Problemas de salud, la principal causa de muerte en las cárceles venezolanas
En las cárceles venezolanas los presos han optado por tomar medidas insalubres, en un intento por garantizar su salud. “Los presos se están ellos mismos atendiendo, como tuvimos la denuncia en El Dorado donde toda la población se pasaba tratamiento de hidratación con un solo yelco, por supuesto contaminado, ellos preferían hidratarse y no morir”.
En los últimos años la violencia en las cárceles venezolanas ha sido desplazada como principal causa de muerte, ahora son las enfermedades y los problemas de salud los que más cobran vidas dentro de estos espacios.
Así lo confirmó Carolina Girón directora del Observatorio Venezolano de Prisiones, durante la presentación del informe “el VIH y la tuberculosis en las cárceles venezolanos”.
Detalló que en el país existen muchos detenidos con estas patologías y pocos han sido verdaderamente diagnosticados.
Durante la muestra que se recolectó entre octubre de 2019 y abril del 2020 se determinó que, de 55 presos muertos dentro de los recintos penitenciarios ubicados en 11 estados del país, al menos 40 de estas muertes se produjeron en un contexto de enfermedades y problemas de salud.
Aclaró que la base de cualquier enfermedad que desarrollan los internos dentro de las cárceles venezolanas es la desnutrición, es decir, fue esta enfermedad lo que en mucho de los casos generó otras complicaciones.
Girón detalló que son Bolívar, Lara y Carabobo, las entidades con mayor índice de mortalidad por problemas de salud en sus sedes de prisión.
Señaló que en el estado Bolívar hay dos centros penitenciarios, El Dorado y Vista Hermosa, en ambos recintos el 100% de las muertes que se produjeron se debieron a problemas de salud.
Indicó que los presos de El Dorado han presentado enfermedades como “malaria, tuberculosis, y además toman y se asean con agua del río Cuyuní que está contaminado con mercurio”, situación que evidentemente pone en riesgo la salud y vida de los internos.
Mientras eso ocurre al sur del país, en pleno centro, en el estado Carabobo, en la cárcel de Tocuyito, alrededor de 5.000 presos permanecen hacinados, siendo la población penal más grande de Venezuela, allí casi a diario muere un recluso por tuberculosis o desnutrición.
Por su parte, en el estado Lara, donde se encuentra el centro penitenciario David Viloria mejor conocido como “Uribana”, y la cárcel de Fénix, es la entidad con más muerte por problemas de salud entre la población reclusa, durante los siete meses que se monitoreó para este informe se registraron 28 muertes por problemas de salud en la entidad.
En las cárceles no tienen cómo combatir ninguna enfermedad
Carolina Girón directora del OVP, dijo que en los centros penitenciarios del país no se están haciendo diagnóstico de enfermedades, por lo que si los reclusos tienen enfermedades que requieran tratamientos no cuentan con atención en el sistema sanitario.
Incluso, los pocos presos que están diagnosticados con enfermedades como tuberculosis, a quienes el Estado les debería garantizar el tratamiento, esta responsabilidad “quedó a los familiares”, quienes deben buscar los medicamentos y llevarlos a los centros penitenciarios.
“Desde el 13 de marzo se prohibieron las visitas y medicamentos, aquellos presos que estaban diagnosticados pasaron tres meses sin recibir tratamiento, toda la mejoría que habían tenido la perdieron, sin tratamiento antirretroviral en el caso de los enfermos de VIH y de los enfermos de tuberculosis, no hubo un protocolo de atención”, detalló Girón.
Subrayó que en “lo que va del año 2020, se triplico la cantidad de muertos, el año pasado murieron 91 presos, este año más de 300, de los cuales el 50% murieron por cuestiones de salud. Vemos que la situación va en aumento y no hay una mejoría y una intención de evitarlo, sino ocultarlo”.
Denunció que ante esta situación los internos han optado por tomar medidas insalubres, en un intento por garantizar su salud. “Los presos se están ellos mismos atendiendo, como tuvimos la denuncia en El Dorado donde toda la población se pasaba tratamiento de hidratación con un solo yelco, por supuesto contaminado, ellos preferían hidratarse y no morir”.
76% de los reclusos con tuberculosis no reciben tratamiento
Según el médico Santiago Bacci, de la muestra recolectada por el OVP en las cárceles de los estados Guárico, Lara, Mérida, Miranda, Nueva Esparta y Táchira, se detectaron 116 reclusos enfermos, 74 casos de tuberculosis y 25 con VIH.
La tuberculosis afecta mayormente a las personas con anemia y desnutrición.
De los 74 presos con tuberculosis solo 18 (24%) reciben el tratamiento requerido para su enfermedad, mientras los otros 56 (76%) sufren la enfermedad sin tratamiento alguno. Ninguno de los presentan VIH recibe tratamiento antirretroviral.
El 76% de los reclusos que no tiene tratamiento para la tuberculosis, 42 reclusos fallecieron a consecuencia de esta enfermedad.
Bacci explicó que “la tuberculosis es una enfermedad típica del hacinamiento carcelario y se halla en todas las prisiones de América Latina”.
Subrayó que “entre los factores presentes en el sistema carcelario que contribuyen a que su prevalencia sea significativamente superior, se encuentran los siguientes: el hacinamiento con ventilación inadecuada, el diagnóstico tardío de casos, los rastreos de los contactos, la disponibilidad subóptima del tratamiento inadecuado, la alta rotación de prisioneros y la implementación de deficiente de las medidas de control conocidas de infección de tuberculosis”.
La transmisión no solo ocurre entre los privados de libertad, pues a ellos se suman el personal de las instalaciones, los visitantes y la comunidad a la que pertenece aquellos presos que al ser libertados se integran a ella.
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