Planificadores que no planifican, por Rafael H. Iribarren Baralt
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La Ley Orgánica de Ordenación del Territorio indica taxativamente todo lo que se debe especificar en los necesarios PDUL (planes de desarrollo urbanístico local) de cada municipio. Entre estas necesarias especificaciones se destacan: La delimitación del área urbana; el uso del suelo y las características de lo que sobre él se puede construir; las áreas verdes; las densidades de población contempladas; el plan de vialidad; los trazados de las redes de acueductos, aguas negras y de drenaje; las áreas de tratamiento especial; las edificaciones de interés colectivo; zonas de peligrosidad; franjas de seguridad; la identificación de las áreas de propiedad privada afectadas por el plan; etc.
Si bien es cierto que, por mandato de la mencionada ley, que data de 1.987, los municipios deberían tener su correspondiente PDUL, no menos cierto es que, tristemente, la inmensa mayoría de los municipios aún no lo tiene.
Debido a la carencia del PDUL, lo que suele ocurrir es que las autoridades locales regulan las construcciones con base a las Ordenanzas de Zonificación (con la eventual sujeción a las directrices rectoras del Plan de Ordenación Urbanística correspondiente, en el supuesto de que exista) que regulaban las construcciones para el momento en que la Ley Orgánica de Ordenación del Territorio entró en vigencia. Pero esta regulación es muy pobre porque sólo contempla los usos del suelo y las características de lo que sobre él se puede construir, ignorando todo lo demás que en un PDUL se debe especificar.
Es inevitable que uno se pregunte: ¿Por qué no se han hecho los PDUL en todos los municipios, habida cuenta de su importancia?, ¿Están bien hechos los pocos planes de desarrollo urbanístico local que han sido realizados?
Una rápida mirada a aquellos cambios de zonificación, en diversos municipios del país, que traen como consecuencia el estrepitoso colapso de los servicios, contesta negativamente esta última pregunta.
*Lea también: Urbanismo y medio ambiente sustentable, por Pascual Curcio M.
La primera pregunta es más difícil de contestar, y para aproximarnos a su respuesta debemos tomar en cuenta los siguientes factores: 1) La no idoneidad de muchos de la clase política que ha ocupado cargos de planificación; 2 ) La presumible mezquindad política que se materializa en la obstrucción de válidas iniciativas de planificación; 3 )La debilidad del ordenamiento jurídico al no lograr que las personas encargadas de planificar lo hagan, tal y como lo demuestra la flagrante y reiterada carencia de planes de desarrollo urbanístico en los municipios en las últimas cuatro décadas.
Para muestra del drama nacional, un botón:
En una noticia publicada en el diario El Carabobeño, el 3 de enero del 2022, el concejal Gerardo Ramírez, a la sazón presidente del concejo municipal de Naguanagua, sentenció categóricamente: «Apenas 13 de los 335 municipios de todo el país han elaborado y aprobado su PDUL. Por eso nosotros en el concejo municipal nos hemos propuesto que el Plan de Desarrollo de Naguanagua debe estar listo este año». El referido edil también comentó, según se reseña en la misma nota de prensa, que se había constituido, y aprobado por unanimidad, una comisión especial integrada por un equipo interdisciplinario que ya estaba trabajando en la elaboración del plan.
Medio año después, el 23 de junio del 2022, apareció una noticia en el portal Carabobo es Noticia, en la que se reseñó que el ejecutivo regional (del estado Carabobo) a través de la Secretaría de Ordenación del Territorio, Ambiente, y Recursos Naturales (Sotarn) «acompañaría a las autoridades locales en la elaboración del Plan de Desarrollo Urbano Local del Municipio Naguanagua».
Desde Julio del 2022 no he detectado en internet ninguna noticia acerca del avance del PDUL en Naguanagua. Fui a la alcaldía, y al concejo municipal de Naguanagua, y pregunté por el avance del PDUL. Con sólo hacer esta pregunta tuve la inmediata sensación de haberle lanzado una pedrada a un avispero; y no recibí ninguna información valiosa relativa al avance del plan de marras.
Este silencio informativo lo encuentro atronador no sólo porque se anunció el plan con gran energía, al tiempo que se involucró en la creación del mismo a diversos entes gubernamentales y a personas de las más variadas especialidades, sino porque el plan lo pudieron haber empezado a hacer, para no partir de cero, tomando como base planes anteriores, y, en consecuencia, no tardarse tanto en la presentación del PDUL.
(En mis investigaciones para desarrollar este artículo de prensa logré conseguir algunos trabajos, realizados en administraciones anteriores, que a juzgar por el nivel de detalle de los planos y de las memorias descriptivas, y por lo bien presentados y redactados, consideré que, a pesar de que pudieran tener errores, como probablemente los tengan, eran merecedores de ser tomados en cuenta).
Una mirada al futuro de Naguanagua
El hecho de que en el Municipio Naguanagua se tenga previsto la construcción de una estación de ferrocarril, así como la construcción de un tramo del metro, compuesto de seis estaciones, no hace sino resaltar la importancia de un plan de desarrollo urbanístico local.
Plano No.2: Estaciones de Metro de Valencia. La línea 3 (Aún sin construir) está completamente en el municipio Naguanagua
El Municipio Naguanagua es un municipio de relativamente baja densidad poblacional y de grandes extensiones de terrenos en los que aún no se han realizado construcciones. Estas características facilitan la planificación urbanística, y allanan el camino para que con un mínimo de voluntad política el Municipio Naguanagua pueda llegar a convertirse en un modelo de planificación urbanística en Venezuela.
Rafael Henrique Iribarren Baralt es ingeniero civil, egresado de la UCAB
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