“Puedes vender tus 120 litros en 60 dólares”, por Beltrán Vallejo
La frase que citamos como título del artículo la expresó uno de esos que forman parte de la cumbala denominada “Asamblea Constituyente”, el señor David Paravisini, a propósito del inicio de la venta de la gasolina iraní bajo un esquema de precios donde los que tengan el carnet de la patria contarán con una gasolina denominada “subsidiada”, a 5000 bolívares el litro, y, no sé si he entendido bien, los transportistas la obtendrán gratis y sin límites de litro en el mes; pero los sin carnet tendrán que optar por la llamada “premiun”, a 50 centavos de dólar, considerando también que los “subsidiados” tendrán un racionamiento de 120 litros por mes, y que al llegar a ese tope, si quieren combustible, tendrán que optar por la dolarizada. ¿Por qué será que mi imaginación gira en el recuerdo de aquel Cadivi, de aquel “cadivismo” de dólares preferenciales?
Sobre el tal Paravisini, que en honor a la verdad ha cuestionado siempre eso de estar regalando la gasolina, recuerdo de él que en el 2014 manifestó que cualquier aumento del combustible debía ser consultado a “las Comunas y comunidades organizadas”.
Es evidente que, como siempre, la falta de transparencia, el secretismo y la imposición volvieron a imperar en esta medida tan sensible para el país, como ha sido costumbre para una élite sin talante democrático. En todo caso, estoy seguro que al “experto petrolero” de Paravisini se le olvidó lo que dijo hace unos años.
Sin embargo, con una franqueza rotunda, contundente, con eso de “puedes vender tus 120 litros en 60 dólares”, Paravisini presenta la esencia malandra y pícara de una política chavomadurista cuyo clientelismo no ha resuelto, sino que ha agravado, los problemas estructurales del país, y que ha servido para que una parte del venezolano sea eso: pícaro, individualista, insolidario y sinvergüenza; y para que siga imperando la anomia social; para que se siga fomentando la sociedad de cómplices, el principal sostén del Régimen usurpador. El chavomadurismo es corrupto, y lleva veinte años alimentando en el venezolano la corrupción, aspirando a que Venezuela quede, no como una nación, sino como un barrio de arribistas, zánganos y granujas. El daño moral que impregna las palabras de David Paravisini es grande.
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Ya me dirán algunos que Maduró bramó a los cuatro vientos sus amenazas contra aquellos del sector transporte que “bachaqueen” a dólar la gasolina que le van a dar, y que les quitarán sus busetas y camionetas, que los meterán presos y otros bufidos; sin embargo, eso es de la boca para afuera. ¿Para qué montó ese mecanismo de venta de gasolina con tan grandes disparidades entre precios si quería evitar la sinvergüenzura del bachaquerismo, que en algunos casos será obligada por las necesidades básicas de la gente? Es la misma permisividad con la que cuenta ese estamento militar que históricamente ha gozado del beneplácito de la hasta ayer gasolina más barata del mundo, para contrabandearla masivamente hacia Colombia, y con eso engordar y zanganear, malacostumbrar y malandrear a un componente militar que está atado por espíritu de cuerpo, pero de cuerpo delictivo, al destino de Maduro.
Finalizó con la aclaratoria de que producto de una falta de revisión más acuciosa de mi parte, coloqué, en mi artículo denominado “El tun tun para meterle miedo a la Ciencia”, que la investigadora Mayly Sánchez forma parte de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, lo cual no es cierto. Pido disculpas a la academia que se comunicó conmigo para enmendar mi error, y pido disculpas a mis lectores.