Qué gobierna en Venezuela, por Ángel Monagas
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Caiga Quien Caiga
Sabemos quiénes ejercen el poder y al mismo tiempo quienes gobiernan. Si son legítimos o no, legales o no, ese es otro diagnóstico y en este caso secundario. Usamos la palabra «secundario», pues los pueblos han aprendido a interpretar las situaciones en las que diversos actores ejercen el estado.
Resulta curioso que, si realizamos una consulta en la población, y preguntamos ¿Es Maduro mejor presidente que Pérez Jiménez? La respuesta sería obvia.
Calificar el periodo de este último como de «dictadura», no sería justo. No en este momento.
Evidentemente juzgar la historia desde una perspectiva de tiempo es una tarea impropia para acertar en el análisis.
De hecho, muchos vieron en Chávez una suerte de «Pérez Jiménez», el «militar necesario». Nunca imaginaron que la peor de las izquierdas, como la castrista, estaba detrás.
Chávez negó su militancia socialista en todo momento. Calificó a Cuba de dictadura.
La película en blanco y negro, demuestra que era un disfraz. Nunca pensó en la democracia.
Coincidencialmente la utilizó porque como buen aprendiz de tirano, consideró que la justicia era la suya y el fin justificaba los medios.
Hoy Nicolás intenta como buen parapeto vender su postura de que se está inclinando a un cambio de modelo.
Hay sociólogos, luchadores sociales, que creen eso.
Empresarios y comerciantes interesados también comulgan en el propósito de ver ese cambio y sigue desplegada la campaña «Venezuela mejora».
A sotto voce, se comenta en el PSUV, la presencia de unos chinos que impulsan este modelo.
Es inmoral. ¿Cómo un chino pretende vender un modelo que no existe en su país? ¿Qué no lo practican?
China no es modelo democrático. Todo lo dirige un solo partido. En un análisis profundo, sus números son muy «sui generis»: Muchos pasan hambre, sus ciudades en cuanto a calidad de vida están a más de 100 puntos de distancia de los estándares mundiales.
Los que creemos en el bien común, buscamos la felicidad para todos y cada uno, no para la mayoría. Por ese principio es más revolucionario que el régimen castrista, sandinista, etc.
*Lea también: ¿Venezuela sin salida?, por Griselda Reyes
Qué se requiere para hablar de democracia en un país:
Tiene que haber elecciones libres y justas. Eso no basta para considerarse democrática una nación. Si es un elemento básico.
El poder ejecutivo debe ser controlado. Fiscalizado y responder a ese mecanismo. Lógicamente si quienes ejercen ese control, no deben tener vinculación o militancia en el partido que ejerce el poder.
En Venezuela, es todo lo contrario si no eres militante chavista, requisito mínimo, no tienes ninguna posibilidad.
Jurar antes de participar en el concurso de credenciales o de oposición, de que no se pertenece a ningún partido, es una falta de moral. Una simple firma no te libera de relaciones, hasta de subordinación.
Elvis Amoroso, Tarek William Saab, los miembros del TSJ, CNE, entre otros, cuál es su origen, como llegaron hasta este tramo. ¿Su compromiso dejó de ser o es ideológico?
No guardaron ni las apariencias cómo era la costumbre.
La libertad de expresión, de opinión, es una quimera.
Como conclusión consideramos que, si uno de estos elementos no está presente, no puede hablarse de democracia.
Si no es democracia, entonces qué tenemos:
Una nueva dictadura. No se viste de verde, no usan uniformes, igual obliga, coacciona. Es más difícil controlarla, puesto que los encargados de hacerlo, también son organismos dependientes ideológica o políticamente de ella.
Hoy merced a los nuevos tiempos, la tecnología, y los medios contribuyen a «camuflar», hasta el punto de «edulcorar» situaciones que hace 30 años serían consideradas agresiones al estado de derecho.
Para detectarla debe partirse del hecho que, un asunto es la ley y otro la justicia. La verdad procesal, la de las actas soporta todo. La justicia grita, es escandalosa y por ello muchas veces es menospreciada por sus poses, por sus cantos.
Esa misma tecnología te hace víctima y también permite que se te agreda.
Las nuevas dictaduras saben jugar. Escogen los escenarios y los actores.
En las nuevas dictaduras simulan respeto por el estado de derecho que desprecian.
Como decía Maquiavelo «Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos».
Quién hace oposición en Venezuela
Éramos muchos y parió la abuela
La piedra que falta para completar la escena es la ausente y deslegitimada oposición.
Muchas actuaciones son reflejo de arreglos, de acuerdos, entre ambos factores. Para bailar en nuestros tiempos se necesitaban dos. Es lo que ocurre.
Se combaten enemigos comunes bajo la máxima política de que «el enemigo de tu enemigo es tu amigo».
Domina la incoherencia, el interés grupal, las causas económicas más que las políticas. Sin direccionalidad ni respeto por un liderazgo. Puede llover y de repente salir el sol o viceversa.
El madurismo sonríe, no porque pueda ganar, sino porque ante la descripción, no tienen con quien perder.
Hay mejores en la oposición, en juego solitario el avance es nulo.
La solución
Buscar alternativas. Necesitamos ciudadanos proactivos, que desde el hogar enseñen a ser demócratas
Luchar contra las amenazas y debilidades y fortalecer las oportunidades.
Las nuevas dictaduras se combaten con educación y ejemplo. Con sacrificio y en la esperanza de despertar un colectivo.
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