Profanación, por Teodoro Petkoff
La Fuerza Armada Nacional al servicio de una persona y de una parcialidad política: sólo esto nos faltaba por ver. La pantomima de ayer, durante el desfile del 5 de Julio, escenificando la batalla de Santa Inés por parte de efectivos de la FAN, en el marco de la celebración de una de las fechas magnas de la nación, de la nacionalidad de todos los venezolanos, constituyó un agravio a la venezolanidad y a la FAN. A nadie fuera de la FAN, y mucho menos dentro de ella, puede escapar el hecho de que esa representación, en las presentes circunstancias, cuando Chávez ha colocado su campaña electoral bajo la admonición de esa batalla de nuestra Guerra Federal, constituye un acto político puramente electoral; una utilización descarada y burda de la institución castrense para los propósitos políticos del gobierno.
¿Es la FAN una fuerza armada de un partido o es la fuerza armada de la República? ¿Es la FAN una guardia pretoriana, al servicio de una persona, o es la organización militar de la República para su defensa? La Constitución es absolutamente precisa a este respecto, en su artículo 328: «La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política». En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna». La violación de la Constitución ha sido clara e indudable. La batalla de Santa Inés ha sido transformada por Chávez en uno de los símbolos electorales de su campaña. Eso es público y notorio, de modo que desde los generales y almirantes hasta el último soldado, nadie en la FAN pudo haber abrigado un átomo de duda acerca del contenido abiertamente electoral y político de la bufonada de la cual se les hizo participar.
El gobierno no tiene ningún derecho, ni político ni moral, para transformar una fecha de la nacionalidad, una fecha de todos, en un acto banderizo y sectario, en un episodio de confrontación con una parte de la nación. La FAN ha sido instrumentalizada de una manera descarada, se la ha utilizado obscenamente como instrumento de la política en su expresión más contingente, como es la electoral.
Cuando una fecha cimera de la nacionalidad es usada para propósitos políticos sectarios se está atentando contra el entramado espiritual de la nación. El 5 de Julio no tiene color político, nos identifica a todos, chavistas y antichavistas, como venezolanos. Cuando la FAN desfila ese día lo hace por todos, nos representa a todos. Ayer, la grotesca escenificación de la batalla de Santa Inés en medio de la parada, la presencia de centenares de activistas con franelas rojas en los vehículos militares, el logo del NO en uno de ellos, configuraron un momento lamentable en la historia de la FAN. La fecha más sagrada de la patria fue adulterada, fue profanada por Chávez al emplearla como marco de su actividad electoral. Ayer la FAN lució como un ejército de partido. Fue empleada como herramienta de división, de provocación y befa hacia una parte de la población. Ya lo había advertido Rangel: «todo el peso del Estado será lanzado a la campaña electoral». Bueno, ayer lanzaron a la FAN a ese torneo. ¡Qué pena con el país! ¡Qué vergüenza! ¡Qué tristeza!