PSUV muta su discurso hacia 2024 para amasar una «nueva mayoría» pescando descontentos
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) está encampañado a toda velocidad. Actos proselitistas, propagandas de gestión y el exhorto de la dirigencia a las bases a estar preparados para enfrentar un eventual adelanto de presidenciales lo evidencian. Expertos consultados por TalCual aseveran que el partido de gobierno hará todo lo posible por consumar el tercer mandato de Nicolás Maduro. Los sociólogos Francisco Coello y Damián Alifa aseveran que el Ejecutivo sabe del rechazo de la ciudadanía y por eso hará de la división de la oposición, la persecución y los discursos con aires inclusivos, su mejor arma
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) tiene a su maquinaria movilizada en lo que es la preparación del terreno para las elecciones presidenciales de 2024. El gobernante Nicolás Maduro ha ordenado a las bases de la tolda política «organizar, unir y sumar» afectos y seguidores. Por su parte, el primer vicepresidente, Diosdado Cabello, ha reiterado a los jefes de calle, comunidad y de las Unidades de Batalla Bolívar y Chávez (UBCH) la necesidad de recurrir al «casa por casa» para «construir la nueva mayoría» que ayudará al PSUV a «gobernar 200 años».
Aunque en atención a indicaciones constitucionales las elecciones tocan en 2024, desde el Ejecutivo nacional se asoma la posibilidad de que el CNE las convoque antes. La orden que se emana desde la dirigencia del PSUV a las bases, recién renovadas en toda su estructura, es a estar «listos»..
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Desde que a mediados de agosto inició su proceso de elección de las bases (jefes de calle, jefes de comunidades y Unidades de Batalla Bolívar Chávez) que completó en septiembre, el PSUV ha usado las juramentaciones de esos equipos para realizan sendos actos proselitistas regionales que les han dado protagonismo no solo a los jefes en cada estado sino, especialmente, a Diosdado Cabello, quien los encabeza en persona.
A esto se suman las reiteradas promesas de recuperación de los servicios públicos y la propaganda sobre reparación de medios de transporte, plantas potabilizadoras de agua y estaciones del servicio eléctrico que, a juzgar por las quejas constantes de los ciudadanos en redes sociales, no son efectivas ni eficientes.
Nicolás Maduro se erige como el candidato a la reelección: habla de recuperación económica, luego de seis años de recesión, de que su administración convertirá a Venezuela en un país productivo, capaz de abastecerse y de exportar. Sentencia, además, que la nación caerá en desgracia si algún opositor llega al poder.
El mismo patrón de conducta
El sociólogo Damián Alifa afirma, en conversación con TalCual, que el PSUV «no es un partido cualquiera, pues es un partido-gobierno», por lo que tiene condiciones suficientes para estar en campaña casi permanentemente, alineado con la gestión ejecutiva.
«Todos los pasos que vienen dando es en función de la reelección de Maduro. Yo creo que el PSUV está en campaña permanente. Básicamente en una dinámica de afinar su estructura interna», dice en entrevista telefónica.
Alifa tilda de importante el Congreso del Agua que realizó el gobierno, junto con la elección de los jefes de calle, debido a que «hablan de un partido afinando su maquinaria. Aunque aún no tienen un discurso de campaña claro».
Entre agosto y septiembre se escogieron 261.538 nuevos jefes de calle. En abril se renovó la dirección nacional, en la que 28 dirigentes repitieron en sus cargos.
Con Alifa coincide el también sociólogo y profesor universitario Francisco Coello, quien asevera que el gobierno replica el patrón de conducta al que ha apelado en los últimos años: amedrentamiento, corrupción y promover la abstención.
Para Coello, el PSUV apostará a todo para hacerse con la victoria. Eso incluye la posibilidad de inhabilitar al contrincante que surja de la oposición.
PSUV hace de la necesidad una propaganda
En todo este proceso de movilización de las estructuras, el Gobierno también ha hecho del deterioro de los servicios públicos una oportunidad para reconquistar el corazón político de la ciudadanía, bajo la promesa de reparar el servicio eléctrico y de agua en toda la nación.
Sobre este punto, Alifa destaca que tanto la economía como agua, gas, energía eléctrica y otros servicios, son problemas centrales que enfrenta el partido de gobierno de cara a los comicios.
Otro obstáculo importante, a juicio del sociólogo, es la ausencia de un discurso que genere esperanza. «El chavismo lleva años hablándose a sí mismo y olvidándose de hablarle al resto del país», agrega.
Por su parte, Francisco Coello afirma que no es de extrañarse el hecho de que se use la precariedad de los servicios públicos como parte de la propaganda. Argumenta que aunque la gente sabe que la debacle de los mismos se profundizó en las narices de quien gobierna, por falta de inversión, atención y mantenimiento, «sin duda verán (los electores) como un alivio el hecho de que mejore el tema de la luz o el agua».
En los últimos meses, el gobierno ha ido modificando su discurso. La cúpula de funcionarios del Ejecutivo pasó de burlarse de los migrantes venezolanos y del hecho de que llegaran a otros países a «limpiar pocetas» o tildarlos de armas biológicas en el momento más álgido de la pandemia por el covonavirus, a pretender «incluirlos» en las bases del PSUV, como parte de las nuevas mayorías. Incluso ha llamado a quienes disientan de sus políticas a sumarse a la tolda roja.
Diosdado Cabello es quien mayor énfasis hace en es «giro en u» del discurso oficial: ahora instruye a las bases para que incorporen a quienes fueron «guarimberos».
Coello sostiene que la cúpula oficialista matiza el discurso por conveniencia y con el propósito de hacer ver un proceso inclusivo, creíble y legítimo, pero recalca que en lo que le deje servir la estrategia podría recurrir de nuevo a la persecución de opositores, ya sean líderes, militantes o ciudadanos propiamente.
«Ellos van a tratar de apuntar a todo, en vista de que su situación es tan negativa. Ellos tratarán de rescatar algunos votos, pero también lo posible por tratar de dividir a la oposición de una manera mucho más radical», señala.
Para el analista Damián Alifa, al Gobierno se le viene una elección complicada. De cara a lo internacional, afirma, le conviene presentar unas elecciones creíbles, supervisadas y bajo parámetros aceptables por la comunidad internacional, para ganar reconocimiento y legitimidad.
“Pero, por otro lado, necesita que a lo interno haya unas elecciones con un clima de mucha apatía de los votantes contrarios, mucha dispersión en las candidaturas opositoras y que no haya ningún candidato que polarice la elección”, destaca.
Considera que el Estado buscará conjurar un escenario similar al de Barinas en el 2021. Otro factor que se podría sumar a la partida electoral es el hecho de que los Estados Unidos (EEUU) intentarán promover algún tipo de negociación entre el Gobierno y la oposición y algunas de las demandas opositoras podrían ser incómodas para Maduro.
PSUV abusa de los recursos
Desde el pasado mes de agosto, la asociación civil Súmate ha denunciado reiteradamente que el PSUV ejerce ventajismo electoral frente a las otras opciones políticas. Para la organización, esto viola el principio constitucional de “igualdad” junto al principio y derecho de “igualdad de acceso a los medios de comunicación social”, establecidos en los artículos 21 de la Constitución y 72, numeral 10, de la Ley Orgánica de Procesos Electorales.
Súmate solicitó a finales de mes al directorio del Consejo Nacional Electoral (CNE) abrir una averiguación administrativa al gobernante Nicolás Maduro por haber utilizado la plataforma de los medios de comunicación social públicos para la transmisión de 11 alocuciones exclusivamente a favor de la parcialidad política de su partido.
La asociación se refirió a emisiones matriz desde Venezolana de Televisión (VTV) en el período del 04 de enero hasta el 07 de octubre de 2022 y que estas fueron replicadas por los medios de comunicación digitales, web y twitter de la Presidencia y la mayoría de los ministerios.
Además exhortó al CNE, en una denuncia ciudadana consignada el viernes 28 de octubre, a exigir a Maduro que respete sus competencias y funciones constitucionales, luego de atreverse a anunciar un posible adelanto de las elecciones presidenciales de 2024.
Entre divisiones y candidatos
Ni el Gobierno ni la oposición han hablado claro sobre si las jugadas que han dado forman parte o no de un proceso de campaña, o por lo menos de precampaña.
El sociólogo político Francisco Coello enfatiza que el Gobierno teme que la oposición pueda unificarse, porque los pondría en una situación de riesgo y es por esa razón que han sacado toda su artillería previo a las elecciones. “Si adelantan los comicios torpedean el proceso opositor. Todo lo que han hecho ahora responde a situación de precariedad”, agrega.
Para Damián Alifa está demostrado que el chavismo ha construido una «base dura» de alrededor de cuatro o cinco millones de votantes y que tiene un techo muy bajo. “Es decir, las campañas del chavismo no captan nuevos votantes, sino que refuerzan su base electoral”.
A su juicio, podrían replicar también la táctica de «candidaturas blandas» o «moderadas», cuyos mensajes son dirigidos a la clase media, con el único objetivo de ganarse el voto de ese sector y así ablandar a la base opositora.
Las divisiones que pudieran existir en el PSUV, continúan Alifa, no supondrán un riesgo para la candidatura de Nicolás Maduro a la Presidencia. Esta hipótesis la confirma el hecho que ministros, gobernadores, alcaldes y otros funcionarios del Estado pintan al actual mandatario “conductor de victorias” y “capitán del barco” que continuará al frente de la nación.