PJ estima que por caída de la producción dejaron de exportarse $14.000 millones
El informe elaborado por la Fracción Parlamentaria de Primero Justicia, detalla una serie de propuestas que se tomarían para arreglar la situación del país en el ámbito económico una vez que se de el cambio del modelo político
La Fracción Parlamentaria de Primero Justicia publicó un balance correspondiente a los hechos que ocasionaron la crisis económica venezolana en 2018, donde indican que la profunda devaluación de la moneda ha tenido momentos de paz que son interrumpidos por decisiones erradas del Ejecutivo.
«Los episodios de relativa estabilidad del bolívar en el mercado paralelo son interrumpidos por los efectos de la política monetaria y fiscal y se retoma de nuevo la senda a la depreciación de la moneda, con sus efectos obvios sobre la tasa de inflación», reseña el informe.
Como parte del balance, también detallan la destrucción del Producto Interno Bruto (PIB) del país, que se contrajo en un 28% entre enero y septiembre del 2018. Si se toma en cuenta desde el 2013, el colapso alcanza el 53%.
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«No se trata de una situación de recesión como la que usualmente experimentan las economías, sino más bien de una depresión económica que se ha extendido por cinco años», especifican.
En este apartado ha tenido mucho que ver el desplome de la producción petrolera. Desde que el chavismo llegó al poder, el bombeo de crudo ha bajado de 3.445.000 barriles por día a 1.137.000, según cifras de la OPEP. Esto totaliza una caída acumulada del 68,1%.
La producción en declive ha implicado una pérdida en los ingresos por exportaciones de aproximadamente 14 millones de dólares en 2018.
«No se trata de una situación de recesión como la que usualmente experimentan las economías, sino más bien de una depresión económica que se ha extendido por cinco años», agrega el balance de Primero Justicia.
Por otra parte, la tasa de inflación anualizada alcanzó en octubre 1.300.000%, según este estudio.
Los autores no dudan en que una de las principales causas ha sido el déficit fiscal, que a partir del 2014 no baja del 14% del PIB.
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En este sentido, los elementos que han provocado estos altos niveles de déficit fiscal son muchos. Destaca, sin lugar a dudas, la emisión monetaria por parte del Banco Central de Venezuela (BCV).
«En términos anualizados, el dinero primario aumentó 33.000% al cierre de noviembre, en su totalidad dirigido a enjugar el déficit fiscal», asegura el documento.
La combinación de estos factores ha propiciado una pobreza que ha escalado al 80% de la población venezolana, hecho que ha acelerado el proceso de emigración, que a su vez genera la pérdida de talentos y mano de obra calificada.
Sobre las deudas, el texto recuerda que el Gobierno decidió atravesar un proceso de impago selectivo. Es decir, se paga a algunos acreedores como Goldman Sachs y ConocoPhillips, al igual que los tenedores del Bono Pdvsa 2020, mientras que ante los demás deudores Venezuela entró en default.
El problema, más allá de este default selectivo, es que aún al reducir los compromisos, las reservas internacionales mantienen su contracción. Pasaron de 9.662 millones de dólars en diciembre de 2017 a 8.795 millones de dólares al cierre de noviembre de 2018. No se posee información sobre posibles recursos en moneda extranjera en otras cuentas.
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Este panorama permite que los acreedores puedan ejercer acciones contra Venezuela en 2019 si no se cumplen los compromisos.
La respuesta de Primero Justicia
Ante esta situación de crisis en el ámbito económico, Primero Justicia propone una salida con medidas que permitirían frenar la hiperinfación y recuperar la producción nacional. No obstante, pasaría irremediablemente por un cambio del modelo político.
Las prioridades en esta propuesta pasan por desarrollar una política social para atender la emergencia humanitaria con la provisión de alimentos y medicinas. Para lograrlo, resulta evidente la cooperación por parte de actores internacionales.
Posteriormente se atacarían los problemas de fondo, para lo que proponen detener el financiamiento monetario del déficit fiscal, refinanciar la deuda externa, acudir al financiamiento internacional y fijar la tasa de cambio del bolívar al dólar por un plazo razonable.
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Como parte de este procedimiento, habría que plantearse una renegociación rápida y razonable de la deuda externa. Así se oxigenarían las cuentas fiscales. El BCV, por su parte, al recuperar su independencia, tendría que potenciar sus capacidades técnicas y publicar las estadísticas que el Gobierno esconde desde hace años.
Finalmente, incrementar la producción petrolera sería primordial. Para ello se llamaría a la inversión extranjera en la industria. «Con nuevas inversiones y una gerencia competente y honesta se puede frenar la caída de la producción y aumentar la producción a razón de 200.000 diarios por año», comentan además de resaltar que tendrían que aprobar una nueva ley de hidrocarburos que genere un ambiente propicio para la recuperación del sector.