Planteamiento de Guaidó del RP2 lo regresa al juego
En un marco venezolano tan postrado, el personaje de la semana del acostumbrado segmento de los viernes «Crónicas, Crónicas» ha sido Juan Guaidó. Su presentador Alonso Moleiro señaló que últimamente el diálogo del presidente de la Asamblea Nacional (AN) ha sido bien cuestionado, por lo que consideró que se le están achicando las opciones. «Ciertamente, había una idea de que él era capaz de una cosa que no ha podido concretar, lo cual no le quita su mérito. Creo yo. Hay que ver lo que está haciendo Guaidó prácticamente solo, como fue su participación en un diálogo tan importante como el de Barbados y Noruega», enfatizó.
A pesar de su intervención en importantes escenarios, Moleiro indicó que al también presidente interino de Venezuela, reconocido por más de 50 naciones, Guaidó, también se le ha criticado por su responsabilidad en su planteamiento de ser el primero en un discurso. Uno en el que, a su juicio, ha hecho acusaciones muy graves al régimen de Nicolás Maduro y en el que, hasta ahora, no hay existido nadie capaz de reconocerlo. «Ojalá hubiera un partido con algún tipo de calidad dispuesto a un debate sobre la gestión chavista y sus consecuencias terribles para el país», dijo.
En todo caso, estimó que en cuanto al planteamiento del R2P (Responsabilidad de Proteger) que la idea sonaba muy expansiva y belicista y que esa opción se ha ido examinando. «Ya no se está hablando de marines sino de poner cercas diplomáticas al régimen de Maduro».
El chavismo debe entender que la oposición no tiene por qué calarse que la dejen nada más llegar a la gobernación de Yaracuy y le pongan un protector encima sino todo lo contrario, que esta tiene derecho a ejercer el poder en el pacto constitucional propuesto por Hugo Chávez en 1999. «Aquí teníamos unos derechos que no están quitando y eso no está bien», destacó.
«Guaidó va a tener dificultades y el planteamiento lo regresa un poco al juego. Hay que construir los fundamentos de lo que va a ser el mandato político de Guaidó, luego del cinco de enero porque ciertamente Guaidó entra en una circunstancia de difícil interpretación. Va a ver gente que va a objetar. Eso va a fortalecer nuevas iniciativas en la oposición», aseveró.
Ir a votar es ir a suicidarse
Moleiro reiteró que en el marco actual está difícil plantear ir a votar por cualquiera de los diputados de la Mesa de Diálogo Nacional. «Es como para dudarlo. Hacerlo no va a resolver nada. Por el contrario, agravará aún más el problema». Venezuela es una nación que se derrumbó y que está entrando en zonas de ingobernabilidad tomada por un credo absolutamente fanático, divorciado claramente de la voluntad popular», rezaron sus palabras.
Expuso que es necesario plantear un juego limpio. En cuanto a las gestiones de la Unión Europea (UE) y de Henrique Capriles Radonski en lo que sería el planteamiento de una posposición y una renegociación de condiciones electorales, supone que existe interés por mejorar las condiciones electorales de la consulta legislativa y plantear una posposición.
Tras el pronunciamiento de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que podrían llegar a fijar delitos de por vida contra funcionarios del gobierno de Maduro, se prevé que esta acción podría acarrear un tipo de eco en la conducta e interpretación del gobierno nacional.
«Uno lo que espera y pide es que tanto Capriles como Leopoldo entiendan que están obligados a ejercer un esfuerzo con constante complementario, solidario e inclusivo porque si las condiciones llegaran a cambiar y medio valiera la pena votar y uno ve que prende un ánimo, yo no sé si eso va a pasar, y si pasara, uno se lo puede pensar», sostuvo. En una reciente entrevista hecha por el presentador de Crónicas Crónicas en la que conversó con Juan Pablo Guanipa, este le dijo que «si uno ve que el escenario se mueve, se toman decisiones prácticas».
«Está claro que ir a votar es ir a suicidarse como fue lo ocurrido el pasado 18 de mayo. El colaboracionismo es un espacio político cultural con ramificaciones e intereses económicos. Es una sunamista de ese espacio opositor que no es chavista culturalmente pero que ha decidido y que construye con el chavismo una cohabitación, donde tú logras mejorar un poco y ganar políticamente sin resolver nada viendo que a todos nos ruchen en una elección donde no va a pasar nada, salvo que un gobierno como el de Maduro adquiera una legitimidad que no se merece», advierte.
Moleiro insiste en que tenemos derecho a elecciones normales, a una elección de seis meses con un Consejo Nacional Electoral (CNE) que tome decisiones neutras con garantías iguales para todos con acceso a la televisión para todo el mundo sin colectivos amedrentándose, sin puntos rojos, sin civiles armados fastidiando a la gente en los barrios, sin militares en los barrios persuadiendo a la gente para un voto asistido. Aseguró que el chavismo siempre dice que va a respetar el resultado electoral y luego no lo hace, tal como ocurrió en el referéndum de la reforma del 2007, cuestión que ha pasado cada vez que la oposición gana.
¿Qué quiere Maduro? Ir a una elección, fundamentar un poco su ilegitimidad o el mandato de su régimen y crear una asamblea electa que lo reciba a él donde él pueda quedar completamente legitimado. Recordó la elección de 2018 en donde no hubo campaña electoral. «Lo único que hubo fue una simple actividad una semana atrás. No hubo manera de contratar a un especialista de ninguna especie. Fue un caribeo brutal. Lo más obvio de un proceso fraudulento es cuando te das cuenta que impidiendo la participación tanto de líderes como de partidos políticos».
Elecciones para fundamentar ilegitimidad
Al chavismo hay que hacerle un planteamiento político. Hay que hablarle aunque mucha gente no lo quiere hacer porque está muy molesta y eso se entiende, argumentó Moleiro. En este sentido, afirmó que para que haya transición, hay que ofrecer garantías y buscar un pacto mínimo que ejecute una idea de transición política. Es necesario hacer una demanda de justicia, de juego limpio a Venezuela. Ellos tiene que asumir la responsabilidad de la gravedad de la sangría de recursos, la corrupción desbordada y la microtización del tejido público del país.
Debemos plantear un perdón temporal, tener garantías y dejar que saquen los votos que saquen, dejarlos ahí y coexistir e ir consolidando el objetivo de la paz para imponer el tema de la ley. El chavismo es responsable de lo que pueda ocurrir de ahora en adelante en Venezuela.