• Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones municipales 2025
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones municipales 2025
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia

Profundo clamor, por Mercedes Malavé González



0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

El grito
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
Opinión TalCual | febrero 8, 2021

Twitter: @mercedesmalave


“Paseaba por un sendero con dos amigos; el sol se puso. De repente, el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio: sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad. Mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad. Sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza”. Así describía el pintor noruego, Edvard Munch, la vivencia que inspiró su famosa obra El grito. La angustia, ansiedad, desesperación quedaron inmortalizados en ese rostro tan difundido que hoy figura hasta en forma de emoticón de WhatsApp.

La angustia. El grito. La oscuridad. De la psicología existencial y de la terapia del sentido (logoterapia) nos viene una interesante explicación del origen de la angustia, atribuida a Ruitenbeek (1972): “Si una persona posee un fuerte sentido de su identidad, de la permanencia de las cosas y de una individualidad integral, puede sentirse segura. Por el contrario, tan pronto experimente el no-ser, se sentirá acosada por la angustia”.

La identidad es concepto integral en el que confluyen la dimensión individual y relacional de la persona.

Es conciencia de lo que somos de manera estable y profunda. Tiene que ver con el sentido de pertenencia, con las raíces familiares y nacionales.

Se trata de un fundamento emocional que subyace a la conducta y a la moralidad de los actos libres. Somos lo que somos independientemente de los acciones de libertad, sean consecuentes o no con nuestra identidad. Las crisis de identidad, dice Ruitenbeek, provienen de la experiencia del no-ser: una suerte de enajenación existencial que puede ocurrirnos a causa de continuas evasiones de lo real, auto-engaños, grandes choques, cambios bruscos y radicales, accidentes, grandes expectativas frustradas, etc. Las personas suelen pasar por crisis de adaptación en las que puede estar en juego su identidad, pero pronto se recuperan siempre y cuando se abran y acepten la nueva realidad tal-cual-es y no como les gustaría que fuera.

El sentimiento de patria es una fuente importante de identidad, aunque no es el único ni es superior a las raíces familiares y religiosas. El papa Juan Pablo II hizo importantes reflexiones sobre el patriotismo, a propósito de la experiencia pastoral con sus conciudadanos, traumatizados y heridos por las terribles circunstancias históricas y políticas que vivieron (oscuridad, sangre, represión). En una carta dirigida a los polacos les dijo: “El amor de la patria nos une y debe unirnos por encima de cualquier divergencia. Esto nada tiene que ver con un rígido nacionalismo o chovinismo, sino que surge de la ley del corazón humano. Es la medida de la nobleza del hombre. Medida puesta a prueba muchas veces durante nuestra nada fácil historia.” (Carta a los polacos, 23 de octubre de 1978).

La identidad patriótica surge como un acto de conciencia de lo que somos, más allá de las divergencias, desorientaciones, errores históricos y enfrentamientos sociales.

El patriotismo que nos identifica debe incluir el reconocimiento, la aceptación y la valoración de las divergencias humanas en un mismo espacio geo-histórico y cultural. Paradójicamente, corrientes ideológicas que pregonan el patriotismo no lo asumen desde la diferencia sino más bien exaltan la uniformidad de las personas bajo esquemas patriota-traidor.

Marxismos, positivismos, romanticismos aspiran a la unificación de toda la humanidad bajo ideales de fraternidad universal: “Todos los hombres unidos, todos solidarios, todos hermanos… cuando se hicieran buenos los hombres no se necesitaría Estado ni gobierno” (Vaz Ferreira). Así piensan los románticos, positivistas y marxistas: todos románticos al fin.

En ese triple enfrentamiento ideológico no caben verdaderas diferencias conceptuales en cuanto a sus pretensiones de uniformidad universal sino oportunismos demagógicos, falsas teorías y frases de moda.

La angustia, ese grito de identidad causado por la pérdida de sentido, falsas expectativas, fantasías creadas y frustraciones acumuladas, no se mitiga con proclamas voluntaristas sino con un retorno decidido, firme y sereno a la cotidianidad; a la verdadera esencia y desarrollo normal conforme a lo habitual de la política, de la economía, de las instituciones, del mercado, de los derechos ciudadanos, de las estadísticas, de las decisiones ajustadas a criterios objetivos y profesionales, de los servicios públicos y del respeto a la vida privada. Condiciones que generan normalidad de vida (luz, agua, teléfono, comida, trabajo, gas, salud, internet) y que ciertamente todos anhelamos, incluso por encima de un gentilicio que ha sido manoseado por el poder, y que hoy lejos de generar estabilidad identitaria genera angustia, miedo, soledad, desolación; experiencias humillantes y denigrantes, como artillería antivenezolanos en la frontera y xenofobia en las ciudades. La experiencia de Munch –ese grito infinito que atraviesa nuestra naturaleza e identidad– es hoy tan nuestra como la de él, en los albores de la Primera Guerra Mundial.

Del fondo de la patria real, de eso que llaman la Venezuela profunda, el grito de tantos venezolanos debe movernos a la acción, a la organización, al reencuentro. El verdadero patriotismo es capaz de unir por encima de las diferencias, nos recuerda Juan Pablo II, y determina la medida del corazón del hombre y la mujer de hoy.

Figuras como las de Simón Bolívar, José Gregorio Hernández, Mario Briceño Iragorry –y tantos más– deben convertirse en fuente de reconocimiento y aceptación. No permitamos que ese patrioterismo uniformado, grosero, arrogante, violento y bochornoso nos siga invadiendo de angustia y desesperación.

Mercedes Malavé es Político. Doctora en Comunicación Institucional (UCAB/PUSC) y profesora en la UMA.

TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo

Post Views: 1.404
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Mercedes Malavé GonzálezOpinión


  • Noticias relacionadas

    • Presente vs. Futuro, por Fernando Luis Egaña
      julio 17, 2025
    • Copiar y pegar: ¿Herramienta o trampa en la educación actual?, por Rafael A. Sanabria M.
      julio 17, 2025
    • Sin datos de calidad, no habrá progreso social creíble, por Marino J. González R.
      julio 17, 2025
    • Elección judicial mexicana, donde la oposición no tiene nada que reclamar
      julio 17, 2025
    • Con Putin solo vale la fuerza, por Gonzalo González
      julio 16, 2025

  • Noticias recientes

    • Cuando la tierra se vino abajo, pero la narrativa siguió, por Luis Ernesto Aparicio M.
    • Presente vs. Futuro, por Fernando Luis Egaña
    • Copiar y pegar: ¿Herramienta o trampa en la educación actual?, por Rafael A. Sanabria M.
    • Sin datos de calidad, no habrá progreso social creíble, por Marino J. González R.
    • Elección judicial mexicana, donde la oposición no tiene nada que reclamar

También te puede interesar

Entre la abstención suicida y el caudillismo inútil: oposición sin estrategia
julio 16, 2025
La cobarde respuesta del régimen al informe del Comisionado de DDHH, por Roberto Patiño
julio 16, 2025
Diáspora de entrenadores, por Jesús Elorza
julio 16, 2025
Confesiones de un enchufado, por Aglaya Kinzbruner
julio 15, 2025
  • Portal venezolano fundado por Teodoro Petkoff, comprometido con la verdad, ejerciendo la libertad de expresión. 25 años ofreciendo actualidad informativa, reportajes, investigaciones, análisis y opinión. Un producto de Editorial La Mosca Analfabeta.

  • Contacto: [email protected]

    Síguenos
  • Noticias

    • 186 migrantes llegaron deportados este #16Jul desde...
      julio 16, 2025
    • Adolescente detenido manda carta a Saab: No soy terrorista...
      julio 16, 2025
    • Más de 53 mil personas afectadas y siete mil viviendas...
      julio 16, 2025

  • A Fondo

    • Ganaderos afirman que la producción sigue y las pérdidas...
      julio 14, 2025
    • Relevo político estancado y el mal de la reelección:...
      julio 13, 2025
    • Inicia campaña para elecciones municipales: sin difusión...
      julio 11, 2025

  • Opinión

    • Cuando la tierra se vino abajo, pero la narrativa siguió,...
      julio 17, 2025
    • Presente vs. Futuro, por Fernando Luis Egaña
      julio 17, 2025
    • Copiar y pegar: ¿Herramienta o trampa en la educación...
      julio 17, 2025


Diseñado y Desarrollado por Binaural
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones municipales 2025
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia
Presione enter para comenzar su búsqueda