Podcast | La gran brazada de Paola Pérez
Paola Pérez es atleta olímpica. Compitió en los juegos olímpicos Río 2016, y antes los Panamericanos Lima 2019 marcaron su carrera, siempre en la prueba de aguas abiertas.La ruta para llegar hasta Tokio 2020 fue dura, sin apoyo oficial y con una migración lacerante de oportunidades. En Palabra Hecha Podcast nos habla de ese camino preolímpico y de lo que le queda por recorrer para llegar a la cita en París 2024
Paola Pérez es nadadora olímpica en aguas abiertas. Las piscinas son su «fuente de poder» y en Venezuela se las cerraron.
La crisis nacional, que también ha afectado al deporte, causó el cierre de las albercas del Táchira en las que practicaba para pulir sus brazadas antes de participar en los clasificatorios de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, donde logró su pase a la cita olímpica a pesar de las trabas que encontró en el camino.
En este episodio de Palabra Hecha Podcast nos cuenta su viacrucis a Japón, que la llevó a abrir una campaña en Gofundme y emigrar hacia Chile en 2020, para poder tener una preparación de altura, que en otras aguas tampoco pudo tener, pues ser atleta olímpica no la eximió de los problemas del migrante común.
Encontrar empleo fue difícil para ella, sobre todo en pandemia. Cerraron las escuelas de natación y perdió su puesto de entrenadora. Para llegar a Tokio tuvo que hacer hisopados para así poder costear la otra mitad del presupuesto de la estadía y viaje a la competencia que el gobierno venezolano no le aprobó. Entrenó poniendo ligas en el balcón de su apartamento e hizo lo que pudo.
No haber tenido el apoyo que necesitaba la dejó en el puesto 20 de entre 25 deportistas que compitieron en el maratón de natación del encuentro olímpico. Pero eso no le importó. Al salir del agua se dio cuenta de que haber llegado a Japón en las condiciones en las que se entrenó, fue «como ya haber ganado una medalla».
«Entrené en condiciones paupérrimas. Lo ideal es hacer concentraciones varias veces antes de una competencia, y yo no fui a una copa del mundo en este ciclo olímpico, lo cual afecta bastante porque es necesario para mantener el roce y saber las estrategias internacionales. Cuando uno no hace competencias pierde las nociones de lo que se hace afuera, tampoco hice trabajos de altura», comenta en entrevista con TalCual.
Paola nos habla del impacto de las deficiencias de su carrera como nadadora, asociadas a la falta de financiamiento estatal, en su salud mental. Hace dos años, en los Juegos Panamericanos de Perú en 2019, sufrió un episodio de hipotermia por no tener un traje de neopreno que absorbe las bajas temperaturas, que marcó su vida personal. «Después de Lima, tuve pensamientos de atentar contra mi vida. No quería seguir».
Pero para la nadadora ahora esos son sólo momentos «oscuros» que le han ayudado a crecer. Piensa que a sus 30 años aún le faltan millas olímpicas por recorrer, pues a su juicio, a diferencia de otros atletas que siendo muy jóvenes ya tienen títulos mundiales y olímpicos, ella empezó su camino un poco tarde.
Llegar a París 2024 está entre sus planes, pero lo hará sola. Será gestora, entrenadora y atleta a tiempo completo. Buscará desde Chile un patrocinio privado e intentará en los dos años y medio que le quedan prepararse para lograr la presea que no logró en Tokio.
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