ServicioPublico en las redes sociales, donde la gente acude desesperada a buscar medicinas que salven o alivien sus padecimientos.
La ausencia del Estado hace también que los medicamentos se importen, se les demanden a algún familiar o amigo. Pedir una medicina desde el extranjero se ha convertido en el nuevo souvenir para los venezolanos, quienes lejos de querer dulces o regalos, priorizan algún fármaco que saben no conseguirán en las farmacias del país.
La vida en Venezuela está trastocada por esta situación. En 2015 una paciente con lupus tuvo que recurrir a hacerse dos quimioterapias, debido a la falta de mabthera rituximab, que era el tratamiento que tomaba desde los 17 años, cuando le fue diagnosticada la enfermedad. Esto la descompensó y la llevó a un estado que casi le cuesta la vida.
Esa joven de apenas 25 años tuvo que emigrar del país ante la escasez de la medicina. Sin embargo, los estragos quedaron en su cuerpo para siempre. La falta de otro fármaco que tomaba para los ovarios (debido a que el tipo de lupus que tiene afecta varios órganos) dejó de conseguirse, por lo que perdió las posibilidades que tenía de tener hijos. Esa joven tuvo que dejarlo todo, era una cuestión de vida o muerte. Para ella 2019 sería demasiado tarde, tarde como llegan sus declaraciones. Esa venezolana recibe hoy el tratamiento en un país que no es el de ella, pero que se lo garantiza.