¿Qué le pasa a esa señora?, por Beltrán Vallejo
Mail: [email protected]
Acordémonos de esta frase: «¡Alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina!». Lamentablemente el espíritu de Simón no anda por ahí; lo que sí recorre la tierra de los libertadores es la xenofobia, el populismo, la irresponsabilidad y la irracionalidad en relación al tema de la migración venezolana.
Estas circunstancias patéticas son generadas por liderazgos e instituciones que realizan la politiquería discriminatoria más barata y peligrosa como amenaza sobre un enorme y sufrido colectivo de casi seis millones; venezolanos que salieron de su país no porque lo deseaban, sino porque a patadas los empujó el hambre, la falta de empleo, la falta de oportunidades, la inseguridad, la falta de medicamentos, la persecución política y, por supuesto, la falta de esperanza.
En días pasado he realizado comentarios sobre amenazas y acciones xenofóbicas y populistas que tienen como objetivo los venezolanos radicados en Chile y en Perú; penosamente hoy me toca referirme a la actitud irresponsable y trumpista de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, una figura que, por cierto, ha sido tomada como referencia de las ideas progresistas en Colombia y cómo potenciar liderazgo con posibilidades de enfrentar a los reaccionarios, conservadores y «malotes» del clan Duque-Uribe; ¡qué ironía!
Pues, esta señora, por ahí salió aireada vinculando a los venezolanos con el aumento de la criminalidad en la capital colombiana, alegando lo siguiente: «No es la primera vez, desafortunadamente, que tenemos actos muy violentos de inmigrantes venezolanos. Este no es un tema de hurto. Primero asesinan y luego roban. Necesitamos garantías para los colombianos».
Y, por si faltaba algo en su discurso tendencioso y malsano, también dijo esto: «Yo respeto profundamente las políticas del gobierno nacional, pero los colombianos necesitamos garantías». Esto último explica la motivación de sus palabras; su planteamiento está dirigido a ser la contraparte del Estatuto de Protección Temporal a Migrantes Venezolanos anunciado por el presidente Iván Duque.
Está claro: en su dialéctica confrontacional con aquel, su contendor político, la alcaldesa se barajó en la utilización de los venezolanos para demostrar que Colombia debe ser primero, a propósito de aquel «EE. UU. primero» del racista Trump, ese que usaba a placer la migración mexicana como espantapájaros para asustar a sus votantes supremacistas en EE. UU., que no son pocos, por cierto. Ese mismo esquema gringo es copiado fielmente por esta señora, dizque progresista.
*Lea también: A los cuarteles, por Paulina Gamus
Para que ustedes vean los vaivenes de la política, la actitud de esta señora era bien distinta con los venezolanos cuando estaba en plena campaña electoral por la alcaldía de Bogotá; en esos días decía cosas como esta: «No hemos usado ni usaremos la tragedia humanitaria del desplazamiento para sembrar odios ni estigmatizar al migrante»; esto lo dijo en un Twitter el 18 de octubre de aquel año. Y el 23 de julio del 2020, en el momento más agudo de la pandemia, esa señora manifestó esto, que es conmovedor, sobre los venezolanos: «Muchos quieren devolverse, les hemos pedido que mejor se queden aquí (Bogotá). Atravesar Colombia en estos momentos es difícil y es riesgoso para su salud…». La política es cambiante.
Si lo que se llama el Grupo de Lima quiere servir para algo, le ruego que definitivamente desarrollen una acción de Estado en países como Colombia, Perú, Chile y metan a Brasil y a Ecuador en eso, para frenar esta ola de trumpismo que tiene como objeto «mexicanizar» a los venezolanos.
Si Claudia López, el peruano aquel y el otro de Chile quieren meterse con el tema Venezuela, pues ¡denle palo a la piñata de Maduro!
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo