Plantas venden sal para ganado como para humanos y juegan con la salud de consumidores
La Cámara Venezolana de la Industria de la Sal (Caveinsal) denuncia irregularidades en la calidad de producción de la sal en el país
La industria de la sal denuncia que plantas salineras no están cumpliendo con normas sanitarias de producción y procesamiento y que están empaquetando sal para ganado, sin yodo, como si fuera de consumo humano, la cual la venden a la mitad de lo que cuestan las sales que sí son procesadas.
«Hay mucha gente que no está cumpliendo con la normativa de sal. Este es otro desastre que se está haciendo en el país», afirma Francisco Juaristi, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria de la Sal (Caveinsal). «Las sales tienen que ser blancas, que eso lo da cuando son cristalinas. Aquí están utilizando sal de consumo de ganado para envasarla como consumo humano y lo están vendiendo a un precio barato».
Una sal refinada está más o menos en 28 centavos de dólar al consumidor en el mercado, y la más cara en 40 centavos de dólar, mientras que la sal que sacan sin pasarla por ningún proceso de refinación y retrolavado la están vendiendo a 10 ó 12 centavos de dólar a distribuidores para que la pongan al consumidor a 15 ó 16 centavos en los comercios.
«Se está haciendo demasiado sinvergüenzura, y, para no caer en que nosotros estamos denunciando a una y otra y no hacer ningún señalamiento, lo que hicimos fue solicitar la inspección a todas las plantas que supuestamente hay en Venezuela».
Venezuela, anteriormente, se mantenía con cinco plantas, cuya producción alcanzaba para abastecer a todo el país. «Nunca ha habido desabastecimiento de sal en Venezuela. Y, actualmente, hay unos 30 molinos que algunos ni siquiera producen sal apta para consumo animal y lo están metiendo para consumo humano».
El presidente de Caveinsal asegura que «lastimosamente» Venezuela, en cuestión del bocio, ha retrocedido unos 70 años, si no es más. «Hoy en día hay bocio en varios estados del país por culpa de unas sales que se están vendiendo sin yodo, y hay muchísima gente que no está florando las sales».
La ausencia de yodo tiene implicaciones en la salud de las personas. Es el principal generador de hormonas tiroideas, las cuales controlan el metabolismo del cuerpo y otras funciones importantes.
En este sentido, la doctora Carina Porciello explica que el yodo es importante para la producción de las hormonas tiroideas. Por ende, una deficiencia de yodo genera una deficiencia en la producción de estas. «El yodo es prácticamente la gasolina para que se puedan generar las hormonas de la tiroides. Como no hay yodo y se está produciendo poca cantidad de hormonas, la tiroides compensa aumentando de tamaño para producir más hormonas, y eso genera bocio, un crecimiento de la glándula en el cuello que en algunos casos hace que parezca el saco vocal de una rana. La sal yodada fue una política de salud pública que se hizo porque estaba habiendo mucha incidencia de eso y dijeron que la gente tiene que consumir más yodo y lo hicieron a través de la sal. Esto ha disminuido mucho el bocio endémico».
«Entonces, Caveinsal, respetuosamente, entendiendo el derecho al trabajo, pero también entendiendo que el gobierno tiene que dar el derecho a la salud de los venezolanos, le pidió al gobierno que inspeccionara todas las plantas porque hay que poner orden. Hay autoridades regionales que no están cumpliendo las órdenes de las nacionales. Venezuela necesita orden. Hasta los productos importados están entrando a Venezuela sin ningún control sanitario», agrega Juaristi.
A mediados de diciembre, Caveinsal se reunió con autoridades del área económica del gobierno de Nicolás Maduro para denunciar las irregularidades de estas sales que se están consiguiendo en el país. El viceministro de Política de Compras y Contenido Nacional del Ministerio de Comercio Nacional, Daniel Gómez, informó que organismos del Estado venezolano crearon un equipo «multidisciplinario» para fiscalizar 36 industrias salineras del país y verificar los permisos que deben tener para el expendio del producto y los estándares de calidad exigidos para este insumo.
El equipo para llevar a cabo las fiscalizaciones en las plantas salineras está integrado por funcionarios del Servicio Autónomo Nacional de Normalización, Calidad, Metrología y Reglamentos Técnicos (Sencamer), de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), de la la Superintendencia Nacional de Gestión Alimentaria (Sunagro) y del Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria (SACS).
«Estas acciones forman parte de las políticas de atención que el gobierno brinda a las distintas cámaras industriales, comerciales y empresariales existentes en el país, con el objetivo de trabajar en conjunto en pro de la economía productiva. Es allí justamente donde parte la política de atención y verificación, no solamente para los estándares de calidad de la industria, sino también para verificar la capacidad de producción de cada una de ellas y así evitar desabastecimiento o cualquier distorsión en la actividad económica», dijo Gómez.
Por su parte, la directora general del Sencamer, Ana Ponce, aseguró que el organismo participará en estas fiscalizaciones. «Aquellos productores que incumplan con los permisos requeridos serán sancionados y no podrán ejercer su actividad económica, nuestra prioridad es proteger al pueblo».