Políticos “atrofiados” en Venezuela, por Ángel Monagas
«Lo que no se usa, se atrofia».
Es prácticamente una ley en la ciencia, cuando se estudia la evolución de la raza humana. Darwin, explicó así muchas comparaciones que hoy nos hacemos: porque tenemos más cabello, porque hay más personas con “sobrepeso”, más diabéticos, etc. Es la traducción al lenguaje de nuestros tiempos.
Darwin nunca pudo imaginar que ese principio pudiera servirnos para entender la situación política en Venezuela. Es quizá la mejor explicación sobre la clase política que hace vida en nuestra nación.
Después de 21 años, muchos insistimos en preguntarnos ¿Qué le pasa al pueblo venezolano?
Su falta de reacción, su espasmódica expresión de conformidad a que obedece.
Error en la mirada. No es el sujeto, es lo que rodea.
Lógicamente la carencia de respuestas es la clave y he allí lo acertado de Charles Darwin y sus teorías para revisar el caso venezolano.
Darwin partió del principio de que “en este mundo no hay nada eterno, todo tiene un principio y un fin, que llega mediante el desgaste”. Ese proceso puede acelerarse o desacelerarse, según las circunstancias.
No estoy hablando de una concepción materialista. Yo creo en la trascendencia del hombre, en su lado espiritual y su relación con Dios.
El asunto es que en nuestro paso por el planeta, hay elementos que condicionan la aparición de otros.
En nuestros hogares tenemos cantidad de objetos de “última generación”, que no usamos. Los teléfonos celulares llamados “inteligentes”, poseen una infinidad de funciones y ¿Cuántos de nosotros le sacamos provecho?
Finalmente llega una nueva generación que desplaza a la anterior y lo triste es que muchos perdimos la utilidad de esos objetos porque sencillamente solo usamos lo que nos servía para nuestras necesidades.
La publicidad nos hace comprar muchas veces, cosas innecesarias para nuestra vida. No es que no sirvan, es que nos convencieron de su utilidad.
Es allí donde encuentro a los hombres y mujeres que conducen o aspiran a conducir nuestro Estado, en su nivel nacional, regional o local.
Tenemos una clase política “inútil”, que no hemos necesitado y por ello no la hemos utilizado.
Evidentemente que de su parte ha estado la culpa, al no saberse vender, al no hacerse útiles sino importantes como lo sentenciaba Churchill sobre los políticos modernos.
Esa situación nos ha debilitado y ha sido aprovechada por quienes tienen casi 22 años imponiendo un “régimen atroz”, carente de democracia, de respeto, incapaz de encontrar soluciones.
Ellos son culpables en primer grado y también quienes estando en el deber protagónico de hacerlo, han sido torpes, mezquinos y viscerales para combatirlos.
Incluso, ellos si han utilizado sus características básicas, si han ejercido sus funciones. Las han practicado y perfeccionado. El pueblo finalmente se ha involucrado en esa realidad y ha tardado en mostrar su resistencia por la ausencia de estímulos, de acciones que los impulsen a rebelarse.
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Lo que no se usa se atrofia. Nuestra oposición, no solo está dividida, no solo se muestra incoherente, lo cual ya es grave, está atrofiada.
Prevalecieron intereses subalternos de carácter personal y eso ha producido dos decenas de años prácticamente perdidos. Nos quedamos fuera. Tenemos más de 50 años de atraso tecnológico y social.
El gobierno para mí no es el problema. Ellos han sabido actuar para sus malévolos fines. Han sido muy buenos haciendo lo malo.
La oposición tiene excelentes dirigentes, el asunto es que a través de los años como consecuencia de ese “atrofio”, no tienen el mismo rendimiento. Triste es además que muchos ya no tienen retorno.
Se han perdido dos generaciones políticas brillantes y vamos por la tercera.
Lo positivo es que los valores están allí: el pueblo, la gente, sus problemas, sus urgencias. Las nuestras. Eso se puede reparar. Con mucho esfuerzo y es cuando esa parte inmaterial nuestra debe surgir.
Nuestros políticos se atrofiaron con su largo papel de ser “opositores”. Atrás quedaron los sueños de ser gobierno nuevamente, salvo el virtual y muy peculiar que ejerce Guaidó.
Queremos un nuevo gobierno, una nueva clase política que sustituya a la actual. No será fácil.
Psíquicamente cuando hemos dejado un tiempo de estudiar, y luego intentamos reemprenderlo, sentimos que no es fácil de aprender y memorizar, pues esa parte del cerebro encargada se ha «atrofiado» por el desuso (suerte de la plasticidad del cerebro, que nos permite rectificar y volver a ponernos «en buena forma mental» con práctica).
Peor aún, el respeto de la gente, su solidaridad, su compromiso, también se atrofia si no se usa.
Es nuestro deber superar la costumbre de ser opositores.
Esta crisis del coronavirus ha sido una buena oportunidad para mostrarnos, para rescatar esa credibilidad. Lamentablemente muchos siguen soñando con el arribo del “catirito” de la película y sigue pasando el tiempo, aumentando las expectativas y después, si eso no ocurre, las decepciones. Las frustraciones.
Si lo prometido y anunciado pasará, está bien ¿Y si no? ¿Por qué tenemos que esperar que otros hagan lo que a nosotros nos corresponde con inteligencia, sacrificio, ingenio?
Pareciera que muchos tienen tanto tiempo jugando a parecer “políticos” que dejaron de serlo, se atrofiaron.
El problema es que si no usamos lo que decimos ser, si no nos interrelaciones con la gente, cuando queramos hacerlo, no será lo que esperábamos. Simplemente su relación con nosotros se “atrofió”.
Regiones
Reviso el panorama nacional y salvo los gobernadores adecos en los estados que ellos gobiernan, la dirigencia opositora brilla por su ausencia. Muchos andan como “Adán el día de las madres”. Es lo que señalo. En la zona capital tal vez mucho menor a lo que pasa en otros estados.
¿Dónde está la dirigencia que enfrente los errores del gobierno en Aragua, Carabobo, Lara, Falcón y Zulia por ejemplo?
No habló de efímeras declaraciones, sino de acciones, de planes, del ejercicio de la política.
En Zulia, por ejemplo, donde resido, el Gobernador, el chavismo, dos veces al día hace ruedas de prensa, informa, atiende a cada medio, incluso los identificados como opositores, recorren las ciudades, limpian, desinfectan, hacen pruebas, entre otras actividades.
Es más hasta los periodistas de los partidos de oposición son atendidos y provistos de combustibles a través del esfuerzo del periodista Juan García; Hasta ex candidatos a Gobernador y a Alcaldes han recibido atenciones.
Uno puede suponer que no lo hacen por “humanidad” pero lo hacen. ¿Y dónde está el liderazgo alternativo?
A muchos analistas y “opinadores” del tema Venezuela, desde el exterior, les sugiero que hablen con varias personas de las que vivimos y padecemos aquí.
El difunto expresidente Luis Herrera, dijo hace muchos años “oposición que no hace oposición, está condenada a ser oposición”.
La realidad, parafraseando al poeta, puede cambiar a la luz de una lámpara.
Maduro es un enemigo ciertamente. Ahora bien a la hora de priorizar ¿No es más importante en esta circunstancia enfrentar la realidad y los efectos del covid-19?