Play Off, por Teodoro Petkoff
Ayer, como todo el lugarcomunismo lo ha destacado, y nosotros también hacemos nuestra la expresión, arrancó el proceso revocatorio. El episodio, entre pintoresco y bufo, de la disputa por ver quien llegaba primero a la taquilla del CNE donde se reciben las participaciones de intención de recoger firmas, tiene una lectura que no puede pasar desapercibida. El gobierno va a jugar en el tablero de los referendos. En otras palabras, el espíritu electoral arropa no sólo a la oposición sino también al gobierno. Este, aún tascando el freno, ha aceptado el reto de medirse y anuncia su disposición de solicitar la revocatoria de todos los gobernadores de oposición, de varios alcaldes de la misma connotación y de buena parte de los parlamentarios de la oposición –añadiendo a éstos, por cierto, los nombres de Rafael Simón Jiménez y Luis Salas ( “Vamos” ) y Guillermo Palacios (OFM), en una demostración de sectarismo e intolerancia realmente stalinianas. Chávez no acepta a su lado gente independiente, no acepta aliados con criterio propio. Lo único que acepta es soldados obedientes y serviles.
Ahora bien, el hecho de que la ruta electoral y democrática se va despejando no significa que todo será coser y cantar. Existe la posibilidad de alguna turbulencia porque hay sectores violentistas en los extremos de ambos bandos, que no quisieran una solución pacífica y democrática para la crisis venezolana y que, más aún, estarían dispuestos a impedirla a toda costa. De una parte, están los que utilizan recursos del poder para actos de intención intimidatoria, los que están dispuestos a aflojar el freno de mano de los grupos de acción directa para tratar de generar confrontaciones violentas y crear un clima de topo a todo; del otro lado están los profetas del caos, los que continuamente siembran escepticismo en las posibilidades de una solución democrática, satirizan a quienes la promueven y llaman permanentemente a una salida golpista –por cierto que colocándose prudentemente a un lado y rogando que sean “otros”, los militares, los que les hagan el favorcito.
La oposición no la tiene fácil. Necesitará mucha cohesión y coherencia para enfrentar un adversario que si una ventaja competitiva posee es la de la unidad de mando porque en el gobierno Chávez da las órdenes y los demás obedecen –o al menos fingen hacerlo porque conocemos a más de uno que ya está harto de ese calamar.
Habría que cuidarse del triunfalismo y de fijarse metas estrambóticas, que de no alcanzarse provocan desánimo. Preferible es la prudencia y la sobriedad antes que la echonería. Además, esto no puede ser una competencia de viveza criolla. Lo que se va a hacer hay que hacerlo bien, y con estricto apego a la ley y a los reglamentos. Ya no hay espacio ni tiempo para la chambonería.
Bueno, a tono con las Grandes Ligas, aquí también se inicia el play off.