“Plan Independencia 200” o la campaña comunicacional del chavismo para mostrar cohesión

Werner Corrales y Erick Obermaier señalan que el gobierno busca parecer fuerte ante sus bases y aliados. El “Plan Independencia 200” es solo “propaganda disuasiva” para hacer creer al adversario “que están listos, pero no lo están”
La Hora de Venezuela
De madrugada, se mostraron recientemente el mandatario y presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Nicolás Maduro; el ministro del Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, y el titular de la cartera de Defensa, Vladimir Padrino López, para activar un plan militar denominado “Independencia 200”, que buscaría garantizar la defensa del territorio nacional ante, lo que asegura el chavismo, las amenazas de una invasión extranjera.
Maduro habló de 284 “frentes de batalla” desde los Andes, el oriente y el sur del país, en los que de manera coordinada trabajarán efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), la Milicia Bolivariana, cuerpos policiales y otros grupos de civiles denominados “cuerpos combatientes”.
Pero más que una demostración de fuerza -que no la tiene-, la administración de Maduro lanza una campaña comunicacional dirigida a mostrar y mantener la cohesión interna del chavismo y justificar la profundización del control interno a través de las fuerzas militares y policiales, advierten analistas consultados por Efecto Cocuyo.
“El gobierno de Maduro se ha fijado un objetivo comunicacional interno para cohesionar a grupos chavistas a su alrededor. Es una campaña para mostrarse valientes, fuertes y combatientes, pese a que no es creíble que en el país, en las condiciones en las que está, se pueda defender con 284 frentes y movilizar a millones de milicianos que aseguran tener. La intención es generar una imagen ante sus bases de que se está dispuesto a todo por la defensa de la soberanía”, sostuvo el exdiplomático Werner Corrales.
El consultor internacional tampoco ve en el horizonte una incursión militar de Estados Unidos en el territorio nacional, a partir de su declaratoria de guerra a los carteles del narcotráfico y el despliegue aeronaval en el Caribe. Washington nunca, subraya, ha hablado de que atacará militarmente a Venezuela, pero hay también una campaña comunicacional dirigida a hacer creer que busca un cambio de régimen político para empujar a Miraflores a negociar.
Considera que Miraflores tampoco tiene claro hacia dónde quiere ir el presidente Donald Trump respecto de Venezuela y más que a una amenaza de invasión, afirmó, teme una especie de ataque directo al círculo de poder, a partir de insinuaciones directas e indirectas de funcionarios de EEUU y de otros actores políticos para que acepten una salida pacífica “antes de que sea tarde”.
Mientras Maduro transmitía la activación del Plan, al amanecer del jueves 11 de septiembre, desde Ciudad Caribia, ubicada en la autopista Caracas-La Guaira, en compañía de Padrino López y el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, apareció en simultáneo en Falcón con uniforme militar y armado con fusil. Llegó a las refinerías de Amuay y Cardón, con el gobernador de la entidad, Víctor Clark, igualmente armado, para hacer ver que los trabajadores petroleros también están dispuestos a la defensa del país.
La huella de las contradicciones
El consultor experto en comunicación política, Erick Obermaier, coincide en que se trata de una estrategia política y comunicacional de la gestión de Maduro que busca promover en su núcleo más duro y en sus aliados, la narrativa de construcción de una defensa popular de la soberanía.
“Tantos las acciones que no son solo comunicacionales pero tienen un efecto comunicacional, como el sobrevuelo de los F-16 sobre los destructores en el Caribe y el llamado a la Milicia, buscan un efecto propagandístico en lo internacional y en el plano interno para movilizar a sus bases, en torno a una amenaza de violación de la soberanía”, expresó.
Frente a ello, advierte, la oposición no está reforzando en el discurso, al menos no de manera repetida, consistente y sólida, el hecho de que la reivindicación de la verdadera soberanía consiste en que se respete la voluntad popular de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, a favor de Edmundo González Urrutia. Sostuvo que ese vacío es llenado por la expectativa ciudadana sobre que algo externo provocará el cambio político en Venezuela.
Los analistas no dejan de destacar igualmente las contradicciones en el discurso oficial. Por un lado se señala a EEUU de fabricar con inteligencia artificial un video para mostrar la destrucción de una lancha que transportaba drogas y de “blofear” con sus amenazas y, por el otro, quiere hacer creer que la intención de una invasión para derrocar al gobierno de Maduro es seria y creíble y por ello hay que prepararse para una lucha armada y de resistencia. Se le suma, los llamados de Maduro a Trump para que acepte dialogar.
“El pueblo en armas tiene una narrativa detrás que es la amenaza hacia EEUU de un nuevo Vietnam, Afganistán, Libia, Irak, en la que vas a crear una especie de resistencia nacional y caos frente a la invasión extranjera, aunque el concepto de invasión no esté planteado desde el punto de vista militar ni se haya afirmado en el discurso desde EEUU”, agregó Obermaier.
Para Corrales, el llamado a dialogar de Maduro puede tener detrás un posible interés de negociar su salida y de que se le garantice inmunidad o quizás negociar la entrega de algunas figuras de su entorno, solo que actores como Cabello no están de acuerdo por tener más que perder. Es la tesis del quiebre interno, que incluye a los militares, al que algunos apuestan como resultado de las presiones de EEUU.
Justificar el control interno
De la capacidad militar del Ejército venezolano para enfrentarse a un eventual enemigo externo, en este caso EEUU, muchos dudan, sea por déficit de recurso humano, obsolescencia de equipos, falta de logística y apoyo financiero. Tampoco se considera creíble la movilización de ocho millones de milicianos de la que habla Maduro, puesto que, según expertos, el número no llega al millón.
El presidente de Inter American Trends, Antonio De la Cruz, señaló en sus redes sociales que era además un error estratégico de Maduro y de Padrino López indicar en mapas dónde estaban los puntos de defensa, con lo que no demostraban poder, sino “vulnerabilidad”.
Sostuvo además que la Fanb -con 120.000 militares activos más 100.000 reservistas – no tiene la capacidad de cubrir todos los puntos como puertos, aeropuertos, sector energético y de comunicaciones de manera preventiva ni ante un eventual ataque. A su juicio, el “Plan Independencia 200” es solo “propaganda disuasiva” para hacer creer al adversario “que están listos, pero no lo están”.
Para lo que sí sirve otro despliegue militar, de acuerdo con Corrales, es para generar temor en la población con ciudades militarizadas y gran cantidad de alcabalas en las vías y sofocar cualquier protesta popular.
“En cualquier momento el gobierno puede decretar un estado de emergencia para justificar mayor control territorial, hacerlo más digerible con la excusa del peligro de una invasión”, acotó.
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