Política con y para la gente, por Griselda Reyes
Twitter: @griseldareyesq
¿Para qué sirve la política sino es para transformar la vida de los ciudadanos? Desde que hace más de un lustro uno de mis mentores me motivó a incursionar en este duro terreno de la actividad pública, mi prioridad fue ayudar a cambiar la realidad de muchos, sobre todo de los más necesitados.
El pasado fin de semana visité Ojo de Agua, en Baruta, y el clamor de la gente no es otro que contar con ayudas reales que les permitan valerse por sí mismos. Estoy hablando de herramientas, no de dádivas. A diferencia de la segunda bonanza petrolera que vivimos hace pocos años atrás, en estos tiempos de austeridad nuestros vecinos saben que solo organizándonos y colaborando juntos, podemos salir adelante.
Me llamó poderosísimamente la atención que, en medio del mar de calamidades que vive Ojo de Agua, plantearon casi de forma unánime la necesidad de formarse y combatir la violencia desde el deporte y la cultura. Y miren que, igual que el resto del estado Miranda, padecen las consecuencias de pésimos servicios públicos, los trastornos propios de la pandemia y el altísimo costo de la vida.
Baruta quiere recuperarse a sí misma. Nuestra gente quiere trabajar para hacer de este el municipio bandera, ejemplo para el país, el que una vez fuimos.
En función de esto, más allá de la dura realidad política nacional que a diario nos consume, me plantearon la urgente necesidad de empezar a combatir, en el corto plazo, el ocio que tanto daño le ha hecho y sigue haciendo a nuestra juventud. Ocio que se ha profundizado con la suspensión de actividades escolares por la pandemia de covid-19.
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Sin caer en promesas irrealizables o generar falsas expectativas, les manifesté que el trabajo de organización ciudadana es vital para empezar esta titánica tarea. Recuperar algunos espacios aquí, habilitar otros allá, se convierten en pequeñas grandes victorias que pueden dar enormes frutos en materia social. Y esto se puede lograr incorporando a los dirigentes y defensores del deporte y la cultura en cada comunidad.
Más allá de ostentosos programas de gobierno o ilusorias promesas, hoy empeño mi palabra en función de aquella célebre frase de Nelson Mandela que reza que la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.
Aspiro a trabajar por esta petición común de los baruteños: formación, valores, educación, deporte, cultura.
Es lo que necesita nuestro país para romper el círculo vicioso en que hoy nos han sumergido, porque con este gobierno oprobioso que llevamos desde hace dos décadas, «no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud» como decía el Libertador Simón Bolívar, quien siempre se cuestionó el sometimiento del pueblo americano a través de lo que él denominó el triple yugo: ignorancia, tiranía y vicio.
Cuenten conmigo para devolver el brillo a este municipio que fue pionero en formación ciudadana. Desde aquí podemos dar esos primeros pasos que, tal vez, resuenen en otros municipios y nos permita construir, desde abajo, la Venezuela que todos soñamos.
Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.
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