Producto Inhumano Bruto, por Teodoro Petkoff
En su programa de gobierno, presentado en 1999 ( “La Propuesta de Hugo Chávez para transformar a Venezuela: Una Revolución Democrática” ), al capítulo económico, titulado “El proyecto de transición: Cinco polos para una nueva república”, conviene hacerle una visita, para comparar lo que se ofrecía con lo que ha ocurrido en la vida real.
El programa económico fue colocado bajo la admonición de un propósito: alcanzar lo que fue denominada como “una economía humanista, autogestionaria y competitiva”.
Veamos cual ha sido el comportamiento de la economía en su conjunto en los cuatro años que van del 99 al 2002, medido en términos de Producto Interno Bruto (PIB), que, como se sabe indica el desempeño de la actividad económica en un período determinado (para este caso, un año). Para cada año colocamos dos columnas: en una lo que estimaba el gobierno que habría de ocurrir con el PIB y en la segunda, lo que realmente ocurrió. Los datos son tomados de las Exposiciones de Motivos de las Leyes de Presupuesto de cada año y del Banco Central. Datos oficiales, pues.
Como se puede apreciar, existen diferencias significativas entre lo que el gobierno esperaba y lo que realmente sintió la gente en su bolsillo.
En su primer año, el gobierno no esperaba crecimiento económico pero tampoco caída, sin embargo, esta fue de 6,1% . En 2000, se estimó un crecimiento de 2,2% y realmente lo hubo de 3,2. Chávez y Giordani saltaron jubilosos: el submarino comienza a salir a flote. Pero en 2001 cogió hacia abajo de nuevo: contra un estimado de crecimiento de 4,5, en verdad apenas lo hubo de 2,7; al año siguiente fue el derrumbe: una caída de 8,9% contra una expectativa de crecimiento de 4,1% . En los cuatro años, la disminución acumulada del PIB alcanza 9,2% . Un desastre. Esto se tradujo en incremento del desempleo, de la informalidad laboral y de la indigencia.
El desarreglo social es visible con sólo salir a la calle.
¿Qué pasó con la meta marchar hacia una economía “humanista” ?
Podemos suponer que el concepto “humanístico” implica un mejoramiento de las condiciones de ingreso y de vida de la población.
Esto se puede medir e n términos de PIB por habitante. Si igualamos el PIB de 1998 a 100, la serie desde ese año hasta el 2002 es de 92,1 para 1999; 93,2 (2000) ; 94 (2001) y 84,1 para el 2002. Hay un descenso de 15,9% en el PIB por habitante entre 1999 y 2002.
En otras palabras, cada venezolano, al cabo de cuatro años de gobierno de Hugo Chávez, es casi 16% más pobre. Bastante mal parado quedó el “humanismo” en estos cuatro años. Y en el 2003, si nos atenemos a las cifras del primer trimestre (caída de 29% en el PIB), ya es de inhumanidad de lo que se debe hablar.
Además, hay otra cara del asunto: el costo de la vida. La inflación cayó de 20% en 1999 a 12,3 en 2001 pero dio un brinco con garrocha en 2002 hasta 31,2% . En 2003 ya llevamos 15%: será más alta que el año pasado. En esta esfera, el descenso a lo largo de los primeros tres años, basado en el literal congelamiento de la tasa de cambio, preparó el rebote de 2002 y 2003. Los que parecieron logros estimulantes no eran, en verdad, sino el resultado de uno de los grandes disparates de la economía política del chavismo.
Todos los números de la economía serán peores este año. Cómo estaremos de jodidos que frente a un descenso catastrófico en la actividad económica para fin de año entre 10 y 12% se comenta que, sin embargo, “pudo haber sido peor” dados los resultados del primer trimestre.