Plaza Miranda de El Consejo, por Rafael A. Sanabria M.
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Esta emblemática plaza, ubicada frente a la plaza Bolívar y la casa parroquial de El Consejo, antes de recibir este epónimo fue conocida en las primeras décadas del siglo XX como plaza Manuel Villapol en homenaje al valiente prócer que perdió la vida en la primera batalla de San Mateo, el 28 de febrero de 1814,esta plaza tenía una circunferencia en el centro que era el lugar propicio para que los músicos tocaran sus retretas los domingos.
En 1947 durante el ejercicio de sus funciones la junta comunal integrada por: Miguel Ángel Carvajal Murga acompañado por Antonio Borges Yumar, José Eugenio Albarrán Chávez, José Rafael Guillén, Amílcar Starchevich y Pedro Rafael Pinto, aunados al prefecto Antonio Visbal Pino deciden cambiar la toponimia de la mencionada plaza y ahora pasa a llamarse Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda, en homenaje al precursor de la independencia. El acto inaugural fue el 12 de febrero de 1947,siendo el orador de orden el maestro Félix Cordero Falcón ,que para el entonces era el director de la Escuela Federal Juan Uslar.
El nombre de Manuel Villapol pasa a la calle que está al lado de la plaza, conocida antiguamente como calle de la amargura.
En el año 1950 con motivo del bicentenario del natalicio de Francisco de Miranda la directiva de la junta comunal integrada por: Alejandro Díaz, Rafael Aponte, vocales: Enrique Hernández Ruíz, Manuel Delgado, suplentes: Fermín Antonio Mijares, Liborio Silva Carvajal. Secretario: Manuel Salama. Promueven la remodelación y arborización de la plaza , gastando 607,00 BS .
De acuerdo al Doctor Germán Fleitas Núñez, el diseño de esta plaza es autoría del Arquitecto Tomás Sanabria, creador del hotel Humbolt en la cumbre del Ávila, del imponente Banco Central de Venezuela, del edificio de la electricidad de Caracas y ganador del premio Nacional de Arquitectura.
El Busto fue elaborado por el escultor Andrés Rodríguez, natural de San Sebastián de los Reyes, quien dejó en su natal pueblo una obra perdurable, que se resguarda en un museo de la localidad que lleva su nombre.
Durante el gobierno del primer Alcalde del Municipio Julio Luis Bracho, se restauró de nuevo y en los gobiernos municipales posteriores se le ha hecho ciertas reparaciones. Esta vieja estampa histórica de la localidad ha sido testigos de las otrora celebraciones de los carnavales y fiestas patronales.
Ha sido escenario para los encuentros de bandas, orquestas y retretas, encuentro intermunicipales de danzas ,reencuentros consejeños y muchas otras actividades que le han dado realce al gentilicio consejeño.
En esta plaza se llevaron a cabo los lunes cívicos organizados por la Sociedad Bolivariana Municipal y la Junta de Efemérides del Municipio durante cuantiosos años.
Esta alegórica plaza donde todos hemos concurrido ha sido testigo de aquel pueblo donde todos nos conocíamos y las tertulias tenían muchos de reuniones familiares, de rumores ,noticias y puras fantasías, era aquella plaza la gran bolsa de compra venta e intercambio de toda especie de realidades y de especulaciones imaginativas.
¿Cuántos consejeños de aquella época –de nacimiento o adopción–,se plantaron en sus bancos y allí fueron desgranando las horas mañaneras, día a día ,año tras años, hasta encarnecer e incluso hasta morir, presenciando el desfile humano de la ciudad a través de las generaciones?
Al frente de la plaza Miranda, la plaza Bolívar, un prócer frente a otro prócer, perseverantes ante el pasar del tiempo que besa el silencio en su mudez.
Esta plaza mantiene la palabra en un solo lugar. Esta que nos asimila instalada en el reojo del reloj detenido del Templo Nuestra Señora del Buen Consejo.
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Visitar, merodear y sentarse en sus bancos en reencontrarse con la consejeñidad a granel , un soplo de magia invita al resto de la comarca, frisada por un valle que no termina sino que siempre comienza, en las manos de aquellos que hoy siguen levantando el polvo de sus nombres.
La plaza tiene músculos vibrantes, aun la brisa es fresca y sincera, todavía el nombre de El Consejo robustece su presencia.
Volvamos a la plaza a reencontrarnos con el hijo bueno, blanco el cabello, pero con colorido de jardín el alma.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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