Pudreval, por Teodoro Petkoff
En el escandaloso guiso de Pudreval ha sido detenida una sola persona, el ex presidente de la empresa, un tal Luis Pulido, de quien se dice que su prontuario en Pdvsa no cabría en un solo contenedor. Una organización de contraloría social roja-rojita venía formulando desde 2008 fuertes denuncias acerca de los enormes negocios sucios que llevaba a cabo al frente de Pudreval. Contrasta esta «delicadeza» en la investigación a Pudreval con lo que ocurrió, por ejemplo, en el caso de la chavobanca y en los de las casas de bolsa. La mera apertura de la investigación en estos entes dejó, de entrada, decenas de presos, pero en «nuestra amada» Pudreval (Rafael Ramírez dixit), donde obviamente los guisos tienen que involucrar a mucha gente, los investigadores caminan de puntillas.
Por ejemplo, es imposible que Bolipuertos, es decir, la empresa que centraliza la administración de los puertos, no supiera de la nada oculta y prolongadísima permanencia en sus instalaciones de centenares de contenedores pudriéndose. ¿Será mera casualidad que Bolipuertos no es mencionada para nada en este brollo? No, no es casualidad.
Bolipuertos fue puesta en manos de una pandilla de cubanos y ya se sabe que estos gozan de «inmunidad». A ellos, ni con el pétalo de una rosa. ¿Esos cubanos nunca se dieron cuenta de la irregularidad o podría presumirse que también cobraban su comisión por hacerse los locos? ¿Será por eso que el propio G2 cubiche no veía ni olía nada? El Indepabis, por ejemplo, tan eficaz en eso de caerle encima a bodeguitas y abastos, ¿nunca pasaba por los galpones y almacenes de Pudreval? ¿El tumbaíto Eduardo Samán nunca se dio una vueltica por los sitios donde Pudreval mantenía su mercancía?
¿Contenedores abandonados desde 2008 nunca despertaron la curiosidad del Indepabis? ¿La Guardia Nacional, por ejemplo, tampoco notó nada? Estos celosos vigilantes de la soberanía, cuyo reino es el mundo de las aduanas y los puertos, ¿también tenían las fosas nasales obturadas? Pero, el colmo es que se pretenda convencer al país de que en Pudreval es el señor Luis Pulido el único que debe responder por las miles de toneladas de alimentos podridos, así como de los millones de dólares evaporados. ¿Todas esas marramucias las hizo él solito? ¿O será que el señor Pulido sabe demasiado sobre los negocios de Pudreval y si habla chispea a mucha gente? ¿Quién colocó a Pulido al frente de «nuestra amada Pudreval»? ¿No sería Rafael Ramírez? ¿Este nunca chequeó la actividad de Pulido? Pudreval tiene una empresa llamada Centro de Alimentos Congelados (Cealco), ubicada en Cagua. Allí están buscando ahora comida podrida. ¿Quién compró Cealco? Pues Luis Pulido, entonces en Pdvsa Industrial, y pagó en dólares a 2,15, no en bolívares, tal como lo obligaba la ley y lo comprometía moralmente la circunstancia de que fuera Pdvsa la compradora. ¿Eso fue de gratis? Piensa mal y acertarás.
El olor a podrido que despide el «errorcito», como lo calificó tan dulcemente Atila, se hace aún más nauseabundo cuando se percibe la clara intención de echarle tierra.