Portaviones USS Gerald R. Ford ingresa al mar Caribe para operaciones del Comando Sur
El arribo del portaviones ocurre pocos días después de que el secretario de Guerra, Pete Hegseth, ordenara reforzar la estrategia militar impulsada por el presidente Donald Trump, enmarcada bajo la misión Southern Spear
El Grupo de Ataque del portaviones USS Gerald R. Ford, considerado el más moderno de la flota estadounidense, ingresó oficialmente al mar Caribe para iniciar operaciones bajo el área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos, según confirmó ese organismo este domingo 16 de noviembre mediante un comunicado.
“Mediante un compromiso inquebrantable y el uso preciso de nuestras fuerzas, estamos preparados para combatir las amenazas transnacionales que buscan desestabilizar nuestra región”, afirmó el almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, al justificar el despliegue.
El arribo del portaviones ocurre pocos días después de que el secretario de Guerra, Pete Hegseth, ordenara reforzar la estrategia militar impulsada por el presidente Donald Trump, enmarcada bajo la misión Southern Spear, con el objetivo de “desmantelar organizaciones criminales transnacionales” y enfrentar el narcotráfico que, afirman, afecta la seguridad estadounidense.
En su comunicado, el Comando Sur calificó el movimiento como un “paso crucial” para consolidar la presencia militar en el hemisferio occidental y proteger los intereses territoriales de Estados Unidos.
Un despliegue que amplifica la presión en la región
El USS Gerald R. Ford, acompañado por destructores y otras embarcaciones, se unirá a las fuerzas ya operativas en el Caribe: el Grupo Anfibio Listo Iwo Jima y la unidad expedicionaria de infantería de marina. Todas integran la Fuerza de Tarea Conjunta Southern Spear, creada —según Washington— para “derrotar y desmantelar las redes criminales” que operan en el Caribe y aprovechan los corredores marítimos compartidos.
La presencia ampliada del aparato militar estadounidense eleva la tensión en una zona que ha sido centro de fricciones, especialmente tras las crecientes denuncias del gobierno de Nicolás Maduro, que ve el despliegue como una amenaza directa y lo ha vinculado a intenciones de “cambio de régimen”.
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