¡Qué Arrechedera! …(y II), por Eduardo López Sandoval
Mail: [email protected]
Decíamos en la primera parte de este artículo, que te invito a releer completo en https://talcualdigital.com/que-arrechedera-por-eduardo-lopez-sandoval/
…cuando llega a su casa con esta gran Arrechedera, sin esperanzas, cansado, sin nada en las manos, y sus hijos y sobrinos le esperan…
Al entrar a la sala de su casa siente en el ambiente una novedad, se quita los lentes de sol para ver bien. Distingue a un joven barrigón pero no gordo que se acerca a los cuarenta años y a la abuela que está a su lado; él, de franela roja, bien pudiera ser uno de los hijos mayores de la abuela, y se lo presenta:
-Julián, querido yerno, este señor es Juan, mi novio…
Sin mayores palabras Julián entiende que este es un vividor que pertenece al 9% de infelices… (Para bien entender lo de este 9% debes recordar la primera parte, o releerlo).
(Vale este otro paréntesis, hasta acá todo lo escrito es la pura realidad, a partir de ahora requerimos de tu imaginación, métete en las alpargatas de Julián, imagina…)
Julián –que eres tú– cierra los ojos quizás para no ver los problemas, pero es una solución que en este mar de revolucionarios problemas que como una tabla salvadora busca. Abre los ojos. Ahora el franela roja es un gordo presuntuoso que a primera vista se ve que “yo duermo como un bebé” y” baila muy bien la salsa”, es el Interfecto en persona, que sin recato pone la mano izquierda sobre la incipiente barriga de la abuela embarazada, y la mano derecha sobre el hombro opuesto de la abuela denota el completo dominio del papá de la situación, por inmanejable que a los ojos de los estudiosos sociales del mundo pueda parecer, es el orgulloso padre.
*Lea también: Vaya al grano, señor Capriles, por Beltrán Vallejo
El interfecto sin empacho muestra sus dientes como para una fotografía de primera plana, y dice:
-¡Estamos esperando un bebé!
Tú osas y ves al personaje de arriba abajo, y de abajo arriba, ¡y qué extraño!, miras que el afamado personaje heredero del inmenso poder político lleva el pantalón importado, de marca, bien arremangado hasta la rodilla de uno de sus miembros inferiores, la espinilla ha quedado completa al descubierto, a dos pasos. Y tú mi pana lector, como buscando explicación te ves a ti mismo y observas en tu pie derecho –bien puesta– una bota de la que usan los obreros de la construcción con la punta reforzada del más puro hierro… (Fin del extracto final de la primera parte).
Entonces tú hiciste lo que hizo el 90% de los venezolanos, le diste una patada al Interfecto en la espinilla con la bota con punta de hierro, no más, para que no nos acusen de rodillicidio y/o minicidio, u otras de esas cosas “magnas” de las que se ocupa la Fiscalía.
No hubo acertijo, sin espacios para la duda, le dimos una patada tal Dudamel, -el futbolista, no el otro…
Ahora llevan a este aporreado de paciente a un hospital público, por una lesión que bien puede ser fractura, dadas las dimensiones de la patada que le diste, que intentó ser del tamaño de sus desaciertos, pero dejemos el diagnóstico en manos de los especialistas, que no más de media docena de dólares cobran al mes en este sanatorio público… Pregunto, ¿están preparados estos centros públicos de salud para atender esta emergencia? ¿No? Entonces no estamos preparados para atender una pandemia como la del Virus Chino que viene, que apenas está llegando…
El desarrollo de la enfermedad –del Virus Chino, no de la fractura– va a ser tal que en cualquier país del mundo, digamos igual a España y a los EEUU para decir dos con los que estamos bien relacionados, buenos representantes de Europa y América, del Primer Mundo.
Las razones por las cuales en estos países ha sido más temprano el desarrollo de la enfermedad son muy sencillas e incontrovertibles, en estos países hay una sana posibilidad de intercambios internacionales de viajeros.
Digamos un ejemplo para comparar con lo aislado que está Venezuela, no por el Virus Chino, sino por la Revolución Bolivariana, tomamos de la Internet este dato, al Aeropuerto de Nueva York, sólo a esta puerta aérea de EEUU, entran “50 000 pasajeros internacionales al día”, ¿a Venezuela entrará esa cantidad en un año en todos los aeropuertos? No tengo las estadísticas en la mano, pero dudo que lleguemos por todo a tan magnífico número, cincuenta mil, en el último largo año.
El intercambio de pasajeros internacionales es la causa del desarrollo temprano de la enfermedad en estos países, lo que no quita que en Venezuela el desarrollo no vaya a ser de igual tamaño, llegará tarde pero llegará…
Dijimos en el párrafo anterior que “El desarrollo de la enfermedad –del Virus Chino– va a ser tal que en cualquier país del mundo, digamos igual a España y a los EEUU”, pero no, no va ser tal, va ser peor, en tanto los establecimientos de salud nuestros no tienen las mínimas condiciones para atender satisfactoriamente ni la nimiedad de emergencia descrita…
La gestión de este desgobierno revolucionario ha logrado que aquí no sólo no tengamos salud, tampoco tenemos gas, ni gasolina, que es como no tener petróleo… pero sí tenemos elecciones el 06 de diciembre.
En las elecciones que se anuncian, improbables de por sí, no se vislumbra ningún cambio, en tanto las opciones son las mismas responsables del actual estado de Nación fallida, de expaís.
El desarrollo del mamotreto de elecciones, que ya tienen resultados anunciados, tendrá su curva de mayor desarrollo en la misma fecha en la que el Virus Chino causará más muertes en este país desvalido de curitas en los hospitales.
Una y otra enfermedad desarrollarán sus máximos efectos el 06 de diciembre, ambas se excluyen…
Ser o no ser, he allí la cuestión, que en esta Venezuela Revolucionaria es “Morir o votar, he allí la vaina”.
Las dos opciones que nos dan, morir y votar, son sólo una, es continuar en esta situación de padecimiento y desahucio.
Necesitamos una dirigencia que te ofrezca una opción diferente al Morir… ¿quién lanza la primera piedra? Quien esté libre del pecado de ser parte de la componenda de ser del Gobierno y de la “Oposición” comprada que nos ha llevado al actual estado de crisis…
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo