Pronunciamientos y asistencia puntual: lo que puede esperar Maduro de sus aliados
Los principales aliados de Nicolás Maduro han expresado su rechazo al despliegue militar de EEUU en el Caribe y sus amenazas contra Venezuela. Sin embargo, ante un eventual ataque militar es poco probable que ese respaldo se traduzca en una intervención directa
Desde que Venezuela hace frente a una creciente presión militar de EEUU, que ha desplegado su poderío naval y aéreo en el Caribe cerca de sus costas, Nicolás Maduro hace alarde de tener apoyos internacionales, sin que sus aliados aclaren por ahora si este apoyo podría trascender el dominio de las palabras y materializarse en una defensa bélica.
Este martes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que pronto comenzarán los ataques a los cárteles del narcotráfico en territorio venezolano.
“Sabemos cuáles son las rutas, sabemos todo sobre ellos, sabemos dónde viven, dónde viven los malos y vamos a empezar con eso muy pronto”, afirmó Trump al término de una reunión con su gabinete en la Casa Blanca.
Ante este escenario, los aliados de Nicolás Maduro han fijado posición.
Rusia: abrir un segundo frente, demasiado para el Kremlin
Rusia ha defendido de palabra desde un principio a Maduro con declaraciones del Kremlin, Exteriores y ambas cámaras del Parlamento, pero son escasos los analistas locales y extranjeros que creen que Moscú lo hará también de obra y abrirá un segundo frente en su actual antagonismo con Occidente.
Maduro habló de una estrecha cooperación militar con Moscú, pero el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, negó categóricamente las informaciones de que Caracas haya solicitado oficialmente ayuda militar.
Lo único que se sabe a ciencia cierta es que a finales de octubre un avión militar de carga ruso Il-76 aterrizó en Caracas. Un diputado conocido por sus salidas de tono, Alexéi Zhuravliov, dijo que éste transportaba sistemas de defensa antiaérea Pantsir y Buk como los que defienden las residencias del jefe del Kremlin, pero nadie lo ha confirmado.
Tras el estallido de la crisis entre Venezuela y EEUU, el presidente ruso, Vladímir Putin, promulgó el acuerdo de cooperación y asociación estratégica suscrito en mayo, compromiso que ratificó hace una semana en una carta dirigida a Maduro, según el ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil.
En un intento de ganarse el favor del Kremlin, Caracas prorrogó en los últimos días por 15 años la operación de dos petroleras mixtas ruso-venezolanas y también decidió incrementar los vuelos a Moscú tras la cancelación de las licencias de seis aerolíneas.
Sea como sea, todo apunta a un escenario iraní más que a uno norcoreano: Moscú incluyó una cláusula de asistencia mutua en caso de agresión en el acuerdo con Pionyang, pero no así en el caso de Teherán, al que abandonó a su suerte cuando EEUU bombardeó la república islámica.
China: aliado «contra viento y marea»
El Gobierno chino ha asegurado que su cooperación con Venezuela se desarrolla «entre Estados soberanos y no va dirigida contra ningún tercero», a la vez que ha instado a Washington a mantener la cooperación judicial y policial dentro de «los marcos jurídicos bilaterales y multilaterales».
Pekín y Caracas no cuentan con ningún acuerdo público en materia de Defensa, aunque el país latinoamericano sí compra armamento a su aliado asiático. Dado el hermetismo que rodea este tipo de asuntos en China, es altamente improbable que trascendiese un eventual apoyo a Venezuela de su parte.
Así, el respaldo chino a la administración Maduro frente al despliegue militar estadounidense en el Caribe durante los últimos meses no ha ido más allá de los pronunciamientos diplomáticos de apoyo.
China «se opone a cualquier intento de socavar la paz y la estabilidad en América Latina y el Caribe, así como a las acciones coercitivas unilaterales contra buques de otros países que excedan los límites razonables y necesarios», subrayó en noviembre la portavoz del Ministerio de Exteriores Mao Ning.
El gigante asiático se ha mantenido en los últimos años como uno de los aliados más firmes de Nicolás Maduro y ha criticado reiteradamente las «injerencias de fuerzas externas» en el país petrolero, con el que en 2023 elevó sus relaciones a la categoría de «asociación estratégica contra viento y marea».
Irán: un aliado debilitado
Irán ha pedido respeto a la soberanía nacional e integridad territorial de Venezuela ante el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe.
A principios de noviembre, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, afirmó en una rueda de prensa que «Venezuela como un país independiente y con un pueblo firme y decidido, sin duda será plenamente capaz de defenderse por sí misma.»
Baghaei consideró que los recientes movimientos militares estadounidenses en las proximidades de aguas venezolanas constituyen una “violación clara” de la Carta de la Naciones Unidas.
Asimismo, el ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, condenó el martes pasado en una conversación telefónica con su homólogo venezolano la “actitud intimidante” de Estados Unidos hacia Venezuela y denunció el “unilateralismo agresivo” de Washington.
Hace tres años, los dos países oficializaron su alianza con la firma de un acuerdo de cooperación estratégica de veinte años “en todas las áreas”, durante una visita al país persa de Maduro, aunque se desconoce si el acuerdo de 2022 tiene una dimensión militar o de defensa.
A pesar de ser uno de sus aliados más cercanos, es muy poco probable que Irán entre en un conflicto en caso de que Estados Unidos invada Venezuela, coinciden analistas, y menos aún tras los golpes que sufrió en la guerra de los 12 días de junio con Israel.
Con información de la agencia EFE
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