Prueba de fuego con nuevas sanciones será si Rusia y China le siguen comprando a Pdvsa
Algunos analistas indicaron que, como Trump ya ha impuesto repetidamente sanciones contra el gobierno de Maduro, el efecto económico de las nuevas será modesto, resaltó el diario The New York Times en un reporte
Varios analistas cuestionaron el lunes en la noche los reportes iniciales de que la orden ejecutiva del presidente Donald Trump era un “embargo” contra Venezuela. Algunos indicaron que, como Estados Unidos ya ha impuesto repetidamente sanciones contra el gobierno de Nicolás Maduro, el efecto económico de las nuevas será modesto.
«Esto parece ser más ladrido que mordida”, dijo Richard Nephew, exoficial del Departamento de Estado que ha escrito libros sobre sanciones económicas y es académico de la Universidad de Columbia.
“Esto no es un embargo. No crea multas o castigos por hacer negocios con toda Venezuela, solamente deniega entablar esas actividades con el gobierno venezolano, y dudo que antes de esto todavía hubiera de esas actividades como para que la nueva acción las extinga”
Otros predijeron consecuencias más graves, resaltó el diario The New York Times. Las sanciones estadounidenses solamente prohíben hacer negocios con el Estado venezolano, pero Francisco Rodríguez, economista jefe de la agencia de corretaje Torino Capital y exasesor económico de un candidato presidencial opositor en Venezuela, vaticinó que las pocas empresas privadas que existen podrían verse afectadas, pues de por sí batallan para conseguir suministros y hacer pagos en el extranjero.
“Las instituciones financieras serán cautelosas al hacer acuerdos con empresas del sector privado venezolano, que podrían percibir como símiles del gobierno venezolano”, dijo Rodríguez
Fernando Cutz, quien supervisó la política exterior hemisférica en la Casa Blanca cuando H. R. McMaster fue asesor de Seguridad Nacional de Trump, dijo que la nueva orden de sanciones por lo menos “pone a Venezuela en la misma lista que varios regímenes horripilantes”. Cutz dijo que la prueba de fuego será si las sanciones previenen que Rusia y China reciban petróleo venezolano como parte de un programa para repagar la deuda venezolana. De ser así, Cutz indicó que se tratará de “una cuestión muy significativa, y entonces la interrogante es cómo responderán Rusia y China, más que cualquier otro tema”.
Comentó que a Rusia ya casi le pagan por completo la deuda, pero que China prevé recibir petróleo venezolano hasta principios de 2021 para el repago. “Puede que ellos tengan más que perder”, dijo Cutz, ahora parte de la organización investigativa Wilson Center.
Las importaciones per cápita de Venezuela están en su nivel más bajo desde la década de 1950. Las importaciones del país sumaron apenas 303 millones de dólares en abril, una caída de 92 por ciento respecto al mismo mes en 2012, de acuerdo con Torino Capital.
Los pronósticos para la economía de Venezuela preveían una contracción de 35%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para finales del año, el producto interno bruto del país se habrá reducido en dos tercios desde 2013; es el peor colapso económico de una nación que no está en guerra desde por lo menos los años setenta. Las sanciones también podrían afectar las negociaciones políticas trabadas entre Maduro y la oposición venezolana, que se realizan en Barbados y en Noruega; muchos analistas políticos ven en ese diálogo la última oportunidad para que haya una transición pacífica en el país.
Los negociadores de Maduro han ofrecido a la oposición la posibilidad de elecciones presidenciales a cambio de que se levanten las sanciones económicas; ese prospecto queda más lejano con la nueva acción del gobierno de Trump.
Su orden de sanciones incluye una exención para bienes humanitarios como alimentos, vestimenta y medicinas
El 2 de agosto, después de que Trump respondió de manera afirmativa a una pregunta sobre si estaba considerando imponer un embargo a Venezuela, Maduro declaró iracundo en la televisión estatal venezolana que era una “amenaza ilegal y criminal”.
Maduro dijo que le pidió al embajador venezolano ante las Naciones Unidas que protestara en contra del amago en el Consejo de Seguridad de la ONU. Los funcionarios de Trump se han visto frustrados por el respaldo al gobierno de Maduro de Rusia, China y Cuba, pero no han podido hacer mucho para desincentivarlo.
Aún así, Trump ha usado la situación venezolana como tema de conversación recurrente; suele citar la economía devastada del país suramericano como una advertencia de qué podría sucederle a Estados Unidos si los demócratas cumplen sus promesas electorales. Los críticos demócratas de Trump indican solo tiene interés en Venezuela para usar esa retórica y para intentar impresionar a los cubanos y venezolanos que emigraron hacia Florida.