Por qué Venezuela no está cerca de una transición democrática a partir de acción de EEUU

El analista político asegura que la escalada de presión de EEUU no llevará a un cambio político en Venezuela. Precisa que Washington maneja una política para las cámaras y otra basada en sus intereses geopolíticos
Por La Hora de Venezuela
El exdirector para Venezuela de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Geoff Ramsey, está convencido que Estados Unidos maneja una “política para las cámaras” y otra basada en sus “intereses geopolíticos” en relación con Venezuela, lo que se traduce en negociaciones directas por el tema migratorio y energético con Miraflores.
El analista de política, derechos humanos y seguridad de América Latina también dice tener muy claro que esta aparente escalada en la presión de Washington sobre la administración de Nicolás Maduro, con el despliegue militar en el Caribe, no derivará en un cambio democrático en Venezuela.
A su juicio, la oposición venezolana debe combinar, de manera creativa, una estrategia interna y externa que lleve al cambio político, para lo cual EEUU “no es el principal aliado”.
La Casa Blanca privilegia sus intereses
“EEUU levantó sanciones el mes pasado. Hay indicios de que hay canales de comunicación abiertos todavía. Maduro los ha mencionado esta semana. Vimos la negociación de julio y la liberación importante de los presos estadounidenses y, por otra, estamos viendo dos vuelos a la semana, pagados por el gobierno de EEUU, llegando de centros de detención a Maiquetía, que no serían posible sin algún tipo de comunicación directa entre Washington y Caracas”, describió Ramsey en entrevista con La Hora de Venezuela.
Para el investigador sobre Venezuela y Colombia en el centro de pensamiento Atlantic Council, pasar de negociaciones directas, que no se han detenido, a un despliegue aeronaval en aguas internacionales es el resultado de distintas teorías de cambio en el seno del gobierno de Trump.
Por un lado, los que promueven las conversaciones directas como las que lograron el canje de 10 prisioneros estadounidenses por 251 venezolanos detenidos en El Salvador. Por el otro, los que no comulgan con las negociaciones porque contribuyen a sostener el régimen de Maduro y apuestan a que la movilización de buques en el Caribe sirva de incentivo a elementos de las Fuerzas Armadas venezolanas para que quiten su apoyo a Maduro. Sobre esto último, resaltó que no ha ocurrido hasta ahora y tampoco espera que suceda.
Como parte de lo que otros analistas consideran, es una escalada en la presión de EEUU contra Miraflores. El propio Trump anunció este 2 de septiembre que el ejército estadounidense disparó contra una embarcación proveniente de Venezuela que transportaba drogas y que él mismo dio la orden como una especie de “escarmiento” para que los carteles desistan de enviar drogas a suelo estadounidense.
“Es importante resaltar que EEUU ha enfatizado que esta operación ocurrió en aguas internacionales, que para mi es una señal de que no está buscando desestabilizar al régimen en Venezuela. Eso sugiere que no vamos a ver ataques directos en territorio venezolano”, advirtió.
La razón de que no se busca un cambio de gobierno en Venezuela, apunta Ramsey, es que EEUU reconoce “otros intereses” que van más allá de la recuperación de la democracia y del respeto a los derechos humanos. básicamente intereses energéticos, migratorios y geopolíticos. Sostiene que hasta ahora la Casa Blanca no ha tomado una decisión que ponga a dichos intereses en riesgo.
“Equilibrio perverso”
“Vamos a seguir escuchando ruidos de sables de Washington, podríamos ver más ataques contra embarcaciones y vuelos que están transportando drogas; sin embargo, no veo a EEUU interesado en cualquier acción que pueda poner en riesgo sus intereses migratorios y energéticos en Venezuela. No va a correr el riesgo de contribuir a una ola de violencia y caos que podría generar aún más migración desde Venezuela ni perjudicar las operaciones petroleras en Venezuela, de las que se está beneficiando”, advirtió.
¿A quién beneficia entonces toda esta confrontación? Ramsey alude a un “equilibrio perverso”, con el que sostiene que gana tanto el gobierno de Trump como Miraflores e incluso la misma oposición encabezada por María Corina Machado.
“La Casa Blanca recibe petróleo por un lado, saca puntos políticos en el estado de Florida con su retórica. El gobierno de Maduro recibe legitimación de facto, producto de negociaciones actuales y la coordinación con vuelos de deportación y la oposición con Machado recibe retórica de mano dura que puede usar para seguir insistiendo en la idea de que EEUU está realmente comprometido con su causa”, explicó.
En este sentido, el analista político manifestó su temor porque dicho “equilibrio perverso” mantenga la actual situación, sin resultados para el cambio en Venezuela, por un largo tiempo.
“No vamos a ver un quiebre, ni mucho menos una transición democrática, pero todos los actores involucrados se están beneficiando de una forma u otra. Lo trágico de esto es que Venezuela no está cerca de una transición democrática y mi preocupación por esta dinámica es que el derecho fundamental del pueblo venezolano de elegir sus propios líderes sigue siendo violado sin ninguna resolución”, afirmó.
¿Cómo ve otro tipo de negociación?
Sobre la sostenibilidad del operativo aeronaval en el Caribe en el tiempo, el investigador recordó que ocurrió en el año 2020, al término del primer gobierno de Trump, con la llegada de buques a las aguas internacionales que permanecieron un par de meses, lograron incautar toneladas de drogas, “declararon la victoria” y se retiraron. No espera otro proceder ni otro resultado en la actualidad.
“Es importante resaltar que esto no solo se trata de Venezuela. Rubio estuvo en México, está en Ecuador y claramente hay un interés en usar las fuerzas militares de EEUU contra los carteles internacionales y no sólo en Venezuela. Se acaba de declarar a dos grupos ecuatorianos como terroristas, sabemos que la gran mayoría de la cocaína que pasa de los productores a EEUU sale por el mar Pacífico, 70%, admitido por el presidente Daniel Noboa, por el puerto de Guayaquil, por lo que también podríamos ver operaciones en el Pacífico y en México”, dijo.
Ramsey se declara pesimista en cuanto a una pronta solución al conflicto venezolano, incluso con el planteamiento de otras opciones de negociación política con la cooperación de otros países.
“El problema con la negociación es que Maduro ha demostrado que es un experto en abusar de procesos de diálogo. Lo hemos visto múltiples veces en los últimos años. Para mí, el desafío es armar una estrategia más comprensiva, tenemos que romper con una visión de blanco y negro respecto de la presión y la negociación. Cualquier tipo de negociación puede ser eficaz si está acompañada por presión estratégica y canalizada”, sostuvo.
Es por ello, reiteró, que no ve un plan por parte de EEUU de canalizar la presión que ya existe en un “proceso de transición serio”, lo que, afirmó, explica la decisión de emitir de nuevo una licencia a la petrolera Chevron con unas concesiones mínimas.
“El desafío es cómo romper con el estancamiento porque este equilibrio perverso podría durar meses y años si no vemos una estrategia creativa para acompañar la presión estratégica con un plan real para avanzar en una transición”, lamentó.
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