¿Qué escenarios tiene la oposición para el recálculo político en 2025?
Tras el 10 de enero y la represión política, la oposición democrática enfrenta varios dilemas. La profesora María Isabel Puerta destaca que la lucha democrática se libra con adversidad y la intención del gobierno de blindar las elecciones en 2025. En ese contexto, se requiere de una dirección política cohesionada, indica el analista Ricardo Ríos, quien recuerda lo vulnerable que está la dirigencia. El investigador Daniel Varnagy señala que desde el poder se insiste en una oposición acomodaticia
La oposición democrática liderada por María Corina Machado enfrenta varios escenarios luego del 10 de enero, cuando Nicolás Maduro fue juramentado para un tercer período presidencial y sin que el CNE haya publicado la data de las elecciones del pasado 28 de julio.
A esto se suma la represión política que ha originado la detención de dirigentes políticos y activistas opositores, el exilio forzado de Edmundo González Urrutia y la clandestinidad de Machado, entre otros. No menos importante es la reforma de las leyes electorales que está en marcha, los comicios que se celebrarán en este año, y la anunciada reforma constitucional para la cual Maduro creó una comisión especial a cargo del fiscal general, Tarek William Saab.
La Academia de Ciencias Políticas y Sociales manifestó el 14 de enero su solidaridad «con la angustia del pueblo venezolano, ante la toma de posesión presidencial» de Nicolás Maduro «realizada en ausencia de la publicación de los resultados oficiales desagregados por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE)». En un comunicado, la Academia puntualizó que la carta magna prevé garantías para una «democracia electiva, alternativa y pluralista».
«En principio, la oposición tiene que recalcular porque el planteamiento de lucha electoral llevó a la participación masiva de la gente, tanto en las primarias como en la elección principal, aceptó esa vía institucional y decidió apostar por una salida pacífica confiando en que iba a ver una transición. Sin embargo, sabíamos que sería muy difícil mientras persistiera las mismas características de los arreglos institucionales de los últimos 20 años y si no había un proceso de negociación con la propia oposición en términos de reconocer los resultados», expresa María Isabel Puerta, profesora de Ciencias Políticas de Valencia College en Florida.
Indica, que el problema no es solo Maduro, sino también quienes mantienen el poder en su entorno: «Es un asunto de supervivencia tanto de civiles como de militares».
Dentro de ese contexto, explica Puerta, no queda otra cosa que jugar en un escenario de adversidad «y, muy probablemente, en un escenario de ilegalidad porque creo que a eso apunta Maduro con su llamado a reformar la Constitución».
Para la investigadora, no solo se trata de la consolidación del Estado comunal. Cree que, sobre todo, la reforma constitucional busca «blindar al chavismo en el poder para que no vuelva a haber una elección competitiva en el país».
La profesora enfatiza que el planteamiento más factible es hacer política desde la clandestinidad. «La persecución política es brutal y todo apunta a que va a ser peor porque el madurismo no solo quiere sacar del juego a la oposición, también consolidarán su oposición a la medida y con eso harán elecciones regionales», añade.
Destaca que a Machado y Edmundo González Urrutia le toca enfrentar una etapa con muchos desafíos.
«Nunca la oposición en el país había enfrentado una situación desde el punto de vista institucional, legal, como los que les toca ahora. Hay que reconocer que, en Venezuela, las cosas cambiaron a partir del desconocimiento del resultado electoral y Maduro no tiene ninguna obligación, realmente, de apegarse a las leyes y a la Constitución porque eso ya no existe: Murió la Constitución de Chávez», enfatiza María Isabel Puerta.
La investigadora añade que en ese aspecto, el país tendrá algo parecido a Cuba: El partido único.
La respuesta ciudadana
Ricardo Ríos, presidente de Poder & Estrategia, señala que debe hacerse una «disección» de lo ocurrido los días 9 y 10 de enero.
Explica que el 9 de enero se registró una victoria opositora, cuyo alcance no se ha dimensionado: «Con un dispositivo sin precedentes, la gente salió, respondió. No lo hizo masivamente como en otras ocasiones, pero en otras ocasiones no teníamos tan fresco el tema de los 2000 presos políticos, muchos de ellos niños, y un dispositivo represivo».
Considera un acierto que María Corina Machado haya salido a la calle en un abierto desafío al gobierno. Machado y el Comando con Venezuela denunciaron el «secuestro» de la dirigente durante unas horas, en tanto funcionarios de Maduro y el fiscal general, Tarek William Saab, la acusaron de «simulación de hecho punible».
«Es evidente que lo que me pasó demuestra las profundas contradicciones que hay dentro del régimen. Su actuación errática es otra demostración más de cómo están divididos por dentro. Obviamente, a esto también se sumó las inmediatas declaraciones y advertencias de líderes mundiales, gobiernos en todas partes del mundo, que les hizo entender el error que habían cometido al secuestrarme violentamente”, aseveró María Corina Machado en un video el 10 de enero.
«Maduro se puso la banda en el tobillo como un grillete que cada día aprieta más», aseguró la líder opositora. En los días posteriores, la líder opositora puntualizó que el gobierno tiene los días contados.
«El 10 de enero ocurrió lo que era más probable: Que Maduro se juramentara. Pero, además, Edmundo González no pudo cumplir con la promesa de estar en el país y eso le habría planteado al gobierno un severo dilema estratégico: Meterlo preso o dejarlo libre. Al no poder cumplir con esa expectativa, hay desde, el punto de vista de la masa, un golpe anímico, y se empieza el año con plomo en el ala», asevera Ricardo Ríos.
En la tarde del 10 de enero, Edmundo González Urrutia dijo, en un mensaje al país desde República Dominicana, que no pudo venir al país por razones de seguridad y por el despliegue de efectivos y del sistemas de armas de la FAN. «sigo trabajando las condiciones para mi ingreso a Venezuela y asumir, como lo manda la Constitución y me lo ha ordenado el pueblo, la Presidencia de la República y la comandancia en jefe de la Fuerza Armada Nacional”, aseveró.
Asimismo, el exdiplomático subrayó: «Represento la voluntad de casi 8 millones de venezolanos dentro de la patria y la de millones de compatriotas a quienes se les impidió votar en el extranjero y tengo el deber de defender ese compromiso”.
La investigadora María Isabel Puerta asevera que si María Corina Machado y Edmundo González Urrutia «hubiesen tomado la decisión de decirle a la gente que no iba a ver juramentación, tras el desconocimiento de los resultados del 28 de julio por parte del gobierno, ¿cuál hubiese sido la reacción? No diría que están engañando a la gente, pero en esta situación de completa desarticulación opositora, tienen que continuar con la presión».
Señala que en las protestas del 9 de enero se evidenció que la gente tiene la voluntad de seguir luchando, lo que no se sabe es hasta cuándo.
«No se trata de paciencia, sino de un pueblo que está siendo sometido a una dictadura brutal. No puede minimizarse el impacto que tiene en la población el terrorismo de Estado que está practicando Maduro con sus organismos de seguridad apresando no solamente a activistas, periodistas y líderes políticos, básicamente se está sitiando a toda la población», enfatiza Puerta.
Dirección política
Ricardo Ríos afirma que, en el seno opositor, debe estar calculándose la estrategia. Enfatiza que hay un tema que falta, en medio de las circunstancias, y es una dirección política común, cohesionada.
«Se entiende el liderazgo lo tiene María Corina Machado, pero hay una serie de actores que militan en la oposición, hablando del espectro que se agrupó alrededor de Machado y de González y que siguen acompañando ese liderazgo. Hay otros movimientos y otros líderes que están en esa línea y no parecieran estar incluidos en un liderazgo agrupado, colectivo, más allá de María Corina Machado que, además, está en un momento de disminución, en términos operativos, por su condición de clandestinidad», advierte.
En esa ecuación, enfatiza, también la implosión de la Plataforma Unitaria: «Dado el planteamiento estratégico que ha hecho el gobierno, emplazándolos a que vayan por la vía que les traza, no seguirlo tiene un costo». Recuerda que se registran destituciones y detenciones de alcaldes.
«Ese es uno de los dilemas que se le plantean a partidos como Un Nuevo Tiempo (UNT), por ejemplo. De alguna manera, empiezan a tomar distancia del liderazgo de Machado y eso implica una reevaluación del escenario, donde el liderazgo deberá tomar decisiones», subraya el presidente de Poder & Estrategia.
El dirigente Juan Pablo Guanipa (Primero Justicia) exigió el 16 de enero que el gobernador del estado Cojedes, Alberto Galíndez, sea «autoexcluido o expulsado» de PJ «porque no representa los valores ni las decisiones». Fustigó a Galíndez por asistir a la AN de 2o20 para discutir el cronograma electoral de 2025. Guanipa también cuestionó la presencia de Sergio Garrido, gobernador de Barinas; junto a los representantes de las gobernaciones de Zulia y Nueva Esparta.
Diatriba de la oposición
Daniel Varnagy, doctor en ciencias políticas, considera interesante ponderar la oposición desde el punto de vista de acción política y desde el punto de vista de acción electoral.
«Ya se han anunciado varias elecciones para este año y habrá una división de criterios entre distintos grupos que vamos a llamar de oposición: Un grupo que son los negociadores que insisten y persisten en el mapa político que van a van a estar a favor de no perder espacios, de ir a las elecciones. Por otro lado, va a haber naturalmente otro grupo de oposición que planteará que, después de haber ganado claramente una elección presidencial y no haber podido asumir el poder, qué sentido tiene participar», señala.
Varnagy expresa que el cambio que se esperaba concretar el 10 de enero no se ha dado hasta la fecha. Sin embargo, sostiene que eso no significa que «las cosas no puedan cambiar».
El profesor añade que, desde el punto de vista político, se vislumbra una dicotomía porque reaparecerá con alguna fuerza el argumento sobre el agotamiento del tema electoral y el regreso a la negociación. En este último caso, Varnagy asevera que entran actores que habían sido puestos de lado porque la mirada estaba puesta en la vía electoral.
Añade que otros actores de la oposición son partidarios de concentrarse en la presión internacional, en lograr más profundas alianzas.
Asimismo, el doctor en ciencias políticas indica que, nuevamente, se está diseñando «una oposición a la medida del poder fáctico».
Puntualiza que lo que el mundo percibe como oposición es a María Corina Machado. «Buena parte del concierto de naciones entiende que hay una oposición acomodaticia y una oposición realista, y la oposición real pareciera ser el movimiento que conduce María Corina Machado y que fue un movimiento de naturaleza electoral que triunfó y que no llegó a tomar el poder al día de hoy», afirma.
Cree que el efecto de la no juramentación de González Urrutia es emocional, de generar desesperanza y desconfianza. Sin embargo, puntualiza: «Desde el punto de vista fáctico, la realidad es la que ocurrió después del 28 de julio de 2024».
*Lea también: Banco Nacional de Panamá custodia actas del 28J recolectadas por la oposición
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.